Chapter Seven 7🖤

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Salimos de la consulta haciendo planes para el bebé, Maddie me dijo que necesitaba un trabajo, yo le dije que no era necesario pero me dijo que no quería sentirse como una carga, yo le iba a decir que eso no era cierto pero ella estaba decidida a trabajar para mantener a su hijo o hija, en cierta forma la entendía, yo lo tuve que hacer, trabajé como una esclava para tener un poco de dinero y poder mantenerme, no fue fácil, yo tenía tan solo 15 años y aún tenía que estudiar, dejé la escuela para ponerme a currar.

Cuando Lucas me encontró ya tenía 16 años y había perdido a mi bebé y a mis padres, mi vida era una completa mierda, gracias a Lucas no me suicidé, él me enseñó a amarme a mi misma, a valorar la vida, me dió una nueva esperanza, el boxeo, él me entrenó, me dió un techo, y me ayudó a terminar mis estudios, siempre estaré en deuda con él, es una de las personas más importantes de mi vida, es como un padre para mí.

Llegamos al centro comercial y fuimos directo a la tienda de lencería, compramos ropa interior para ambas.

Cuando ya teníamos suficientes bragas y sujetadores nos dirigimos a una tienda de ropa, dejé a Maddie comprando vestidos y me fui a una tienda de ropa deportiva. Me compré muchas cosas, pantalones de chándal, licras, camisetas, tops, sudaderas, zapatillas, guantes de boxeo, cintas nuevas de varios colores, protectores bucales entre otras cosas.

Estaba saliendo de la tienda cuando vi a Dylan y sus amigos a unos metros, pensé en irme y hacer de cuenta que no los había visto pero era muy tarde, la chica pelivioleta me vió y le hizo una seña a los chicos que enseguida se voltearon a verme. Se acercaron y yo maldije para mis adentros.

- Hola, linda. Al final sí que nos vimos en el centro comercial - dijo Dylan burlón, será idiota - Toma - me ofreció un cigarrillo, cuando vió que no lo tomaba me miró interrogante.

- No fumo - respondí simple y ellos estallaron en carcajadas, al parecer creían que por tener tatuajes ya sería una de ellos, la verdad es que antes si fumaba pero Lucas me lo prohibió porque al ser deportista le hacía mal a mi organismo y como el tabaco no era algo indispensable en mi vida lo dejé.

- ¿Qué pasa, tus papis no te dejan fumar "chica mala"? - habló la pelivioleta haciendo comillas con su mano libre ya que la otra la tenía vendada - Tranquila si quieres ser una de nosotros puedes hacerlo con confianza, no le diremos nada a tus padres - me empujó levemente pero no me moví.

- No me toques estúpida si no quieres que te rompa el brazo - le respondí y ella se echó para atrás - Además no necesito fumar para que me acepten en un grupo de ineptos con aires de malos, no voy a echar a perder mi cuerpo con esa mierda, si ustedes quieren hacerlo adelante pero yo no necesito hacerlo para ser una "chica mala" - dije haciendo comillas como ella hizo - no sabes lo mala que puedo llegar a ser, así que déjame en paz.

- Andrea ven - le dijo uno de los chicos, es alto, de pelo negro con las puntas azules, ojos azules también, muy guapo, pero no tanto como Dylan, el otro chico es rubio y tiene el pelo con mechas rojas, ese es un poco más bajo que el otro, y tiene los ojos negros, la chica como ya os dije tiene el pelo violeta, las uñas negras y un piercing en la ceja, sus ojos están pintados excesivamente de negro, los tres hombres eran muy guapos, casi dioses griegos, pero el más guapo es Dylan, sus tatuajes le dan un aire bastante sensual.

- Deborah, te presento a los chicos, él es Logan - señaló al peliazul - él es Matt - señaló al rubio - y ella Andrea pero le decimos Andy - los presentó Dylan como si no hubiéramos prácticamente peleado hace segundos, y yo decidí hacer lo mismo.

- Pues muy bien, ey chico - le dije a Logan - me gusta tu pelo - era cierto, su pelo está genial, quizás deba aprovechar que estoy cerca de un salón y hacerme algo en el pelo.

Ángeles Del RingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora