Chapter Fifteen 15🖤

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Deborah

Me duele todo, pero especialmente el abdomen. Abrí los ojos lentamente acostumbrandome a la luz de la habitación, un momento, está no es mi habitación, miré a un lado y vi máquinas y un gotero que me estaba suministrando un líquido blanco.

Maldición! Estoy en un hospital, odio los hospitales, estaba a punto de desconectarme de todos estos cables y salir de aquí pero me di cuenta que no estaba sola en la habitación.

Dylan estaba sentado a mi lado con la cabeza gacha, mirando al suelo.

- Joder Debb, despierta, te echo de menos, no sabes lo difícil que es estar sin ti - me dijo aún sin mirarme.

- ¿Eso es una declaración? - dije y me sorprendí lo ronca que me salió la voz.

¿Cuánto tiempo llevo aquí? Me da miedo pensar que estuve en coma de nuevo.

Dylan se levantó de un salto y me abrazó dejandome sin respiración.

- Me...estoy...quedando...sin aire - dije con un hilo de voz y me soltó inmediatamente.

- Perdón - me dijo - espera aquí.

Salió y a los pocos segundos entró con un doctor que me hizo algunas pruebas para ver si todo estaba en orden, me dijo que necesitaban un donante de sangre, pensé inmediatamente en Austin, él es la única persona que conozco con mi mismo tipo de sangre, tengo que llamarlo.

Le pedí a Dylan mi teléfono y cuando me lo dio le dije que necesitaba estar sola.

Llamada telefónica

- ¿Deborah? - respondió inmediatamente y se notaba la preocupación en su voz.

- Soy yo Austin, necesito un favor tuyo.

- Lo que sea - dijo.

- Tuve un pequeño accidente.

- ¿QUEEEEE? - gritó, tuve que despegar el móvil de mi oído o me quedaría sorda.

- Tranquilo estoy bien - escuché como suspiraba más calmado - pero necesito un poco de sangre.

- ¿NECESITAS UNA TRANSFUSIÓN? ¿CÓMO ME PUEDES DECIR QUE ESTAS BIEN SI NECESITAS SANGRE? - y ahí estaba otra vez los gritos.

- Estoy bien, pero el doctor dice que lo necesito, y por tanto también te necesito a ti - le dije transmitiéndole confianza.

- Estaré allí en media hora, ¿En que hospital estás?

- Estoy en... ¿Pero tú cómo es que llegas en media hora? ¿Estás aquí? - le dije pero ya me había colgado.

Fin de la llamada

Ya tenía donante, no tengo nada de que preocuparme, o tal vez si, Mierda.

En la habitación entraron tres policías y no necesité que hablaran para saber por qué estaban aquí, no era la primera vez que me pasaba.

- Señorita Deborah Miller, necesitamos hacerle unas preguntas - me dijo uno.

- Adelante, pero conozco mis derechos y la verdad me gustaría hacer una llamada antes - dije.

- Está bien, habrán dos oficiales en la puerta, mientras yo iré a preguntar acerca de su estado de salud, le daremos 15 minutos para hacer su llamada - dijo y salieron dejándome sola. Inmediatamente marqué el número de Dylan.

Llamada telefónica

- ¿Deborah qué ha pasado? ¿Qué te dijeron? No permitiré que vayas a la cárcel - dijo tan rápido que apenas entendí.

Ángeles Del RingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora