DUELO

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NARRA ANNA.

Cuando la madre y hermanas de Carlos vinieron su cuerpo, se pusieron muy mal, pasado un rato comenzaron a perder el control y convertirse en lobas, por lo que optaron por salir corriendo, al ver eso decidí cederle el control a mi loba luego las seguí para evitar que comerían alguna tontería, cuando logré alcanzarlas ya estaban en su forma lobuna y como estaban muy desorientadas por haber forzado su transformación decidí acercarme lentamente, cuando me vieron comenzaron a gruñirme mientras subían sus auras, sin pensarlo dos veces yo también subí mi aura haciéndolas retroceder pero luego me di cuenta de esa no era la mejor manera para lograr que se calmaran.

Luego de pensar por un momento opte por por bajar mi aura un poco, luego intentarme frotar mi hocico con de uno de las lobas, después de varios intentos logre mi objetivo, luego hice lo mismo con las demás pasado un rato ya estaban más calmadas por lo que pude comunicarme mentalmente con ellas para preguntarles cómo se llamaban. Después de las presentaciones las cuatro decidimos dar un paseo y llegamos a un lugar donde algunas personas personas estaban revisando a varios saldados de Carlos que habían caído en batalla para ver sí encontraban algo de valor.

Los humanos al notar nuestra presencia se asustaron mucho, pero cuando se dieron cuenta de sólo estábamos mirando lo que estaban haciendo se relajaron, pasado rato nos aburrimos y seguimos caminando. Pasado un rato ya habíamos salido del territorio que antes le había perdido a Carlos y como teníamos mucha sed, decidimos tomar agua en un pequeño estanque, luego de estar bebiendo por unos minutos sin prestar mucha atención, comenzamos a escuchar unos ruidos haciendo que nos pudiéramos alertas.

Después de un rato supimos que humanos usando algo para cubrir su aroma eran los que estaban haciendo los ruidos, pero como podíamos captar su aura sabíamos dónde estaban escondidos y comenzamos a caminar hasta unos matorrales, al verse descubiertos salieron de su escondite dos chicas y un chico armado con una espada, que no lo pensó dos veces en atacarnos cuando nos intentamos acercar.

EL PRIMER AULLIDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora