Me desperté porque sentí algo en mi cara, abrí los ojos lentamente y vi a Zack dándome lametazos, sonreí y le besé la frente.
Me levanté y vi una escena que por poco me hace llorar de risa. Andrea estaba acostada con la boca muy abierta y un brazo sobre el trasero de Logan, este por su parte estaba boca abajo con un pie de Matt a centímetros de su cara, este último tenía a Maddie agarrada de la cintura y roncaba como una morsa con asma, Maddie era la más normal ya que estaba pegada a Matt y abrazaba un cojín, Dylan estaba acostado en el sillón de una forma que su cabeza quedaba colgaba en una extraña posición, apuesto que cuando se despierte le dolerá el cuello como el infierno.
Mi lado psicópata bailaba la macarena por una idea, subí a mi habitación y tomé una corneta que emitía un sonido parecido al de la bocina de los barcos, agarré unos marcadores y unos sprays de colores para el pelo.
Bajé con Zack a mi lado, parecía que mi perro entendía mis planes porque se movía en silencio.
Fui donde los chicos y les pinté a todos una caras extrañas, cejas gruesas, pecas, la punta de la nariz roja, y unos labios rosas, el pelo se los pinté de un color distinto a cada uno, a Matt verde, a Logan rosa, a Andy azul, a Maddie amarillo que al tener el pelo rojo le quedó un color vómito bastante feo, y a Dylan se lo pinté púrpura. A punto de morirme de la risa tomé la bocina y la hice sonar, hasta Zack se sobresaltó, Dylan cayó al piso y los otros pusieron unas caras que parecía que estaban a punto de tener un paro cardíaco, yo solo podía retorcerme de la risa.
Ellos se miraron entre ellos y estallaron en carcajadas al ver sus caras, pero se detuvieron al deducir que ellos también tendrían caras de payasos, corrieron al baño a mirarse en el espejo, todos salieron despacio y me miraron de una forma espeluznante, caminaron a donde yo estaba y antes de que pudiera salir corriendo me sujetaron entre todos y me hicieron cosquillas, estaba muerta de risa y roja como un tomate.
No me di cuenta cuando Dylan se fue y volvió con una jarra de agua, sin piedad me la arrojó en la cabeza y quedé empapada, todos comenzaron a reir y los chicos se detuvieron de pronto, seguí sus miradas y estaba como imbéciles mirándome los pechos que se marcaban por encima de mi ropa, como no llevaba sujetador la situación era bastante incómoda, vi como Dylan tragaba duro, Logan trataba de esconder el bulto en su pantalón y Matt disimulaba mirando para otro lado.
Subí las escaleras pero antes de llegar arriba se me ocurrió una idea para vengarme, en los últimos escalones me quité la camiseta y quedé con la espalda desnuda a la vista de ellos, escuché algo romperse y cuando volteé un poco la cabeza, Dylan me miraba y había un vaso roto en el piso frente a él.
Me metí en la ducha, toqué el tatuaje de mi cintura y una lágrimas cayeron, quiero olvidar, no quiero recordar que día es mañana, me duele.
Salí del baño y me puse la ropa interior, cuando iba a ponerme más ropa la puerta se abrió, Dylan me escaneó de arriba a abajo sin pudor, me envolví en la toalla de nuevo.
- ¿Qué quieres Dylan? - pregunté.
- A ti - dijo y se me acercó, de un solo movimiento me quitó la toalla y me sentó en el escritorio que había en una esquina de la habitación, me besó desesperadamente y yo le seguí el beso.
Recorrió mi mandíbula y cuello con la boca, me agarró por la cintura y yo lo rodeé con mis piernas. Cuando estaba a punto de quitarme el sujetador llamaron a la puerta y escuché a Dylan soltar un par de maldiciones.
- Dylan, tenemos que irnos, tienes que llevar a Dave al colegio - dijo Logan al otro lado de la puerta.
- Joder, se me había olvidado. Ya voy - dijo Dylan - hermosa, tengo que irme, pero esto lo terminaremos, eso no lo dudes, por cierto me encantan tus besos - me besó de nuevo y se fue.
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Ángeles Del Ring
Teen FictionCon un cuerpo de infarto, una sonrisa que ilumina hasta el más oscuro corazón, un cabello negro azabache y unos ojos azules, tan azules que te pierdes en su mirada, todo esto acompaña a la hermosa Deborah Miller. Tal vez pienses que es un ángel caíd...