Capítulo 22

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Dos días después, hemos iniciado la misión de vigilar a Quil, pues es el único que falta por transformarse, pero Quil sigue igual, no sabemos que hacer para que se transforme. Es de noche, y Paul y yo tenemos guardia, aunque Victoria no ha aparecido desde que la perseguimos hasta Seattle, pero aun así debemos estar pendientes de cualquier cosa que esté por la Reserva.

Tengo sueño, esta tarde no he podido dormir, tenía un trabajo que hacer. —Me quejo, corriendo al lado de Paul que justo acaba de despertar de su siesta, realmente injusto.

Yo no tengo la culpa de que tengas que estudiar. —Contesta Paul, preparándose para cazar un venado como cena.

¿No has cenado? —Pregunto sorprendida porque tenga hambre tan pronto, normalmente le entra el hambre sobre las tres o cuatro de la mañana, y solo son las doce.

Me acabo de despertar, preciosa. —Dice como si fuera lo más obvio del mundo.

Eres un vago. —Murmuro, tumbándome y observando cómo se comía el venado con tanto ímpetu. Tras varias horas corriendo por el bosque, hasta que algo corta el silencio en el bosque.

¿Eso ha sido un aullido? —Pregunta Paul, y cuando voy a responder, una voz nueva resuena en nuestras cabezas.

¿Dónde estoy? ¿Qué ha pasado? —Pregunta Quil lloriqueando desde su patio.

Tranquilo Quil, somos Ashley y Paul. —Contesta Paul tratando de relajarlo mientras yo aúllo para llamar a Sam. —Te has transformado en un lobo, como nosotros, ahora nos verás.

Si, yo soy una loba blanca y Paul es gris, ¿vale? —Pregunto llegando a su casa, que se encuentra al lado de uno de los almacenes de la Reserva. —Jake y Embry tenían ganas de que te transformas.

¿Ellos también son lobos? —Pregunta Quil, aun confuso por su reciente cambio. Al llegar al patio de los Ateara, un enorme lobo de marrón chocolate está caminando como un potrillo recién nacido.

Poco a poco, el resto de la manada va apareciendo, y cuando Jake y Embry lo hacen, se vuelven eufóricos al ver que su mejor amigo finalmente se ha transformado.

A las tres semanas, ya somos una gran manada bien eficaz y muy bien organizada. Sam está muy orgulloso de nosotros, y finalmente podemos hacer la formación en V que Sam lleva tiempo pensando: Sam a la cabeza, en segunda fila Jacob y Jared, tras ellos Paul y Leah, detrás de estos Embry y Quil, y en el medio de todos Seth y yo por ser los más pequeños.

Además, por fin Jake se ve más feliz, ya que estaba un poco amargado por Bella. Todo el asunto de que Bella lo llamase pero no viniera a verlo le molestaba a él y a todos lo que tenemos que ver sus pensamientos.

—El teléfono. —Aviso el sábado por la mañana mientras desayuno en la cocina, pero como nadie contesta, me levanto con un suspiro y veo quien está llamando, la sorpresa es ver que no es Bella. —Casa de los Black.

—Hola, Ashley, ¿cómo estás? —Saluda Charlie desde el otro lado de la línea.

—Charlie, buenos días, estoy muy bien, ¿y tú?

—Muy bien, muy bien, ¿está tu padre? —Pregunta con voz tensa, ya que últimamente están un poco separados por el tema de Bella y Jake.

—Pues ni idea, espera que voy a buscarlo. —Respondo, dejo el teléfono, y voy a buscarlo a su cuarto. —Papá, Charlie está al teléfono.

—Gracias, hija. —Dice y toma el teléfono, como soy una chismosa, me siento y me pongo a escuchar. —Hola Charlie, ¿cómo vas? ¿Ah, sí? No me digas, yo no la dejaría, pero todo depende de la confianza que tengas en él, sí, vamos mañana a pescar, claro, hasta luego.

BLACK  |PAUL LAHOTE|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora