Volví con los chicos que me miraban asustados, al parecer lo vieron todo.
- ¿Qué coño fue eso Debb? - preguntó Madd con los ojos como platos - Te he visto golpear a Richard, pero esto fue mucho más, eres la puta ama, tía tienes que enseñarme a pelear así - yo sonreí, hay tanto que ellos no saben, ni siquiera se imaginan.
- Tranquila pequeña, no te hará falta aprender a pelear porque yo estaré ahí para ti siempre, y si le tengo que partir la cara a alguien lo hago - le dije.
- Debbie, tenemos que hablar urgentemente - me dijo Dylan, no me dejó contestar ya que me tomó del brazo y me arrastró con él hacía el baño de hombres.
- ¿Estás loco? ¿Qué se supone que haces? - le pregunté pero el me ignoró - No pienses que entraré ahí, y si hay un tío dentro, ¿qué hago? ¿Decirle que me gusta entrar en los baños de los hombres para hablar con ellos? - le dije sarcástica.
- Tranquila nena, luego me cuentas tus hobbies - será capullo - Ahora vamos - entramos y afortunadamente no había nadie.
- ¿De qué querías hablar? - pregunté, no me gustaba nada estar en un lugar así con Dylan.
- De nada - me respondió muy tranquilo.
Me tomó de la cintura, me empujó contra la pared y me besó, al principio me quedé con shock pero luego le seguí el beso, no me preguntéis por qué, porque ni yo lo sé.
Dylan metió las manos por dentro de mi blusa y en ese momento llegó un poco de cordura a mi mente y lo aparté.
- ¿Qué te pasa? - dijo un poco confundido, normal, él está acostumbrado a que todas las chicas estén a sus pies y yo no voy a ser otra más.
- ¿Qué te pasa a ti? ¿Por qué me besas? - pregunté.
- No te hagas la ofendida ahora, que bien que te gustó, me seguiste el beso, si al final eres igual de zorra que todas - dijo.
Sentí que la sangre me hervía, lo tomé del cuello y le metí la cabeza en el lavamanos.
- Escúchame bien niñato de mierda, yo no soy una de tus zorras, si quieres un polvo te vas a un puticlub, pero a mí no me jodas, te seguí el beso porque quise, porque puedo y no me arrepiento de hacerlo, yo hago lo que quiera cuando quiera y con quien quiera, pero cuando no quiero no me toca ni Dios, así que bájale al tonito que usas conmigo porque te puedo llevar al cielo, pero te aseguro que al infierno te llevo más rápido - abrí la pluma de agua y el chorro le mojó toda la cabeza - espero que con eso se te bajé el calentón - dicho y hecho me fui de allí como la diva que soy.
Los chicos estaban unos metros más apartados, cuando me vieron me miraron con picardía, a saber que están pensando que hice con Dylan en el baño. De pronto sus rostros cambiaron, primero a sorpresa, luego a preocupación y después a diversión, volteé mi cabeza y vi que estaban mirando a un Dylan todo mojado y con cara de asesino en serie.
Tomé mis cosas y a Madd, nos fuimos al parking con los chicos detrás, ignoré las miradas amenazantes que me lanzaban Dylan.
- Joder, Deborah, ¿este es tu auto?¡¡¡Es la ostia!!! - exclamó Matt y yo le sonreí.
Vi a Dylan montarse en la Harley Davidson que vi el otro día en el parking de la universidad, sinceramente me encanta esa moto.
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Ángeles Del Ring
Teen FictionCon un cuerpo de infarto, una sonrisa que ilumina hasta el más oscuro corazón, un cabello negro azabache y unos ojos azules, tan azules que te pierdes en su mirada, todo esto acompaña a la hermosa Deborah Miller. Tal vez pienses que es un ángel caíd...