Capítulo 34

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—Quédate detrás de mí, no te muevas. —Susurra Paul cuando observamos a Jake intentado controlarse, yo sé que no hará nada, así que dejo de escuchar a Paul y me acerco a mi hermano. —Ashley, mueve el culo hacia aquí. —Gruñe Paul, pero en este momento Jacob se transforma, arañándome el brazo y haciendo que me caiga hacia atrás.

Paul me atrapa antes de tocar el suelo, y al ver que mi brazo se cura rápidamente, se levanta y salta hacia Jacob, quien está fuera de sí. Paul y Jacob empiezan a pelear, sigo demasiado cerca, podrían hacerme daño de verdad, pero el dolor me ha paralizado y empiezo a llorar en el suelo, a pocos metros de esa pelea.

Por suerte, Sam, Jared, Embry y Quil aparecen, Sam y Jared como lobos y Embry y Quil como personas. Rápidamente Embry me alza en brazos y me mete en casa seguido por Quil, quien agarra con cuidado mi brazo, en la cocina meten mi brazo bajo el grifo y limpian la herida que ya se está curando.

—Cachorrita, tranquila, vas a estar bien, para de llorar, sonríe, Paul está bien. —Embry no para de susurrar esas palabras, tan siquiera me he dado cuenta de que sigo llorando, pero no puedo controlarme, por primera vez en mi vida, he tenido miedo de mi propio hermano.

—Tío, ¿Qué hacemos? —Pregunta Quil al verme al borde del ataque de pánico, aunque realmente creo que ya estoy teniendo uno.

—Ni idea, pero deberíamos tumbarla o algo. —Susurra Embry al ver mi estado, pero me agarro con fuerza al cuello de Embry y lo abrazo con fuerza. —Tranquila cachorrita, no nos vamos a ningún sitio.

Pasados unos 45 minutos aparecen por la puerta todos, y Paul viene corriendo hacia mí, pero yo sigo aferrada a Embry y no sé cómo soltarlo, creo que me va a dar un ataque.

—Lleva así desde que hemos entrado, no sabemos que la pasa. —Susurra Quil al ver algo que hace Paul, yo tengo el rostro escondido en el cuello de Embry.

—Creo que deberíamos hablar con el doctor Colmillos, él nos podría ayudar. —Sugiere Embry, nadie dice nada, pero comienzan a andar. Embry va en el centro del grupo y el resto nos rodean mientras corren por el bosque hasta la casa de los Cullen. Al instante, Carlisle y Edward salen al vernos, y sin más nos dejan pasar al consultorio que tiene Carlisle en su casa.

—¿Qué ha ocurrido? —Pregunta Carlisle con suavidad cuando me separa con cuidado de Embry, me tumba en una camilla y comienza a examinar la herida casi cerrada.

—Jacob ha perdido los papeles con Ashley cerca. —Dice Paul con la voz tensa, ya que yo sigo con los ojos cerrados.

—Vale, ¿Edward? —Pregunta Carlisle mientras comprueba mis constantes.

—Se encuentra en estado de shock, se aferró a lo primero que encontró, y ese fue Embry, nos escucha, pero sigue en shock. —Comenta Edward, así que me está leyendo la mente en este instante... ¡Qué te den, sabelotodo! ¡Las mentes son privadas y sigo enfadada contigo! —Si, nos escucha, y Ashley, cuida tu vocabulario. —Añade divertido.

—Pero siente miedo, lo notaba desde el piso de arriba. —Comenta Jasper al entrar en el consultorio, al instante una ola de tranquilidad y letargo se apodera de mí y me voy durmiendo.

—Tranquila, cachorra. —Dice Sam y Paul me agarra la mano, sé que es él por su olor inconfundible a pino, canela y mar. —¿Qué hacemos para que vuelva en sí?

—Lo mejor es dejarla descansar. —Diagnostica Carlisle mi brazo agarrado. —Su herida ya está completamente curada, ni se observa ninguna cicatriz, impresionante.

—Gracias, Carlisle. —Dice Sam mientras mi lobo me alza en brazos y salimos de casa de los Cullen, pero puedo escuchar a Sam hablando con Carlisle. —No le digáis a Bella que Jacob ha vuelto.

—No te preocupes, nadie dirá nada, adiós. —Nos despidió mientras Paul ya corría dirección a la reserva.

Al día siguiente, Paul corrió conmigo en brazos hasta mi casa, donde escucho a Jake dentro de casa, así que Paul me baja y camino hacia su cuarto, mi lobo detrás de mí. Toco a la puerta y espero a que abra, al final, Jake abre la puerta con la cara llena de tristeza, pero al instante me lanzo a sus brazos y lo abrazo con fuerza.

—Dios, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento. —Dice Jake con su cara entre mi cabello. —¿Me perdonas?

—Claro que sí, Jake. —Susurro en sus brazos. —¿Tú me perdonas por lo que te dije ayer?

—Si, tranquila, no tengo nada que perdonarte, y además sí que voy a ir a sorprender a Bella, pero no digas nada.

—¿Qué? —Pregunto con asombro.

BLACK  |PAUL LAHOTE|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora