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Hazme tuya.
Atenea Weller.
Preparé una mochila amplia con cosas necesarias para los días que estaremos en la casa de vacaciones de Dylan. Ya es el día, en unos minutos Kim pasará con su novio a buscarme para irnos luego de recoger a Jason.
Desde ayer no lo veo, estoy ansiosa por saber si consiguió trabajo o no. Espero que sí, él tema de que tenga tantas deudas pendientes me tiene preocupada, otra paliza lo podría matar.
—Cariño... —oí la voz de mi padre— Estaremos pendientes a Mika, por eso no debes preocuparte.
—Se los agradeceré, pá.
—Te quería hacer una pregunta.
—Hazla.
—¿Y Eduard?
Ni siquiera sé cómo no esperé este interrogatorio, ante los ojos de mis padres Eduard sigue siendo mi pareja, el hombre que cualquier chica desearía y mi futuro esposo.
Sé que Jason se enojará cuando sepa que aún no le he aclarado que él y yo no tenemos nada, pero ahora mismo no puedo sentar a mi padre y decirle todo, es capaz de hacer que cancele el fin de semana con los chicos con tal de que le explique todo.
Y no lo puedo permitir.
—Estamos bien —fingí una sonrisa.
Tanto tiempo ocultándole cosas a mis padres, engañándolos en su propia cara, me ha vuelta una buena mentirosa.
—Deberías decirle que vaya con ustedes, todos estarán en pareja y tú sola... —lo interrumpí.
—Está ocupado papá, y estaré bien. Tranquilo —le sonreí y él me devolvió la sonrisa.
—Está bien, ya Kim está abajo esperándote.
Mi padre salió de la habitación y yo comencé a meter lo que me falta en la mochila de cualquier forma. Me gustaría llevar alguna lencería sexy pero no puedo, por el simple motivo de que no tengo ninguna. Sólo los malditos cacheteros que me compra mi madre.
Bajé de mi habitación con la mochila en la espalda. Kim se levantó del sofá a penas me vió, sonriente.
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