Escucho voces... Abrí los ojos lentamente y me encuentro con dos hombres a unos metros de mi mirándome fijamente. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal y me preparé para cualquier cosa.
- Por fin despiertas hermosa - dijo uno, era bajito y regordete.
- Queremos divertirnos, y nos vienes muy bien para eso - dijo el otro, que era delgado y calvo, sostenía en su mano una botella de alcohol casi vacía.
- La única que se divertirá seré yo si no me dejan en paz - respondí con mi acostumbrada calma.
- Te crees ruda, eh? Me gusta - balbuceó el gordo.
- Iros a la mierda si no queréis problemas - les advertí.
- Eres una fiera, y a mí me encanta domar a mujeres como tú - gruñó el calvo mientras se acercaba a mi a paso lento.
Mi calma se fue a tomar por culo, no tenía demasiadas ganas de ser amable, tampoco quería formar un show en un cementerio pero no me quedaba otra.
Se fueron acercando y yo retrocedía.
El gordo intentó abalanzarse sobre mi pero fui más rápida, tomé su brazo y lo torcí con bastante fuerza.
Al otro le solté una patada en las costillas que sumado a su borrachera lo dejo en el piso intentando levantarse sin mucho éxito.
El gordo me lanzó una patada que me dió en el estómago. Me doblé del dolor y él aprovechó para golpear mi cabeza con una rama bastante dura.
Me dolía el estómago y la cabeza, todo me daba vueltas. El calvo seguía en el piso, pero la botella de licor estaba a unos pasos de mi. Me abalancé a por ella.
Cuando la tuve me levanté con dificultad al tiempo que el gordo me lanzaba un puñetazo justo en el pómulo.
Levanté el brazo y con toda la fuerza que fui capaz estrellé la botella en su cabeza. El tipo cayó al suelo inconsciente.
Me acerqué a él y verifiqué que tenía pulso, caminé hasta el otro hombre, puse la mano en su hombro e hice presión en un punto exacto que al instante lo dejó dormido.
Me alejé de allí después de dar un beso en la lápida de mi hijo y pedirle perdón por este incidente.
Me dolía horrores la cabeza, afortunadamente no tenía sangre, pero si un chichón importante. Mi pómulo ardía y mi estómago aún se quejaba por el golpe.
Llegué a mi moto y me subí en ella, al agarrar el timón me di cuenta que en mi mano tenía incrustados pedacitos del cristal de la botella, no me dolía mucho pero si molestaba al mover los dedos.
Arranqué y tomé rumbo hacia mi apartamento. Ya era de día, lo que quería decir que llevaba un buen tiempo desaparecida.
Llegué a mi apartamento, estacioné la moto y subí en el ascensor. Abrí la puerta y entré.
No quería ver a nadie, estaba cansada y adolorida, sabía que me harían un interrogatorio que no quería escuchar y viendo el estado en el que llegué se preocuparían y preguntarían el doble.
Di unos cuantos pasos y apenas toqué las escaleras una voz bastante enojada me recibió.
- ¿Dónde estabas? - preguntó Dylan.
- Por ahí - respondí aún sin darme la vuelta.
- No puedes actuar como una niñata inmadura y salir corriendo cada vez que te pase algo, estábamos muy preocupados por ti, no sabíamos donde estabas, ni como estabas, ni porque saliste corriendo de aquella forma - dijo, y en su voz estaba reflejado el enojo.
- No te incluyas, tú y yo sabemos perfectamente que no estabas preocupado, lo que me suceda te importa muy poco, no te hagas el buena gente ahora y no me des la lata que me duele la cabeza - contesté y comencé a subir las escaleras.
- Eres la persona más fría e insensible que conozco, sé tu historia, sé por lo que has pasado, pero creo que no deberías ser así, debes darte la oportunidad de amar por una vez en la vida - me dijo y mi mundo se vino abajo, sé que todo eso es cierto, sé que soy una persona fría, pero soy capaz de amar, en silencio, pero lo hago, esas palabras me las digo día a día, pero no sé por qué me duele que me las diga Dylan.
Me volteé lentamente y vi su cara de decepción transformarse en horror y luego en preocupación, no me había visto en un espejo pero sé que debo verme como fatal.
- Es cierto que soy una persona fría, cruel incluso, no me gusta expresar mis sentimientos, pero eso no significa que no los tenga, soy capaz de amar, lo he comprobado, he amado a muchas personas, pero todas me abandonan y me lastiman de una forma u otra. Amé a mis amigos, y cuando quedé embarazada y los necesitaba porque me hacía falta un abrazo o alguien que me dijera que todo iba a estar bien; me despreciaron, me insultaron y se fueron. Amé a mis padres, pero cuando más los necesitaba, me dejaron en la calle, sin nada, me dieron una patada y me vi obligada a vivir en la calle. Amé a mi hijo con toda mi alma, era todo lo que tenía, todo lo que necesitaba, pero un día desperté en un hospital con la noticia de que había muerto, que no tendría la oportunidad de ver a mi bebé crecer, así que no me digas que soy insensible porque te juro que siento más que tú, y tampoco me digas que sabes mi historia porque no lo haces, no tienes ni puta idea de todo lo que he pasado.
Terminé mi discurso y una lágrima resbaló por mi mejilla, Dylan tenía su mirada puesta en mi, se veía avergonzado, pero no me importaba, solo quería estar sola.
Di media vuelta y subí las escaleras con destino a mi habitación.
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Hola angelitos 😇!!!!!
¿Que les pareció el capítulo?Espero que les haya gustado, es un poco corto, lo siento por eso, pero quería tener uno listo antes de Navidad para poder felicitarlos a todos.
FELIZ NAVIDAD!!!!☃️
Espero que la pasen súper junto a sus seres queridos.
Abracen a su familia, denles muchos besos, porque al fin y al cabo son lo más importante que tenemos.
Quiero agradecerles su apoyo con el libro y conmigo.
Esta es mi primera historia, nunca pensé que tendría tantas lectura o votos, estoy súper emocionada y todo gracias a ustedes.
Me despido con muchos besitos, les deseo una feliz navidad y por favor, escríbanme para saber cómo la pasaron.
Con cariño,
KGStyles.
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Ángeles Del Ring
Novela JuvenilCon un cuerpo de infarto, una sonrisa que ilumina hasta el más oscuro corazón, un cabello negro azabache y unos ojos azules, tan azules que te pierdes en su mirada, todo esto acompaña a la hermosa Deborah Miller. Tal vez pienses que es un ángel caíd...