Capítulo 23

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POV Daniela.

4 días.

4 dias han pasado desde que el hospital se convirtió en el lugar donde paso prácticamente todo mi día.

Las transfusiones de María José pararon hace 2 días, sin embargo su cuerpo sigue estando débil, es por eso que la mantienen dormida, como una especie de coma por decirlo así.

Mi desesperación aumenta cada día más, no hay momento en que no deseo que mi pequeña abra sus ojos y me vea con esa mirada de amor que tiene por mí, que me diga cualquier cosa con su preciosa vocecita.. ya necesito que despierte, así podría decirle lo mucho que la amo y que ella esté consciente.

Marta y Juan Carlos han venido todos los días, le hablan a María José.. contándole algunas de las pocas anécdotas que tuvieron con ella.

Muchas veces los he escuchado llorar, pedirle perdón a Poché, que le harán pagar a todos y cada uno de los que le hicieron daño, que las cosas serán diferentes a partir del momento que ella despierte.. y así muchas otras cosas más.

Con respecto a Juan José, gracias a la ayuda de Felipe y sus contactos en el ministerio judicial, lograron hacer un allanamiento en su casa y se lo llevaron a la comisaría respectivamente, su esposa permanece igual allá, pero en calidad de testigo.

Por el momento se encuentra preso, en la espera de un juicio, tiene muchos cargos y Felipe está tratando de añadirle otro cargo más por la situación que ocurrió en su oficina, obtuvimos las grabaciones de seguridad y vimos todo lo que ese malnacido le dijo a mi pequeña.

Sabemos que cuando María José se despierte, lo que se viene no es fácil.. ella cree en eso que le dijo Juan José.

Será algo muy difícil, pero entre todos vamos a ayudar a María José, ella va a salir de ese hoyo al que entro, y va a renacer.

- Permiso. - Entra una de las enfermeras a la habitación. - Vengo a checar a María José. - Yo asiento y me acomodo mejor en el sofá.

- No sabes cuándo le quitarán los sedantes para que despierte? - Pregunto luego de un rato, con la esperanza de que me responda algo diferente a lo que me han dicho las demás enfermeras.

- Bueno... sus valores hoy han aumentado drásticamente, el doctor tendría que revisarlos para poder tomar una decisión al respecto, pero yo creo que en estos días debería despertar, siempre y cuando sus valores se mantengan en aumento y no decaigan. - Esa noticia me alegra mucho. - Por cualquier irregularidad me llama, me retiro... con permiso señorita Daniela. - Ella sale y yo me levanto y acerco la silla lo más que puedo a la camilla de María José, y como todos los días, agarro su mano.

- Escuchaste lo que dijeron? Dentro de poco vas a despertar mi amor, dentro de poco volveré a ver tus hermosos ojitos. - Beso su mano. - Espero y cuando lo hagas no estés tan bravita y nos dejes explicarte todo.

Continuo hablándole por un poco más hasta que escucho unos suaves golpes en la puerta, ya sé de quién se trata.

- Permiso. - Dicen Marta y Juan Carlos entrando a la habitación, Marta viene con una lonchera en su mano para mi, lo viene haciendo desde que empecé a quedarme con Poché.

- Aquí tienes tu desayuno cariño, 2 sándwiches de pollo, un poco de fruta picada y un té frío, justo como te gusta. - Sí que me conoce bien.

- Gracias mamita. - Digo recibiendo mi lonchera, no es que no me guste la comida que el hospital amablemente me brinda, pero no hay nada como la comida casera, y más si es ella con amor.

- Ninguna novedad? - Pregunta Juan Carlos.

- Bueno.. la enfermera vino hace poco y dijo que sus valores están subiendo, que igual el doctor debe revisarla para saber que hacer a continuación, pero que al parecer podrían despertarla en estos próximos días. - Digo feliz.

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