Capítulo 38

12.4K 729 51
                                    

—Si, embarazada ¿es qué hay algún problema? —Pregunto temerosa, no quiero o necesito más problemas, Sam niega y suspira derrotado.

—El problema es que cuando una imprimada se embaraza, para el lobo resulta imposible alejarse de ella, debe estar cada segundo con ella, ya que debe proteger tanto a su descendencia como a la imprimada. —Explica mientras mira a Paul con cautela. —Y teniendo en cuenta de que Paul es ese lobo, cachorrita, a partir de ahora la palabra privacidad carecerá de sentido para ti. —Añade con una pequeña sonrisa, como si mis desgracias le hicieran gracia.

—¿Entonces no me va a dejar sola en ningún momento?

—No, si lo hace el lobo sufrirá llegando incluso a morir si es durante mucho tiempo. —Explica y nos hace una seña para que fuéramos andando hacia la Reserva.

—¿Y cómo vamos a hacerlo si cada uno está en una manada? —Pregunta Paul poniendo su mano en mi espalda de forma posesiva. No va a ser fácil pasar nueve meses así, aunque técnicamente solo faltan siete y medio.

—Tendré que hablar con Jacob y ver una solución, porque me imagino que ninguno de vosotros quiere dejar sus respectivas manadas, ¿no? —Pregunta Sam con cautela mientras me mira fijamente.

—Yo quiero estar en la manada de mi hermano, para mí, los Cullen son personas y deben ser protegidas, por eso dejé tu manada, Sam. —Explico mi punto de vista esperando malas palabras por su parte, pero solo asiente y me sonríe, intenta darme un abrazo, pero ante el gruñido de Paul se lo piensa mejor.

—Lo entiendo Ash, además, ahora protegéis a la impronta de tu hermano. —Dice Sam levantando sus manos como si se rindiese.

—Sam, siento gruñirte, pero no te acerques a Ashley. —Dice Paul sin mostrarse arrepentido, me mira fijamente y suspira. —Yo soy capaz de hacer lo que sea por ti, lo sabes, ¿no?

—Claro que lo sé, Paul. —Contesto sin saber a donde quiere llegar, pero por la expresión de Sam, él sí, por lo que sonríe tristemente.

—Mañana hablaremos con Jacob. —Dice Sam, caminamos en silencio unos minutos antes de que aparezcan las primeras casas de la Reserva. He echado de menos mi hogar, lo que más me apetece es ver a papá y decirle sobre la imprimación de Jake y sobre mi lobito.

—¿De qué habláis? —Pregunto confundida mientras me dirijo a mi casa seguida por ellos.

—Me voy a la manada de Jacob para estar con mi familia. —Me explica Paul con los ojos llenos de amor y ternura, mirada que me derrite, al igual que su acción, dejando a sus amigos por mí.

—¿Harías eso por mí? ¿Protegerías a los Cullen por mí? ¿Por nosotros? —Pregunto antes de saltar a sus brazos y abrazarlo con fuerza. —Te amo, te amo, te amo mucho.

—Y yo a ti, incluso puedo tolerar a las sanguijuelas, no sería la primera vez, además, si Leah es capaz, ¿va a suponer un problema para mí? —Pregunta con una sonrisa socarrona, seguro que se lo borra cuando le comente mis planes de hacerla madrina de mi lobito.

—Ashley, venid mañana a desayunar a casa de Emily, y así damos la noticia, bueno, las noticias a la manada y a Emily. —Dice Sam antes de despedirse a lo lejos fingiendo un abrazo, me río por la reacción de Paul, que gruñe por lo que no me quiero imaginar si ese abrazo hubiese sido real.

—Buenas noches, Sam. —Me despido, le doy la mano a Paul y andamos hacia mi casa. —¿Crees que mi padre estará durmiendo?

—Solo son las nueve, así que lo dudo, ¿vas a dormir ahí? —Pregunta un poco dolido, esperando que fuese a su casa.

—No, además, a partir de ahora debería pensar en mudarnos juntos y preparar la habitación del lobito, ¿no crees? —Pregunto, Paul no me responde, solo me alza en brazos y me besa con fuerza, así que creo que le agrada la idea.

BLACK  |PAUL LAHOTE|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora