Llegamos a las carreras y todo el mundo se quedó mirándonos.
Fuimos dónde estaba Charlie y al verme una sonrisa se dibujó en su rostro.
- Esperaba que vinieras un día de estos, dime por favor que correrás, hazme ganar dinero - me dijo suplicando.
- Vale - le sonreí y él me guiñó un ojo a la vez que Dylan gruñía, inmaduro.
- Bueno voy a inscribirte, ¿alguien más correrá? - preguntó.
- Yo - dijo Dylan.
- De acuerdo.
Fuimos a la barra improvisada, que más bien era un chico con una nevera enorme repartiendo cervezas y algunos licores.
Cada uno compró una cerveza y Maddie agua. Observamos el panorama hasta que vi una moto negra con detalles dorados demasiado conocida para mí.
Por poco me atragantó con la cerveza al ver al dueño de esa moto, conozco a ese chico como a la palma de mi mano.
Estaba a punto de correr hacia él cuándo llamaron para la carrera.
Me puse mi casco y me monté en mi moto.
Todos los corredores nos pusimos en la línea y mi sorpresa fue aún mayor cuando vi al chico de antes a un lado y a Dylan al otro.
Jacob y yo nos miramos a través de los cascos y supe en ese instante que me había reconocido aún sin ver mi cara.
La chica en bikini se nos puso enfrente y luego del conteo habitual dejó caer el pañuelo al suelo y todos aceleramos con un único objetivo, ganar.
Dylan encabezó la fila, le seguía Jacob y yo iba de tercera.
Llegó la curva, lo que hizo que Dylan disminuyera la velocidad, sin embargo Jacob y yo pensamos lo mismo, así que aceleramos colocándonos uno junto a otro en el primer lugar y así terminamos la carrera, empate, finalizando haciendo un caballito al mismo tiempo, o sea, apoyamos la moto en la rueda trasera y levantamos la delantera.
En la pista de hizo un silencio absoluto, todos los corredores llegaron, nadie se movió, hasta que de repente dos carcajadas resonaron por todo el lugar.
Jacob y yo nos quitamos los cascos aún riendo bajo la mirada de todos, corrí a sus brazos, él me levantó y rodeé su cintura con mis piernas.
Nos abrazamos como si la vida se nos fuera en ello y pude ver que al pelinegro se le cristalizaron los ojos.
- No me puedes hacer esto, tengo una reputación que mantener, no tienes ni idea de lo que me harían si me ven llorando, soy un chico malo, pero sabes que tu eres mi punto débil y te aprovechas de eso - me susurró y yo le sonreí.
Nos miramos a los ojos y por nuestras mentes cruzaron todos los lindos recuerdos que vivimos juntos hace un par de años.
Estaba sumida en mis pensamientos y no me di cuenta que su boca se iba acercando a la mía. Cuando me besó no me opuse, pero tampoco le correspondí. Al darse cuenta se separó de mi.
- Lo siento, pero saber que no puedo resistirme a ti - bromeó.
Miramos a nuestro alrededor y todos nos miraban. Jacob y yo nos miramos y pensamos lo mismo, es increíble que después de tanto tiempo nuestra conexión siga igual.
- ¿QUE COÑO MIRAN? VUELVAN A SUS COSAS - gritamos a la vez y todos nos hicieron caso.
Vi a los chicos y me bajé de Jacob para dirigirnos hacia ellos.
Dylan estaba con una cara de asesino en serie, Austin con una sonrisa burlona y todos los otros con un enorme signo de interrogación adornando sus frentes.
- Hasta que por fin nos vemos - dijo Austin dándole la mano.
- Sabes que me gusta desaparecer a veces - respondió Jacob.
- Bueno, tengo que decir que se te extraña por el ring.
Pues si, Jacob es boxeador, entrenaba en el gimnasio de Lucas y era patrocinado por este, así nos conocimos, es muy bueno, pero después de la muerte de su hermanita Kira se retiró.
Aún recuerdo a la pequeña, era muy linda, murió de cáncer, al parecer era genético o algo así, Jacob quedó destrozado, pero después lo superó un poco, por lo menos logró no volver a sentirse culpable, ya que decía que si la hubiera cuidado mejor, la niña seguiría viva, algo totalmente ilógico ya que él no podía hacer nada contra una enfermedad como esa, además de que no hubo un hermano más atento y cariñoso que él.
- Bueno, acerca de eso, estoy pensando volver - soltó.
- ¿ENSERIO? - dijimos Aus y yo, sabemos lo que eso puede significar.
Él dejó el boxeo porque le recordaba a Kira, la niña estaba muy orgullosa de su hermano, decía que era su súper héroe.
- Pues si, lo he pensado mucho y creo que volveré, a Kira no le hubiera gustado que yo lo dejara, por ella volveré.
Lo abracé y sentí un carraspeo. Volteé la cabeza y allí estaban los chicos.
- Lo siento, chicos este es Jacob, Jacob estos son los chicos - ya sé, no es una presentación muy original pero me pesa presentarlos uno por uno.
- ¡Oigan estrellas! - nos giramos y vimos a Charlie con unos fajos de billetes, nos lanzó 2 a cada uno - sigan así y se harán de oro.
- Bueno, ¿Nos vamos ya? - dijo Matt y todos estuvimos de acuerdo, hasta Jacob, al que tuve que convencer para que nos acompañara.
Cada uno se subió a su vehículo y nos fuimos a un bar.
Apenas entramos todos se voltearon a vernos, los hombres silbaron y nuestros chicos gruñeron.
Matt tomó a Maddie de la mano, Logan paso un brazo por los hombros de Andy mientras Austin, Dylan y Jacob dirigieron sus manos a mi cintura al mismo tiempo, después de una batalla de miradas asesinas entre los tres decidí caminar sola, total me sé defender de sobra.
Fuimos a la barra y el camarero me miró a mi directamente.
- Hola hermosa ¿que te pongo? - preguntó coqueto a la vez que mi trío de guardaespaldas lo fulminaban con la mirada.
- Pues yo quiero un Johnnie Walker - contesté.
- La nena tiene muy gusto - me dijo y se dirigió a los demás para preguntar qué querían.
- Pues yo quiero, primero, otro Johnnie Walker y segundo, que dejes de coquetear con mi novia - dijo Jacob tomándome de la cintura.
Odio cuando hace esto, se pone en plan protector y no hay quien lo aguante.
Me separo de él y me voy al baño. Me lavo las manos y la cara, me seco y me retoco el maquillaje.
Estoy mirándome en el espejo cuando Dylan aparece detrás de mí, me rodea con sus brazos y hunde su cara en mi cuello.
Puedo decir con toda seguridad que estoy en casa.
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Ángeles Del Ring
Teen FictionCon un cuerpo de infarto, una sonrisa que ilumina hasta el más oscuro corazón, un cabello negro azabache y unos ojos azules, tan azules que te pierdes en su mirada, todo esto acompaña a la hermosa Deborah Miller. Tal vez pienses que es un ángel caíd...