Capítulo 14

2.4K 162 50
                                    

POV Daniela

- Bienvenidos otra vez a su segunda casa. - Dice Juan cuando nos recibe en el aeropuerto. - Y bienvenida por primera vez a Santa Marta, pequeña Maria José.

- Gracias, estoy feliz de estar aquí. - Dice mi pequeña con su vocecita apenada.

- Ya quiero ir a la piscina de tu casa Abu. - Le dice Juli a Juan Carlos, desde que aprendió a hablar lo empezó a llamar abu.

- Claro pequeña, la piscina te está esperando, así que vamos. - Dice él y nos ayuda a todos con el equipaje.

- Hace un poco de calor aquí, no? - Me pregunta María José mientras nos sentamos en la parte trasera del auto.

- Sí, aquí siempre es así, te toca acostumbrarte. - Digo pinchando su nariz. - Espero y me hayas hecho caso y empacaras ropa ligera, si no morirás del calor, aunque claro está que podemos ir de compras, de hecho iremos de compras. - Le informo.

- Si traje ropa ligera, y con respecto a lo de las compras... quisiera simplemente que no me compres nada, pero al parecer eso es imposible, no? - Dice rodando sus ojos.

- Exactamente, nos iremos de compras y dejarás que te compre cosas. - Digo segura de mis palabras.

- Bueno... supongo que está bien. - Dice resignada, desvía su mirada a la ventana y empieza a observar los paisajes que van pasando a medida que el auto se va moviendo.

Yo me dedico a observar su bello perfil, la manera en que sus cejas se elevan cuando observa alguna cosa que le gusta, esos pequeños suspiros que se escapan de sus labios de vez en cuando... cada pequeño detalle que hace me tiene embobada.

Inexplicablemente, siento como está empezando a surgir otro amor por María José, yo pensaba que mi amor era uno más maternal, como el de una persona que quiere cuidar de otra, pero luego de mucho analizarlo, me di cuenta que es diferente. Quiero seguir cuidando de María José, pero también quiero ser esa persona que está con ella en las buenas y en las malas, que la puede llevar de la mano a ver una película en el cine, a comer en algún restaurante, cuidar de su corazón, dormir todas las noches con ella y para que negarlo, compartir de vez en cuando algunos besos.

Porque desde que ella tuvo ese arrebato de confianza mientras estaba ebria, ese momento en que probé sus labios, yo ahí morí básicamente, el sentir el roce de sus labios con los míos, como su lengua jugaba con la mía, y esos pequeños suspiritos que se escapaban de sus labios mientras la besaba, me tenía vuelta loca, y justo ahí supe que toda mi vida he sido besada de mal manera, porque los besos de María José son de otro planeta.

No me quiero imaginar como se sentirán sus besos cuando esté en sus 5 sentidos.

Es por esa razón que decidí no contarle que me besó cuando me preguntó que había pasado durante su estado de ebriedad, porque estoy segura que si fuese contado la realidad, María José fuese huido.

Quiero y espero que en este viaje, ocurra una especie de intervención del universo y me diga que camino tomar, porque no puedo hacerle esto a Felipe, él es un hombre maravilloso y ha estado junto a mi en los momentos que más lo he necesitado, no puedo simplemente engañarlo así sin más, yo no soy así. También está el hecho de que soy 8 años mayor que María José, y aunque ella ya sea mayor de edad, sé que para muchos no será algo muy bien visto, y me preocupa terriblemente, porque ahora que ya sé que el amor que siento por ella es uno más fuerte, no sé cómo cambien las cosas en nuestra relación.

Lo único de que lo que sí estoy segura, es que es algo mutuo. Mi mente muchas veces negó el hecho de que yo podía gustarle a María José, pero luego de ese beso que sucedió, analicé todos y cada uno de sus comportamientos conmigo, y es evidente que le atraigo.

Resilience Donde viven las historias. Descúbrelo ahora