Atenea Weller.
Mi cabeza palpita despertándome en la mañana.
Intento acariciar mi sien para calmar el dolor insoportable pero nada, la zona también me duele y es incómodo tocarla. Mi estómago se siente vacío y tengo náuseas, los párpados me pesan y mi boca está seca.
Esto es lo malo de beber, te regala algunas horas de goce pero cuando pasa el efecto, te deja como un vegetal, sintiéndote mal y con dolores.
Miré a mi lado y no ví a Jason por la habitación. Saqué fuerzas para poder levantarme y caminar hacia el baño.
Estoy completamente desnuda, me duele cada extremidad y caminar pesa. Sé porqué es y resumiré toda la explicación en una palabra; Jason.
Mi mente borró cada detalle de anoche, menos cada instante que estuve entre sus brazos y nos saciamos como dos locos desquiciados. Entregarme a él es algo que hago sin problema, amarlo no me cuesta y desearlo, tampoco.
Mi aliento ahora mismo es un asco, una horrible mezcla entre amargo y salado. Agarré el cepillo de dientes que dejé ayer en el baño y le eché pasta dental. Lavé mis dientes hasta eliminar el mal sabor, dejando un olor fresco y mentolado.
Me vestí a penas terminé de bañarme, me puse un vestido a mitad de mis muslos de color blanco completo y un abrigo de terciopelo acolchanado gris. Unas zapatillas simples y salí a la sala de estar, en dónde me encontré con Kim.
—Buenos días tórtola —me sonrió— ¿Qué tal anoche? —me guiñó un ojo— Gritabas tanto mientras Jason te hacía el amor que fué como un porno auditivo.
Me sonrojé.
—¿Cómo estuvo? —indagó.
—Genial —admito— Más que genial... fué... inexplicable.
—Joder —sonrió— Menudos calenturientos, me encanta —me reí.
—¿Y dónde están? —levantó los hombros en señal de no sé.
—Hace una hora salieron... —ambas nos quedamos en silencio.
—¿En dónde crees que pueden estar? —interrogué.
—No lo sé, este lugar es solitario y no hay muchas opciones alrededor.
—¿Y qué hacemos?
—Dejar de preguntar e irnos también. —zanjó— Esperaba que te despertaras para hacerlo porque me da miedo salir sola. ¿Vamos?
¿Por qué no? No creo que Jason esté haciendo nada malo, pero si ellos se fueron de la cabaña sin dar más explicaciones ¿Qué más da que lo hagamos nosotras también?
El derecho de explorar el lugar es igualitario para los cuatro, no voy a negar que me sabe mal despertar y no ver a Jason porque eso no sucede siempre y me gustaría disfrutar de un puto amanecer con él, pero ya da igual, salió a pescar con Dylan sin ni siquiera decir a dónde iban.