Capitulo 14: Culpa... y esto es el Fin?

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Cuando desperté cerca de las 9 vi a Poncho hablando nuevamente por teléfono mirando por la ventana como la noche anterior, escuche solo cuando daba la noticia de mi perdida y la manera en que apretaba el puño me mostraba que estaba enojado por mi falta de cuidado, aunque John dijera lo contrario yo sabía que algo había hecho mal, era mi responsabilidad, yo era la única responsable de esa pequeña vida que había perdido. Al terminar su llamada me vio y camino a paso lento junto a mí, me dio un beso suave y me aviso que tenía que salir un momento pero que no tardaría, cuando salía fue el momento que entraron con mi bandeja de alimentos, acomodaron mi cama para estar mas cómoda y acercaron la mesita, como podían pensar que tenía ganas de comer, tenía el estomago contraído.

— ¿Dormiste bien?—pregunto John apenas entro en mi habitación, estaba sentada con la charola del desayuno aun frente a mí y solo podía jugar con ellos.

—Sí—deje la cuchara en su sitio y levante la mirada— ¿Cuándo me dejaras salir de aquí?

—Cuando este seguro de que estas en perfectas condiciones

— ¿Y cuándo será eso? —pregunte con impaciencia, lo único que deseaba era poder salir de este lugar

—Si todo sigue como hasta ahora mañana podría darte de alta—bufe molesta por tener que permanecer reclusa en un lugar deprimente que solo me recordaba lo sucedido—Any, no puedo dejarte ir sin estar seguro que el legrado...

—No quiero que hables de eso. Eso ya paso y lo que menos quiero saber son los detalles

—No quieres saber porque suce...

—Jonh dime si sabiendo el porque sucedió me devolverá a mi bebé—la voz se me estaba volviendo a quebrar, el suspiro y negó mientras murmuro un débil NO— Si las cosas no cambian no veo porque tenemos que hablar de eso. Asi que no quiero saber nada al respecto.

—No te forzare pero creo que deberías de conocer la razón.

—Dije que NO—gruñi molesta

—Muy bien. ¿Sientes alguna molestia?

—Me siento bien, un poco adolorida en los movimientos rápidos, pero prometo que seré cuidadosa y guardare unos días de reposo, pero no quiero seguir aquí—prácticamente había suplicado, quería alejarme del lugar aunque no había pensado si aun podía regresar a la que había sido mi casa durante estos meses, no culparía a Poncho por sacarme de su vida despues de esto, pero estaba segura de que mis padres me recibirían, ellos lo harian.

—No creo que hoy sea posible por lo que se te realizo, pero te mantendré en observación y si las cosas van bien mañana estaras en tu casa. Pero tambien necesito que comas aunque sea un poco de lo que esta en tu charola—me lleve un trozo de gelatina a la boca y bebí un poco del té, si necesitaba comer para que me dejara salir lo haría, fingiría al fin y al cabo era buena en eso, ya lo había hecho una vez por un tiempo que diferencia tendría

—Nos veremos mas tarde—asentí, en cuento salió retire la mesita alejando la comida y me recosté de nuevo en la cama, no sin antes volverla a su posición inicial.

Me quede por un rato hasta que me dieron unas ganas enormes de ir al baño, retire las sabanas de mi cuerpo y con sumo cuidado deje que mis pies tocaran el piso, tome el suero y camine lentamente hasta el baño, me detuve frente al espejo y observe mi rostro demacrado, ¡estaba horrible!

— ¿Any?

—Aquí—conteste al escuchar la voz de Poncho, tome aire y regrese a la habitación, debía de prepararme para lo que podía decirme, tal vez a lo que había salido era para verse con su abogado para empezar a tramitar nuestro divorcio, al fin ya no había nada que nos atara y lo que nos había unido estaba por terminar.

—Porque no llamaste a una enfermera, aun estas débil amor—me sostuvo de la cintura y me ayudo a llegar a la cama, me levanto recostándome con cuidado y cubriéndome con las mantas

— ¿Cómo te fue en Londres?

—Any eso no importa, deja de preocuparte por tonterías—acaricio mi mejilla—solo importas tu preciosa.

—Deberías de volver para terminar las reuniones que tendrías estos días— continúe ignorando sus palabras anteriores, como podía llámame preciosa cuando yo misma me había visto en el espejo y sabía que estaba horrible.

—Eso es irrelevante, hice una llamada dejando a cargo a un muy buen elemento, ¿recuerdas a Juan? —Asentí—el se hará cargo de todo.

—No hay como que estés tu ahí, deberías de ir, además que más puede suceder—me encogí de hombros intentando sonreír pero sabía que eso no debería de haber parecido una sonrisa en lo absoluto

—Ya llegaron los refuerzos—anuncio mi madre en cuanto entro, mando a Poncho a que se diera un baño, desayunara y durmiera un poco, ella se quedaría conmigo, aunque se resistía mi madre lo hecho prácticamente de la habitación no sin antes prometer que lo llamaría si surgía cualquier cosa que ella acepto.

Mi mamá me ayudo a bañarme para después volver a la cama, mantenía mi mirada puesta en la ventana viendo el día nublado que había afuera, esto me hacía sentir aun mas nostálgica, tenía que aparentar estar bien, fingir que no era tan doloroso, no quería la lastima de nadie.

—Cariño segura que te sientes bien—gire mi rostro hacia donde estaba mi madre y le sonreí

—Estoy bien mamá, es algo que no podre cambiar pero que superare—apreté su mano y note su semblante sorprendido, sabía que esperaba verme llorar sin parar pero al contrario aquí estaba yo como si solo hubiera venido al hospital por algo insignificante, no podía darme el lujo de caer, ayer por la noche ya lo había hecho y había visto la manera en que había afectado a Poncho y no planeaba seguir lastimando a más personas a causa de un error.

—Hija me desconciertas—mantuve mi mirada puesta en ella—Como puedes estar tan tranquila después de lo que sucedió yo estaría...

—Mamá, hay cosas que no podemos cambiar y esta es una de ellas— si supiera lo mal que me sentía, dejaba que las palabras abandonaran mis labios pero en realidad estaba muriendo lentamente, lo único que no sabía era cuanto tiempo podía mantenerme en esta actitud, una de las enfermeras ingreso trayendo con ella un enorme arreglo floral, mi madre dio un gritito y se lo quito de las manos le agradeció y lo acomodo en la mesita frente a mi cama.

— ¿Quien las manda?—me pregunto entregándome la nota, la abrí con cuidado y reconocí la caligrafía de Alfonso

Espero que al menos este detalle te logre arrancar una hermosa sonrisa que siempre adorna tu rostro y que yo adoro.

Mi pequeña no importa lo que sucedió son cosas que nos marcan, pero que juntos podremos enfrentar, no olvides que estoy contigo y te quiero.

Alfonso

—Son de Poncho—guarde la nota y la deje sobre la mesita junto a mi cama—Tengo sueño, dormiré un poco si no te importa

—Descansa

Solo cerré los ojos para evitar seguir hablando con mi madre, no quería dormir porque no sabía si mi subconsciente sería capaz de traicionarme, escuchaba todo lo que pasaba a mi alrededor la puerta al abrirse las voces de las enfermeras y la voz de mi padre cuando llego, sentí sus dedos acariciar mi cabello y sus labios tocar mi mejilla

—Que ha dicho John, ¿la dará de alta?

—Parece que la podrá dar de alta, pero necesitara descansar por lo menos lo que resta de la semana, así que olvídate de hacerla ir a trabajar

—No pensaba hacer que asistiera a trabajar, mi niña acaba de sufrir una gran perdida

—Me preocupa

— ¿Pero porque te preocupa?

—Esta tan tranquila y serena, no es normal después de lo que sucedió, conozco a mi hija y sé que está sufriendo pero no puedo forzarla a que hable y llore si no lo desea hacer.

—Ella siempre ha sido fuerte, pero ya no está sola no lo olvides.

—Crees que después de todo este matrimonio valió la pena

El trato que unió nuestras vidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora