Deborah
- Yo nunca tuve a unos padres cariñosos o preocupados, no es que me tratarán mal, pero ese calor de una familia amorosa nunca lo tuve. Mis padres se preocupaban más por el qué dirán que de la felicidad de su hija.
Todos me escuchaban atentamente, no es que les iba a contar tooodaaa la historia con pelos y señales pero les diré gran parte.
- Esto se los cuento porque quiero que me entiendan un poco mejor, que entiendan mi personalidad y por qué soy asi. A los 15 años quedé embarazada - las caras de todos fue épica, desde luego no se lo esperaban -
Mis padres me echaron de casa, no tenía ni dinero, ni un techo, viví en la calle unos meses, me alimentaba de basura, de los restos de algunos restaurantes, hasta que un día un señor me contrató ilegalmente en una cafetería, ya que solo tenía 15 años. Cuando estaba de 9 meses, me fui de allí, pero ese mismo día perdí a mi hijo y a mis padres.El gimnasio estaba sumido en un silencio incómodo, todos me miraban con lo que más odio, con lástima, no soporto que la gente me tenga lástima o pena, soy una persona fuerte, me he dado cuenta de eso, no necesito la compasión de nadie.
- Heredé la casa de mis padres, pero como no tenía como mantenerla tuve que venderla, me mudé a un diminuto apartamento en un barrio de mala muerte, donde la droga, la prostitución y las peleas eran pan de cada día. Estuve así un tiempo, hasta que Lucas me encontró, me introdujo en el mundo del boxeo y posteriormente en las MMA, peleé, gané y me hice una de las mejores, y aquí estoy, frente a ustedes contándoles una parte de mi vida, para que logren comprenderme un poco mejor.
Me levanté del suelo y baje del ring,
los chicos tenían los ojos cristalizados, Dylan me miraba con pena, decidí ignorarlo, no quiero lástima en mi vida, Lucas y Austin se saben mi historia por lo que estaban normales, aunque se les veía triste.- ¿Como puedes hacerlo? - me pregunta de repente Andy.
- ¿Hacer el qué? - respondí.
- A pesar de todo lo que has pasado, aquí estás, estás bien ¿Como puedes levantarte todos los dias sabiendo que estás sola, que no llevarás a tu hijo a la escuela, que no irás los domingos a comer con tus padres? A pesar de todo esto sonríes, yo en tu lugar no hubiera sido tan fuerte, no lo soportaría - me dijo y no puedo negar que me dolieron sus palabras.
- ¿Enserio crees que para mí es fácil? ¿Quién te dice a ti que yo estoy bien? No hay un día de mi vida que no piense en ellos, en todo lo que pudo ser diferente, en todo lo que me he perdido de la vida de mi hijo, todas las cosas que hubiéramos hecho juntos. Yo no estoy bien, no tienes ni idea de lo que duele que pase su día de cumpleaños y saber que lo único que podré hacer es visitarlo en el cementerio. No viví sus primeros pasos, sus primeras palabras, su primer día en la escuela, me perdí absolutamente todo lo que pensé que viviríamos juntos, todo lo que soñé que vería con él a mi lado. Así que respondiendo a tu pregunta, me levanto cada día por las pesadillas del día de su muerte - dije apemas conteniendo el llanto, nadie tiene permitido verme llorar, y espero que eso nunca cambie, así que me levanté del suelo - si me disculpan iré a darme una ducha.
Sin esperar respuesta atravesé el pasillo con dirección a mi habitación. Nadie me siguió, cosa que agradecí, no quiero seguir hablando.
Entré y cerré la puerta con llave. Me desnudé y me metí en la ducha.
Bajo la ducha di rienda suelta a mi tristeza y me derrumbé por completo, en silencio, como siempre hago, no quería que nadie me escuchara.
Estoy acostumbrada a ser un tempano de hielo con las personas que me rodean, nadie me conoce realmente, ni siquiera Austin o Lucas, aunque ellos son los que más cerca han estado, los únicos que conocen más de lo que muestro, esto ellos no lo saben y espero que nunca me oigan decirlo pero los amo, son lo único que tengo, son una pieza esencial en mi vida, sin ellos no estoy completa.
Pero nunca me verán débil, eso jamás, prefiero que me torturen a mostrar que estoy mal, no me lo permito nunca.
Dejé mis pensamientos a un lado junto a mis lágrimas, cerré la ducha y me envolvió en una toalla y salí del baño.
Observé el espejo y vi mi cara roja y con signos de haber llorado.
Maldición!
Necesitaré un kilo de maquillaje y todo el mundo se dará cuenta que lloré.
Fui a mi vestidor y me puse un top blanco y negro sin tirantes, un pantalón de cuero negro súper ajustado y unos botines de tacón negro.
Cogí mi bolso, mis llaves mi celular, dinero, mi chaqueta de cuero y salí de mi habitación.
Tenía pensado ir a un bar a despejarme, estaba bajando las escaleras para avisar que me iba pero todos estaban al pie de la puerta esperándome.
Mierda!
Voy a tener que cancelar mis planes.
- FIESTAAAAA- gritó Andy de repente todos gritaron y aplaudieron.
Enserio me sorprenden, pensé que me iban a ser miles de preguntas, preguntas que no quiero responder, pero han decidido dejar pasarlo y enserio lo agradezco.
- ¿A dónde se supone que iremos? - dije derrotada sabiendo que iré con ellos si o si.
- Vamos a las carreras y luego nos iremos a un bar - dijo Maddie emocionada.
- No te ilusiones mucho porque no tomarás ni una cerveza, para ti, refrescos - le dije y ella hizo una mueca pero después asintió sabiendo que no me podía decir lo contrario.
- Bueno chicos diviértanse mucho y si necesitan cualquier cosa me llaman - dijo Lucas.
- ¿Tu no irás? - pregunté extrañada.
- Ya estoy viejo para esas cosas, solo quiero dormir - respondió pero yo sé que no irá porque su mujer no está, él es muy considerado, no sale de fiesta si no es con ella.
- ¡Bueno pues nosotros si nos vamos! - exclamó Austin.
Dylan fue en su moto, yo en la mía y los chicos se repartieron en 2 autos, en el de Logan y el de Austin, cuando nos acomodamos partimos rumbo a las carreras.
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Ángeles Del Ring
Novela JuvenilCon un cuerpo de infarto, una sonrisa que ilumina hasta el más oscuro corazón, un cabello negro azabache y unos ojos azules, tan azules que te pierdes en su mirada, todo esto acompaña a la hermosa Deborah Miller. Tal vez pienses que es un ángel caíd...