Little sister |SETH CLEARWATER|

Capítulo 43

Aviso: este comentario contiene contenido sexual explícito, lee bajo tu propia responsabilidad

PDV DE SETH

Amanda se ríe mientras me voy tropezando por las escaleras, teniendo solo un objetivo en mente, hacerla mía.

—Seth, tu prima está abajo. —Susurra Amanda, como si Emily estuviese escuchando tras la puerta del baño, pero yo solo ignoro sus palabras y la voy desvistiendo lentamente. No sabía que el sexo era tan increíble, y quedarme sin eso durante una semana... No, gracias. —Sé desvestirme, lobito pervertido.

—Pero yo lo hago mejor. —Digo con una seguridad que parece que solo me sale durante el sexo, pero he descubierto que a Amanda le encanta que sea tan dominante en este aspecto, porque el resto del tiempo, es ella quien manda.

Amanda rueda los ojos, pero se deja desvestir hasta quedarse totalmente desnuda ante mi mirada oscurecida. Noto en mi pecho un gruñido que lucha por salir al verla tan preciosa, pero me quito rápidamente mis vaqueros, y nos metemos bajo el agua caliente.

Se da la vuelta para agarrar el champú, pero justo en ese momento aprovecho y pego mi erección contra su trasero, frotándome sin vergüenza. Amanda jadea y deja caer el envase, apoya las manos en los azulejos de la ducha y alza más su culo. Nunca lo hemos hecho en esta posición, y realmente es muy intensa para mí, dominando por completo a Amanda.

Dejo que mi lobo tome las riendas de la situación, y me introduzco en mi impronta lentamente, haciéndonos gemir por desespero a los dos, Amanda intenta mover las caderas para crear un ritmo más rápido que la de más placer, pero afirmo con fuerza sus caderas con mis manos, y me quedo quieto dentro de ella.

—Suplica por lo que quieres, cariño. —Digo con la voz ronca, sonriendo pese a que ella no puede verme, pero yo a ella sí, y está desesperada y avergonzada.

—Seth... No puedo creer que... Uf, Seth, por favor. —Suplica intentando generar fricción, así que la doy lo que quiere y comienzo a moverme lentamente, hasta que me desespero como ella y comienzo a moverme rápidamente, haciéndonos acabar con fuerza.

Me vengo en su espalda baja, la doy la vuelta y la alzo en brazos, ya que parece ser que sus piernas ya no la aguantan más relativamente. Dejo que el agua caiga sobre nosotros un buen rato, concentrados en nuestras respiraciones, hasta que unos golpes furiosos en la puerta nos saca de nuestra paz.

—¡Acabas de mancillar a mi hermana! —Exclama furioso Paul intentando abrir la puerta, por suerte el cerrojo es grande y durará lo justo para cambiarnos. —¡Sal para que pueda matarte!