Capitulo 7: segunda parte

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—Espero no interrumpir— la chica me lanzo una mirada penetrante, con eso me había demostrado que no sabía quién era

—Claro que no— me acerque hasta quedar frente a su escritorio

—Mi padre me informo que han hecho reservaciones para un restaurante para cenar esta noche, ya que tanto Alba como mi madre están ansiosas por vernos, aunque a mi parecer quieren saber todos los detalles— sonreí de lado y él me imito

—Ahora entiendo porque se llevan tan bien ambas— enarque una ceja sin dejar de mirar a la chica que prácticamente me estaba asesinando con la mirada— lo siento, Any te presente a Stella es el remplazo de mi asistente y Stella ella es mi esposa

—Anahi Puente—le lance una mirada de advertencia que al parecer comprendió ya que se reincorporo ocultando sus atributos—Los dejo para que sigan "trabajando" —resalte la última palabra antes de dirigirme a la puerta

—Any...

—Tengo mucho trabajo así que no podre comer contigo— Salí sin dejar que dijera una sola palabra más.

En mi oficina me encontré con Andres que giraba en mi silla como un niño pequeño, me vio cuando entre pero no se quito de mi lugar, simplemente se acomodo dejando sus manos sobre el escritorio

—Bueno Srta. Peunte, disculpe, Sra. Herrera, porque me ocultaste durante tanto tiempo tu relación con Herrera—y el interrogatorio de mi amigo había comenzado, tenía que guardar la calma y pensar bien mis respuestas.

—Hay cosas que prefiero mantener en privado y esta fue una de esas, prefería que nadie lo supiera por si esto no resultaba

—Any jamás pensé que tu serias la que sacaría del mercado a Alfonso Herrera— rodee los ojos

—No hables como si se tratara de una mercancía, sé que no soy el tipo de chicas con las que estaban acostumbrados a verlo pero sucedió—me encogí de hombros

—Hay algo más que no quieres contar

—Mejor pongamos manos a la obra si quiero salir temprano de esta oficina— lo obligue a que se levantara y comenzamos a trabajar, alternando tiempo para respirar y hablar de otras cosas, su relación con Luisa iba mejor de lo que me lo hubiera pensado cualquiera, se disculpo para salir a comer viendo que yo no tenía intensiones de hacerlo.

Y la verdad es que no tenía hambre, aun tenía en mi cabeza de la imagen de esa chica que estaría junto a Poncho. Ella poseía las curvas que en mi faltaban, tenía la seguridad para mostrar su cuerpo aunque fuera de una manera vulgar. ¿porque me sentía de esta manera?, no podía ser lo que creía que era, no podía estar celosa, para estarlo debería de sentir algo mas por él y era algo que no me podía permitir, eche mi cabeza hacia atrás cubriendo mi rostro con mis manos.

— ¿Ya viste la hora que es? — Negué sin verlo, regrese la vista a la pantalla— pasan de las 3 y Emilie me dijo que no habías salido a comer

—Tengo que terminar un par de notas y después iré a comer— me gire y lo vi con una cajita de comida china

—Mejor me aseguro de que lo hagas—me la entrego y tomo asiento

—No planeas quedarte o ¿si? —me senté frente al mientras comía lo que me había llevado, debo de admitir que había sido la mejor elección, platicamos de la manera en que manejaríamos lo de la fusión, se marcho cuando Andres regreso para seguir trabajando, evite los comentario burlones de mi amigo al respecto de que mi esposo me había llevado algo de comer.

Salí de la oficina con el tiempo encima, tome un par de atajos hasta llegar a casa, estacione mi auto y entre corriendo a mi habitación, me desvestía mientras observaba que es lo que usaría para esta noche, tome un conjunto de falta amplia que mi madre me había regalado de su último viaje a Milán, hace menos de un mes y que no había tenido oportunidad de usar, lo extendí sobre la cama y entre a la ducha, en menos de 10 minutos estaba de regreso en la habitación, retire la toalla de mi cuerpo para vestirme

El trato que unió nuestras vidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora