Capítulo 5

24.9K 1.5K 422
                                    

No recuerdo como he despertado en mi cama, pero al abrir los ojos veo a mi padre, a Sam y a Paul mirándome con caras de preocupación. Cierro los ojos de golpe, pero ya me han visto despierta.

—Ashley. —Dice mi padre sonando mucho más dulce que antes. —¿Estás mejor?

—Sí, sólo he soñado que Sam se transformaba en un perro gigante. —Susurro sin abrir los ojos. Pero escucho un leve gruñido y, al abrir los ojos, veo a Sam con el ceño fruncido, de nuevo.

—Un lobo. —Dice Sam molesto, cruzándose de brazos.

—¿Qué? —Pregunto solo para molestarlo un poco, ya que me hace gracia verlo molesto por todo lo que hago o digo.

—Qué soy un lobo, no un perro. —Dice manteniendo aún su tono molesto.

—Vaya, parece que alguien tiene un humor de perros hoy. —Me río de mi propio chiste pero, al ver a los tres serios, dejo de hacerlo y observo a Sam rodar los ojos ante mi comentario.

—Ashley, lo que te hemos mostrado es un secreto, no debes contarlo. —Dice Sam, mirándome de una forma que no acepta réplica, pero si lo contase, ¿quién me creería?

—Vale, no te preocupes. —Digo encogiéndome de hombros, tampoco debe cambiar mi vida porque ellos sean uno bichos enormes y peludos. —Pero ¿dónde compráis collares antipulgas para vuestro tamaño?

—¡Ashley! —Exclama papá, regañándome con la mirada por ser tan irrespetuosa, pero, a ver, no es normal que el alfa de una manada de hombres lobo se haya transformado en mi jardín trasero, la verdad.

—Lo siento. —Contesto levantándome de la cama e intentando salir de aquí, pero Paul no se quita de en medio. Voy a decirle que se quite, cuando mi padre dice desde detrás:

—No puedes salir, estás castigada hasta que empiece el curso, dos semanas.

—¿Qué? ¿castigada? —Exclamo furiosa por la gran injusticia que se está cometiendo contra mí. —¿No voy a salir de aquí en dos semanas?

—No, vas a salir, vas a ayudar a Sam en todo lo que te pida, por haber ido a por ti. —Dijo papá con una sonrisa socarrona. Estoy castigada siendo la criada de un chucho.

—Vamos Ashley, tenemos que hacer muchas cosas. —Dice Sam antes de salir de mi habitación. En el salón mira a Jared. —Vamos Jared, nos vamos.

—Adiós papá, gracias por arreglarme el final de las vacaciones. —Digo con sarcasmo, siguiendo a la manada de chuchos hacia mi jardín trasero, de nuevo.

—Gracias a ti por no hacerme caso y dejar que te castigue. —Le escucho decir entre risas mal disimuladas.

—Sam, ¿por qué vamos por el bosque? —Pregunto al ver que evita el sendero marcado y se interna donde la naturaleza crece a sus anchas.

—Vamos más rápido por aquí. —Dice Jared con una sonrisa orgullosa. —Vas a flipar con lo rápido que corremos.

—Pero yo no soy rápida. —Digo confundida, no me harán correr tras ellos, ¿verdad?

—Lo sabemos. —Dice Sam tranquilizándome momentáneamente. —Por eso te subirás al lomo de Paul.

—¿Qué haré qué? —Pregunto incrédula, mirando como Jared desaparece tras unos arbustos, apareciendo al momento con un pelaje entre marrón y gris.

—Mi pelaje es gris. —Escucho decir a Paul, siendo de las pocas veces en la que lo escucho hablar. —Ahora vuelvo.

—Vale. —Digo un poco incómoda ante la perspectiva de tener que montar sobre Paul Lahote, hasta en mi cabeza suena pervertido. Espero menos de un minuto, y aparece un lobo gris enorme, no tan grande como el de Sam. Me hace una señal con la cabeza, y se inclina para que pueda subir sobre su lomo. La carrera es muy divertida, Paul es realmente rápido y hace muchas carreras con Jared, ganándolas todas. Llegamos a una pequeña casa con muchas enredaderas y de aspecto hogareño.

BLACK  |PAUL LAHOTE|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora