Little sister |SETH CLEARWATER|

Capítulo 17

PDV DE SETH

Sam, Jared y yo nos encontramos de guardia. Se supone que este horario es el de Paul, pero ha pedido un cambio debido a los problemas que está causando su padre. Me gustaría saber lo que ocurrió con él, pero cada vez que le pregunto a Amanda, cambia de tema o no dice ni una sola palabra.

Eso es porque su padre es una mala persona. —Dice Jared tras haber leído mis pensamientos. Corremos por el perímetro interior de la Reserva, el que más cerca de las casas está. —Les hizo pasar por un infierno, sobre todo a Paul.

¿Qué pasó? —Pregunto con curiosidad, pero Sam gruñe delante nuestro y sé que es un aviso. —Lo siento, sé que me lo deben contar ellos.

Lo único que debes saber, y es conocido en toda la Reserva, es que ese tipo es un borracho que pegaba a Paul grandes palizas. Amanda se mantenía escondida. —Dice Sam dando el tema por zanjado. Así que seguimos nuestra guardia hasta que escuchamos la voz de Paul en nuestras cabeza.

Se la va a llevar, va a hacerle daño a mi hermana. No, ella es mi hermana, yo la cuido. —Gruñe totalmente ido, sin darse cuenta de la mirada de puro terror de Amanda, quien da pasos cautelosos hacia él para relajarle, cosa que funciona.

Sam, Jared y yo corremos tan rápido como podemos hacia la casa Lahote, estoy desesperado por llegar a mi impronta y protegerla. Sigo viendo a través de la mirada de Paul, y cuando vuelvo a mi cuerpo humano, Amanda está bien, tranquilizando con éxito al lobo feroz.

Cuando ya tengo puestos los vaqueros, corro hacia la casa, pero escucho un ruido y algo estrellándose contra... ¿una pared? No lo sé, pero mi instinto me hace correr y paso a Sam con facilidad. Entro en la casa, y paso a la cocina totalmente destrozada, donde Amanda está tumbada sobre escombros, y con una profunda herida en su brazo.

Cuando la alzo en brazos, ella está totalmente inconsciente, pero con solo una mirada de Sam, corro hacia la casa de Emily, ella sabrá curar a Amanda. Debe curarla, sin ella, no sé qué haré.

Siempre he ido a la misma clase que ella, pero nunca hemos hablado, nunca hasta que volví a clases después de haber pasado una semana controlando al lobo que hay en mí. Me acuerdo lo sonrojada que estaba por tener que decirme que su mochila estaba enganchada a mí, y como, al ver sus preciosos ojos, no pude evitar caer ante ella.

Aunque lo que no pude evitar fue la paliza que me dio Paul. Simplemente me quedé callado mientras me daba puñetazos, sinceramente, era capaz de pasar por eso el resto de mis días con tan solo tener a Amanda para mí. Pese a que al principio me evitase como si fuese algo malo.

Pero el beso, ese primer beso fue simplemente delicioso, y me dejó con ganas de más. Nunca mi cuerpo había reaccionado así de rápido ante nadie, pero es que Amanda es especial, ella simplemente es perfecta.

—Seth, puedes pasar. —Dice Emily, tira unos guantes manchados de sangre y me deja pasar a su cuarto de invitados, donde mi preciosa impronta está dormida. Tiene el brazo vendado y algunos pequeños moratones en algunas zonas de su cuerpo. —Está bien, debe despertar en unos minutos, pero...

—¿Pero? —Pregunto con miedo. Me siento en la orilla de la cama, y comienzo a acariciar su mejilla con suavidad, encantándome como su piel es un poco más clara que la mía.

—Las marcas de la zarpa... Se, bueno, no se irán. —Dice Emily con la mirada baja, seguramente recordando como recibió ella las suyas. —Por suerte, el zarpazo de Paul ha dejado una marca pequeña, va solo desde el codo hasta la mano.

—Gracias, Emily. —Digo con sinceridad, mi prima sonríe y se limpia una pequeña lágrima. Camina hacia mi y me abraza con suavidad.

—Debes decirla cuando despierte lo que pasará ahora. —Dice Emily, pasando a un tono más serio, pues sabemos cómo reaccionará Paul. Ya que, como ha atacado a una impronta, deberá estar alejado de ella hasta que esta se encuentre bien y sana de nuevo. Es una de las normas más sagradas, y debe cumplirse, como hizo Sam, quien se mantuvo el mes y medio que Emily estuvo en el hospital, alejado de ella sumido en la agonía. —Paul deberá cumplir las normas.

—Lo sé, Emily. —Respondo con sinceridad, pero no quiero que me mate ningún Lahote, Amanda tiene un humor bastante parecido al de Paul, aunque gracias a los Ancestros, el suyo es más suave que el del voluble de su hermano.

Escucho en la planta baja unos gritos, y afino el oído para escuchar mejor.

—¡Me importan una mierda las normas! —Grita Paul, fuera de sí. Sé perfectamente que está a punto de perder los papeles, otra vez. Comienza a gruñir, pero se relaja un poco y pasa de la ira, a la agonía. —Por favor, Sam. Es mi hermana, déjame verla.

—No puedes, y la única forma de que pudieses, es con un permiso especial del Consejo...

—Eso es fácil. —Dice Paul desesperado por ver a Amanda.

—Y Seth, y teniendo en cuenta de que has herido a su impronta, no sé. —Dice Sam, y puedo escuchar un gruñido bajo proveniente de Paul.

Estoy muerto. Porque no pienso darle ese permiso.