Capítulo 39

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—Si, ya nos ha dicho Sam que no habéis perdido el tiempo. —Dice Embry mientras guiña un ojo en mi dirección haciendo que Paul gruña.

—Enhorabuena, Ashley. —Me felicita Emily e intenta abrazarme, pero como Paul no se aparta tengo que rodearlo para poder recibir el abrazo, pero cuando Emily me suelta, Paul me olfatea y, delante de todos, comienza a lamer mi cuello.

—Paul, para. —Me quejo e intento soltarme de su agarre frente a las risas de los chicos, que empiezan a hacer bromas hasta que Paul está satisfecho con mi olor y para. —Chicos, a mí no me hace gracias.

—Lo siento, cachorrita. —Se disculpa Quil sin sentirlo realmente, se levanta para abrazarme, pero otra vez, el gruñido de Paul hace que se lo piense mejor. —¿A partir de ahora no podemos tocar a Ashley?

—Nunca habéis podido, ahora menos. —Dice Paul encogiéndose de hombros y sentándose a desayunar conmigo en su regazo a la vez que Emily nos pone dos platos de desayuno, uno enorme y otro pequeño, pero mi lobito y yo tenemos hambre, así que agarro el grande y me lo como en menos de tres minutos ante la atónita mirada de todos.

—¿Qué? —Gruño mirando a Jared intentar agarrar un trozo de bacon de mi plato, apartando la mano con rapidez. —Emily, ¿queda más comida?

—Cla-claro que sí, Ash. —Contesta Emily anonadada y me serve una ración más tamaño lobo mientras le da otro a Paul, quien también se ha quedado con hambre. —Es obvio que dentro de ti hay un lobo hambriento.

—Ayer se comió tres ciervos. —Informa Paul con orgullo y todos me miran otra vez alucinados, pero mis hormonas atacan y empiezo a llorar sobre mis tortitas. —Ashley, tranquila, ¿qué pasa?

—Estoy gorda, no paro de comer. —Balbuceo, llorando en su cuello y Paul no sin saber qué hacer con mis cambios de humor.

—No es cierto, Ashley, tienes que alimentarte bien para que tu bebé crezca sano y fuerte, y viendo el tamaño de su padre, vas a tener que comer muchísimo. —Me alienta Emily con una sonrisa amable que la devuelvo y sigo comiendo feliz. Paul no podrá seguirme el ritmo.

—También hay otra noticia. —Dice Sam serio de repente. —Antes he hablado con Jacob, acepta que estés en su manada, pero debes comportarte con los Cullen, si no te echará de la manada. —Sam me mira con cautela tras decir eso.

—Ya lo sabía. —Dice Paul entre triste por dejar la manada y feliz por estar a mi lado. —Os echaré de menos, pero mi lobo no puede separarse de Ashley.

—Lo entendemos hermano, que estés protegiendo sanguijuelas no significa que no seas más de nuestra familia. —Dice Jared con tristeza al ver que Paul cambia de manada.

—Sino, mira a Ashley, la aceptamos tal y como es. —Añade Embry mirándome divertido.

—¿Cómo soy? —Pregunto con la boca llena de sirope y tortitas, sin entender que quiere decir Embry y porqué todos me miran divertidos.

—Especial. —Contestan Sam, Quil y Jared a la vez haciendo que todos se rían menos yo, no le veo la gracia.

—Era broma, cariño. —Susurra en mi oído Paul, gruñí y sigo comiendo. —No me gruñas si no quieres que te suba al cuarto de invitados.

—¡Qué asco! —Exclama Embry mientras finge arcadas con Quil. —Que estoy comiendo, además de que es mi hermana pequeña, un respeto, tío.

—¿Respeto? —Se burla Jared. —Paul ya ha marcado el touchdown, llegas tarde.

—¡Por cierto! Quiero ser el padrino. —Declara Quil subiendo y bajando las cejas de forma cómica.

—No. —Dice Paul sin mirarle. —Ashley es quien decide, pero está claro que tu no vas a ser.

BLACK  |PAUL LAHOTE|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora