Capítulo V

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Sí, aquello no había sido tan malo como JungKook se había imaginado. Le estaba gustando todo aquello.

Comenzó a limpiar la habitación de TaeHyung, tomándose la libertad de curiosear todo lo que veía, por ello, tardó más de la cuenta. Finalmente, no se molestó en pasar la fregona, aquel olor le encantaba, era el olor propio de TaeHyung y se había dado cuenta que era adictivo. Así pues, no tenía por qué cambiar ese adictivo olor por uno artificial con olor a pino.

Cuando terminó, cogió la camisa de lino y la metió en un cubo, según la etiqueta, el lino no se podía lavar a más de treinta grados porque encogía y tampoco se podía usar lejía porque era de color, así que metió en un barreño agua tibia y un cacito de detergente anti-manchas y, con un cepillo de dientes viejo, comenzó a restregar la mancha que su propio esperma había dejado en aquella carísima camisa. Como el lino no se podía retorcer porque se daba de si, lo metió en la lavadora en un ciclo de centrifugado y, cuando salió de la lavadora, la colgó en una percha y la dejó secar en un perchero a la sombra. Mientras hacía todas aquellas cosas, que él conocía porque había escuchado cómo su tía se las había explicado, no pudo evitar sentirse una Maruja.

- Desde luego me falta el delantal y leer el "Hola"- se dijo para sí mismo.

En los días sucesivos, JungKook se sintió como en su casa, TaeHyung le trataba muy bien y las miradas lascivas que le lanzaba de vez en cuando no le molestaban en absoluto, así como tampoco le molestaba el hecho de que, mientras fregaba, le tocara el trasero o le dijera algún improperio de la nada.

- Bien, hoy es la fiesta- dijo TaeHyung- tienes que ir con traje, en tu vestidor hay unos cuantos. El negro te quedará bien. Ponte una camisa blanca y la corbata negra- dijo y JungKook asintió.

- ¿Qué se supone que tengo que hacer hoy en la fiesta?

Estaba nervioso, no quería decepcionar a TaeHyung o hacerle quedar mal.

- Sólo estar conmigo- dijo el chico- aquí estarán un montón de sacos de años y nosotros. Necesito alguien con quien hablar, aunque si te aburres y quieres ir a mi habitación...

JungKook sonrió.

- Sabes que podría tomármelo en serio...

- No espero menos.

- ¿Dejarías tu fiesta por irte a la cama conmigo?- preguntó JungKook, alzando una ceja.

- Como se nota que no has estado en una de estas fiestas...

Aquel día, TaeHyung no trabajó y JungKook no limpió. Simplemente pasaron el día tranquilamente sentados en el sofá, tenían todo listo, no querían ensuciar nada. Pidieron comida por teléfono para no ensuciar la cocina y luego se acostaron a dormir en la cama de JungKook. Era la primera vez que TaeHyung entraba en el cuarto de JungKook desde que éste había llegado a su casa.

- Estoy nervioso- dijo JungKook, abrazando a TaeHyung.

- ¿Por qué?- preguntó TaeHyung acurrucándose en el regazo de JungKook.

- ¿Y si hago algo mal en tu fiesta?

- No vas a hacer nada mal- dijo TaeHyung, encogiéndose de hombros.

El rubio le observó un momento y JungKook se mordió ligeramente el labio inferior. TaeHyung le acarició el mentón y el pequeño se acercó a él. Finalmente se besaron, lenta y suavemente. Se separaron y JungKook le dio un beso en la frente a TaeHyung.

El menor comenzaba a sentirse realmente confundido. Todo lo que hacía antes con TaeHyung lo hacía por sexo, por puro placer. Pero ahora estaba realmente confuso, no sabía cuáles eran sus sentimientos hacia el rubio y, lo que era peor, tampoco sabía cuáles eran los de TaeHyung.

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