Capitulo 15: Bonus 1 Pov Poncho

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POV PONCHO

Por el enorme ventanal podía observar el movimiento que había en la calle unos pisos más abajo. Las personas andaban sin mayor preocupación, algunas caminaban a prisa mientras que otras parecían apreciar el hecho de caminar y disfrutar lo que su alrededor se mostraba.

Deje mis manos en los bolsillos de mi pantalón aun tratando de asimilar lo que me acababan de decir, era algo inesperado y una idea escalofriante. Era verdad que teníamos un par de semanas tratando de encontrar la solución para evitar que David consiguiera lo que se estaba proponiendo con nuestra empresa como con la de Gonzalo Puente. Ambas eran empresas solidas que habían llevado años levantarse y consolidarse como las mejores, y era inaceptable que las perdiéramos por un hombre que lo único que lo movía la ambición; mientras que nosotros nos preocupábamos por los demás.

Moví la cabeza con brusquedad para sacar de nuevo esa imagen de mi cabeza, desde hace algunos meses no podía sacarla de ahí. Pero la idea de un matrimonio no era la mejor y estaba seguro que ella no reaccionaria mejor de lo que yo lo había hecho. Pase la mano por mi cabello desordenándolo mientras recordaba las palabras de nuestro abogado en conjunto con el abogado de Gonzalo; ambos hombres parecían que ya lo habían hablado y habían tomado la idea de proponerlo. Cuando lo dijeron me altere levantándome de golpe logrando que varios vasos derramaran su contenido sobre la fina mesa mojando a su paso un par de papeles, mas no me importo, me estaban pidiendo que me casara con una mujer que apenas había visto pero que a simple vista era una mujer fascinante la fantasía de cualquier hombre, pero no sería nada bueno que las cosas se dieran de esta manera entre nosotros.

Aun podía recordarla como si fuera ayer cuando la vi y no hace meses, en aquel vestido blanco que resaltaba sus senos pero que cubría el resto de su cuerpo ocultando las curvas que estaba seguro que poseía. Era la primera mujer que me intrigaba de esta manera además de que era la primera mujer que me había ignorado logrando que mi ego se viera afectado.

—No entiendo para que venir si no íbamos a quedarnos más de una hora—Se quejo nuevamente Juan provocando que Ricardo bufara

—Teníamos que hacerlo es una de nuestras responsabilidades, sabes que debíamos de entregar el donativo en persona

—Pero había muchas chicas guapas que...

—Estoy aquí Juan—le recordó Ricardo

—Lo decía por ti cuñadito, yo no tengo ojos para nadie más que para tu hermosa hermana—dijo Juan a un incrédulo Ricardo, mi amigo adoraba a Camila pero él no dejaba de coquetear con un par de chicas.

—Juan esto es un baile de beneficencia no un antro o un bar donde puedes salir con una chica nueva—le señale lo obvio

—No sé qué es lo que sucede contigo últimamente Herrera, pero pareces ya no disfrutar como antes. ¿Estas madurando? —dejo escapar una estridente carcajada ganándonos un par de miradas reprobatorias, solo apreté el puente de mi nariz negando ante el comportamiento infantil de mi amigo.

Pero he de admitir que era verdad, había cambiado, me había cansado de la vida desenfrenada además de que la muerte de Mateo uno de mis mejores amigos me había hecho reflexionar sobre la vida que llevaba, a veces pensamos que viviremos eternamente pero la realidad te golpea cuando te das cuenta de que no es así. Debemos de aprovechar los pequeños momentos ya que no sabemos lo que nos puede ocurrir y es por eso que había decidió comenzar a vivir de manera diferente.

Salí de mis pensamientos al ver a una mujer entrar al lobby, iba en un hermoso vestido blanco, el cabello suelto ondulado y maquillada de manera natural no como muchas de las mujeres que asistían en esta clase de eventos, ella era realmente hermosa. Iba distraída buscando algo en su bolso cuando se acercaba a nosotros, así que aproveche que Ricardo iba de mi lado derecho y lo empuje haciendo que perdiera el equilibrio y callera, ella lo evito dando un paso hacia atrás, le extendió su mano para ayudarlo y él la acepto avergonzado pero sonrió al mismo tiempo que ella lo hacía, me gire hacia Juan que se rio de mí de manera burlona. Ella se giro buscando algo pero aunque vio hacia donde estábamos nosotros pareció no notarnos para después despedirse de Ricardo y marcharse junto a dos hombres corpulentos.

El trato que unió nuestras vidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora