EL PRIMER AULLIDO

BETA

NARRA ANNA.

Después de casi dos horas todos ya estábamos listos para empezar el viaje, Catalina después de reunir a los soldados  les dijo que necesitaban ver algo, nos miró a Juliette y a mi ambas entendimos nos quitamos la ropa quedando sólo en ropa interior después le cedimos el control a nuestras lobas. Los soldados al vernos se quedaron con la boca abierta y los caballos se asustaron mucho pero al ver que no éramos una amenaza comenzaron a relajarse.

Pasados unos minutos ya había comenzado el viaje, Juliette se encontraba en la retaguardia y yo en el frente ambas listas para uno posible ataque enemigo, después de dos horas llegamos a nuestro  destino, los soldados que vigilaban el perímetro del castillo se pusieron muy nerviosos al ver a dos lobas pero al ver que veníamos con Ledy Catalina nos dejaron entrar al castillo.

Después de unos minutos Juliette y yo volvimos a nuestra forma humana para vestirnos cuando ya estuvimos listas se acercó Catalina para decirnos que mientras ella se reunía con su padre nosotras podíamos dar un paseo por el castillo. Después de unos minutos Marion se nos unió y las tres comenzamos a dar el paseo, mientras caminábamos hablando de cosas sin importancia llegamos a una parte donde estaban atendiendo varios heridos las tres sin pensarlo nos acercamos para preguntar sí podíamos colaborar.

Los encargos de atender a los heridos aceptaron nuestra ayuda una de las enfermeras nos dijo que la ayudaramos a darle de comer a los heridos, sin perder tiempo comenzamos con nuestra labor pasada casi una hora sólo faltaba un chico como de unos 14 años la enfermera nos contó que había sufrido daño en la médula espinal y un fuerte golpe en su cabeza a raíz de una golpiza por salvar a un chica de una violación grupal. Juliette al escuchar eso no dudo dos ves en después de transformarse morderlo para convertirlo en su futuro beta.

Catalina.

Todavía no puedo creer que mi padre me allá citado  para informarme que  un comandante como premio por haber ganado una importante batalla pidió mi mano en matrimonio, y que allá acepto dársela.