Dylan me tomó la mano y me llevo junto a los chicos, que estaban cerca de la barra.
- ¿Qué haces aquí Debb? - preguntó Logan.
- Dylan me trajo - respondí.
- Es peligroso - dijo Matt.
- Está conmigo, nada le sucederá - dijo Dylan y yo quería reír, ellos no saben quién soy, el que se meta conmigo debe preocuparse por él no por mí - ¿Quiénes pelean ahora? - preguntó a Andy.
- El Zorro y El Terremoto - dijo Andy.
- Señoras y señores con ustedes, con 1.75 de estatura y 74,12 kg El Zorroo - dijo un hombre que estaba en el ring, el público se volvió loco, empezó a gritar y aplaudir cuando subió un tipo, con la cabeza rapada lleno de tatuajes, tenía músculos, y se veía que era el favorito - en el otro lado tenemos a El Terremoto con 1.78 y 77.31 kg - el público empezó a abuchear cuando subió un tipo que era puro músculo, El Zorro puso cara de miedo, grave error, nunca muestres tus sentimientos.
- Yo voy a apostar por el Zorro - dijo Dylan.
- Yo también - dijeron todos los chicos.
- Yo apuesto por El Terremoto - dije confiada, todos me miraron como si fuera un extraterrestre, los ignoré y fui donde estaba el hombre de las apuestas, cuando le dije a quien apostaba se rió de mí, pero me dio igual, después que todos hicieron sus apuestas comenzó la pelea.
Se pusieron en posición de defensa, El Zorro seguía con su cara de miedo, tenía las piernas muy separadas. El Terremoto esperaba, cuando el otro lanzó el primer golpe, otro grave error, dejó al descubierto su mandíbula, el Terremoto lo golpeó con fuerza, el cabeza rapada trastabilló y por un momento pensé que se caería, pero no, lanzó otro golpe que el Terremoto esquivó fácilmente, este último lanzó un gancho al estómago se su adversario junto con un jab que le rompió la ceja, luego una patada en el pecho y un uppercut que lo dejó fuera de combate.
Todos hicieron silencio y yo sonreí victoriosa. Me levanté y empezé a aplaudir, todos me miraban.
- Aprendan algo de mi, cuando hago una apuesta es muy difícil que la pierda - dicho esto me dirigí al hombre de las apuestas y me entregó 3.000 dólares, al parecer fui la única que apostó por El Terremoto.
Luego de tres combates más llegó el más esperado de la noche por todos, menos por mi ya que no tenía ni idea de quiénes se enfrentaban.
Apareció un hombre rubio bastante grande y musculoso, la gente se volvió loca con él, su contrincante era un muchacho lleno de tatuajes con un poco menos de músculos, sonó la campana y empezó el combate. El rubio era bueno pero tenía muchos puntos débiles, desde el asiento donde estaba podía ver qué era diestro, tenía un buen gancho pero los brazos un poco cortos lo que hacía que quedara parte de su abdomen al descubierto, su mirada era oscura y penetrante, daba un poco de miedo, pero sería fácil derrotarlo, al parecer solo yo pensaba esto porque el chico de los tatuajes quedó en el suelo sangrando.
- El ganador es La Roca - dijo el hombre que hacía las apuestas.
- ¿Quién es el próximo? ¿Quién se atreve a enfrentarme? Vamos - gritó La Roca desafiando al público.
- ¿Ustedes pelean? - le pregunté a los chicos y ellos asintieron - ¿Y por qué no suben a pelear con él?
- Nadie se mete con La Roca, es peligroso, todos le temen - dijo Logan en un susurro.
- ¿Enserio le tienen miedo a él? - dije y no me di cuenta que todo el mundo me miraba incluido La Roca.
- Escucha niña yo podría romperte con un solo movimiento, pero si tan poco valoras tu vida, adelante, te desafío - me dijo con una sonrisa.
- Perdonala Tyler, no sabe lo que dice - dijo Dylan y no hay nada en este mundo que odie más a que hablen o tomen decisiones por mi.
- Desafío aceptado - dije lo suficiente segura, me quité mi suéter quedando en un top deportivo que traía debajo, se veía los tatuajes de mis brazos y abdomen, me subí al ring y alguien me dió unas vendas y unos guantes, me puse las vendas pero los guantes los rechacé, nos pusimos en posición y sonó la campana.
¡Que empiece el show! pensé.
Tyler tenía una sonrisa de victoria en su cara, yo me encargaré de quitársela, lanzó un golpe a mi estómago que fácilmente esquive, le di un gancho en la mandíbula que lo hizo dar un paso atrás, aproveché que bajo un poco la guardia y le di un golpe encima del ojo derecho, luego un derechazo en la cara y una sucesión de golpes en su barriga, sonó nuevamente la campana dando por finalizado el primer round.
Tomé un poco de agua que me ofrecía Dylan, me dolían los nudillos como el demonio, mañana tendría que vendarme las manos, pero no me importa.
Empezó el segundo round y antes de que pudiera mirarme le di una patada en el abdomen que le dejó sin aire, luego un jab que le partió la nariz, ese es mi punto fuerte, me gusta romper narices, le di otro golpe en la cara y ya estaba sangrando por la ceja, por la nariz y por el labio inferior, además de los moratones que empezaban a formarse en su pómulo derecho y en la mandíbula.
De pronto sentí algo frío traspasarme el abdomen, miré hacia abajo y vi la mano de Tyler con una navaja ensangrentada, miré mi cuerpo y me di cuenta que me había apuñalado el hijo de la gran puta. No podía pensar en nada más, me importaba muy poco la herida, lo tomé del cuello, le di un cabezazo, una patada en los huevos y lo lancé al suelo, no me importa si está permitido o no, él hizo trampa primero.
Estaba sangrando como Satanás, y me dolía mucho, pero no me preocuparía por mi hasta que acabará con él, me senté encima y comencé a golpearlo en la cara hasta que perdió el conocimiento, a un lado vi la navaja y la cogí, se la puse en el cuello, pero ahí me di cuenta que yo valgo más que esto, soy mucho mejor que toda esta mirda, me costó mucho salir del pozo para volver a caer en él, el malnacido se lo merecía, pero yo no, pensé en Christian y me rendí, no podía hacerlo.
Solté la navaja bien lejos y con un poco de dificultad me levanté, los chicos me miraban con miedo y preocupación, caminé hasta ellos y apenas sentí que los brazos de Dylan me rodearon me dejé llevar, todo se volvió negro, no me importaba morir, estaba orgullosa de mi misma, pude matar a ese tipo pero no lo hice, me di cuenta de algo, yo valgo la pena.
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Ángeles Del Ring
Teen FictionCon un cuerpo de infarto, una sonrisa que ilumina hasta el más oscuro corazón, un cabello negro azabache y unos ojos azules, tan azules que te pierdes en su mirada, todo esto acompaña a la hermosa Deborah Miller. Tal vez pienses que es un ángel caíd...