Francia se encontraba sumergida en una guerra entre Carlos que quería el trono y Luis que era el legitimo rey. Una noche Anna estaba con sus padres y hermanos en su casa cuando irrumpieron soldados leales a Carlos buscando comida, Isaac el patriarca...
Habían pasado unas semanas desde que estoy luchando al lado de Leidy Catalina y sus soldados logrando victorias muy significativas, también nos emos adentro cada vez más en el territorio de Carlos sin mucha resistencia. Mientras me preparo para una importante batalla me sigo sintiendo un poco extraña pero intento no prestarle mucha atención.
Cuando estoy lista salgo de mi tienda para ir a buscar a Catalina, la encontró reunida con otros dos generales que al verme comienzan hacer comentarios despectivos aunque Cata intenta que mantengan las bocas cerradas. Después de unos minutos los tipos siguen con sus comentarios haciendo que mi paciencia se acabe cambio mis ojos humanos por los de loba saco las garras también mis colmillos y les empiezo a gruñir, la situación es bastante tensa por unos minutos hasta que un soldado nos notifica que el ejercicio enemigo llegó al campo de batalla.
Cuando nos unimos con el resto de los hombres, pude notar, el tamaño de ambos ejércitos, pasados unos minutos la batalla había empezado, la infantería ligera luchaba contra la infantería enemiga. Al principio fue un combate pero lentamente el enemigo comenzó a tener una clara ventaja.
El comandante del ejército rival al ver eso se confío y mando al resto de soldados, Catalina hizo lo mismo y en cuestión de minutos ya estaba combatiendo usando una armadura bastante cómoda
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tanto en mi forma humana como licántropa, y como estaba planeado luchaba usando una espada esperando el momento indicado para transformarme. Después de casi media hora la batalla estaba a favor del enemigo por lo opte por transformarme.
Después de transformarme comencé a sentir como mi lado humano y de loba se sincronizaban de una manera en que nunca lo habían hecho antes, haciendo que acabará con un gran número de enemigos sin perder el control. El comandante de ejercito al ver la gran cantidad de bajas que había causado ordenó la retirada todos comenzamos a festejar la victoria y no pude aguantar las ganas de aullar después de unos minutos escuché como me respondían y salí corriendo ignorando por completo lo que Catalina me estaba diciendo.
