Capítulo 27

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Me encontraba de pie en mitad de la Sala del Consejo Quileute, Billy, el abuelo Ateara y Sue me miraban severamente, me estaban dando una charla sobre nuestros enemigos, los fríos, y de la importancia de mantenerme alejada de ellos. Aunque esta charla no estaba siendo nada en comparación a la que me dio Quil, ya que me sentó en un tronco caído y estuvo hablando durante media sobre mi seguridad y su preocupación.

Flashback

Quil me baja en mitad del bosque, no me he dado cuenta de que los demás han desaparecido, pero mi lobo me mira preocupado y me hace sentarme en un tronco caído, se coloca enfrente de mí y coloca sus brazos cruzados en el pecho.

—Lexa... Lexa, mierda, ¿por qué has huido de mí? Pensé que éramos un equipo, no tengo problema en cruzar para que veas a esas sanguijuelas, pero ¿tú sabes cómo he estado al no saber cómo estabas? He estado a punto de saltarme la orden de Sam y entrar a por ti, pero Jake y Embry me han retenido, impidiendo que fuera a por ti y te sacara a rastras, maldita sea, yo te quiero mucho, pero si me haces eso, mi lobo se vuelve loco...

Dejo de escucharlo y me quedo observando su rostro, tiene el ceño fruncido y una mirada preocupada, sé que todo esto ha sido por el miedo que ha sentido al no tenerme a su lado, pero era necesario entrar en territorio enemigo y pedir ayuda a los Cullen. Lleva una media hora hablando, ni se ha enterado de que no estoy escuchando, me levanto de la silla y lo abrazo, luego me pongo de puntillas y lo beso esperando que se calle de una buena vez, es peor que mi padre. Después del beso, Quil me mira con una ceja enarcada y sonríe aliviado, vuelve a juntar sus labios con los míos y me abraza, alzándome para volver a caminar conmigo.

—Lo siento mucho, uuku 'īlio hae (pequeña loba blanca). —Dice Quil después de unos minutos caminando en silencio, conmigo en brazos. —No te vas a librar del Consejo, quieren hablar contigo, no habrá castigo porque justifican la violación del tratado que has hecho como cosa de niños.

—¿Violación del tratado? —Pregunto asustada, mierda, no pensé en eso. —Si tengo permiso de los Cullen.

—Lo sé, por eso no habrá castigo, creo que solo quieren hablar contigo y decirte que no lo vuelvas a hacer. —Suspira Quil cabreado.

—Osea que me van a regañar por ser una niña mala. —Bromeo poniendo los ojos en blanco y riéndome en el hueco del cuello de Quil, noto como se le eriza la piel.

—Yo puedo castigarte si eres una niña mala. —Gruñe en mi oído y me fijo que tiene la mirada negra, vaya, el lobo salido vuelve al ataque. Me río y le doy un casto beso en los labios

Fin flashback

—¿Entiendes la gravedad de esto, Alexandra? —Pregunta Billy con una mirada dulce, yo asiento, entiendo lo que me han dicho a la perfección, pero hay un problema.

—Señor Black, lo entiendo, de verdad que si, pero mi padre ha sido secuestrado por un vampiro que se encuentra en Seattle, los Cullen, pese a ser nuestros enemigos, han aceptado a que los acompañe para poder salvarlo. —Digo con la voz más tranquila y solemne que puedo, pero es difícil teniendo en cuenta de que estoy admitiendo que volveré a cruzar a tierras de los fríos. —Así que no pueden pedirme que no vuelva al territorio Cullen, además, tengo esto. —Añado sacando de la bolsa que siempre llevo atada en mi pantorrilla una hoja doblada en la cual Carlisle me da su permiso para cruzar, sin ser considerado violación del tratado. Veo como la cara del Consejo cambia, y ahora me miran mal, ni tratan de ocultarlo, aunque por lo menos el abuelo Ateara se da cuenta y relaja la expresión, mirándome más dulce.

—Alexandra, este papel habla por si solo, tienes el permiso de los fríos para cruzar, pero eso no signifique que tengas el nuestro para poder hacerlo. —Sentencia Billy, y creo que me está empezando a caer mal. —Estoy seguro de que hay más métodos para poder encontrar a tu padre.

—¡Y una mierda! —Grito perdiendo los papeles, ellos odian a mi padre porque ahora mi madre era un vampiro. —Me paso vuestra prohibición por el culo, yo voy a buscar a mi padre y a traerlo de vuelta.

Salgo corriendo por la puerta trasera de la Sala, sé que en la principal está mi manada, pero ahora solo quiero correr, corro y corro con mi preciosa loba hasta que veo que estoy en el porche de los Cullen de nuevo. Carlisle, Edward y Emmett salen y Edward les cuenta que ha pasado, a los segundos aparece Alice con un vestido y me lo da, voy a cambiarme y soy recibida por un abrazo de Carlisle y Esme.

Creo que no son tan malos como nos han contado.

Ahora estoy tumbada en la cama que tienen en la habitación de invitados, me dejan quedarme hasta que nos vayamos a Seattle, y al parecer, mi manada cree que sigo en la Sala del Consejo, aunque sobre las nueve suena un aullido cargado de tristeza y melancolía. Quil, lo siento.

La nueva integrante de la manada  |QUIL ATEARA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora