Little sister |SETH CLEARWATER|

Capítulo 41

Al abrir los ojos, los cierro al instante por la fuerte luz que me golpea en el rostro, giro la cabeza y veo a Seth dormido a mi lado en una cama que no es ni la mía, ni la suya. Me siento y hay vendas nuevas tanto en mi brazo, como en el estómago de Seth, y para mi propia tranquilidad, ha retomado su color de piel actual junto a su temperatura elevada. Pero ahora el tema es, ¿dónde estamos?

La habitación tiene colores neutros y una gran pared recubierta por una estantería llena de música, un montón de música. Este cuarto parece el del un productor musical, pero con vistas al bosque, a mi dulce y tan conocido bosque rodea la Reserva.

—Seth. —Susurro contra su oído, provocando que sonría en sueños, adorable. Lo zarandeo suavemente hasta que frunce el ceño y abre los ojos, arrugando la nariz con desagrado.

—Vampiro. —Dice Seth súbitamente serio, levantándose rápidamente y ojeando alrededor, cuando fija la mirada en mí, corre a mi lado y me abraza con fuerza. —No sabía que iba a pasar, si no llega a ser por esos Cullen... Te hubiese perdido.

Agarra mis mejillas suavemente y deja un beso en mis labios, en un pequeño gesto que significa mucho. Sujeta mi mano y comienza a andar hacia la puerta, frunzo el ceño a ver la ropa que llevo puesta, parece nueva y de diseñador, además de que no tengo ni una sola mancha, y eso que recordé caerme en el barro un montón de veces.

—¿Dónde estamos? —Pregunto un poco alterada, pero sabiendo que, extrañamente, estamos a salvo.

—Huele a vampiro, y me imagino que son los Cullen, de nuevo. —Dice Seth abriendo la puerta y observando el pasillo de forma desconfiada, parece pensárselo y cierra de nuevo la puerta, mirando la ventana de forma más segura. —Tranquila cariño, yo te cuido.

—Mientras no se te vuelva a abrir la herida, por mi bien. —Digo con una sonrisa, confiando en él plenamente, pero se tensa de repente y fija la mirada en un punto del bosque. —¿Qué pasa?

—La manada ha vuelto de la Reserva de los Makah. —Dice Seth suspirando aliviado, me coloca en su espalda y salta por la ventana, cayendo como lobo en el suelo, y comenzando a correr hacia casa.

—Paul se habrá vuelto loco. —Susurro divertida imaginándome su reacción al ver que huelo a vampiro y que se me había afectado de nuevo la herida, además de que un vampiro intentó matarme y otro me salvó. —Si, le dará un maldito ataque.