Capítulo 13

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Seth me da la mano y nos adentramos en el bosque, pero veo a la manada observarme con tristeza, ellos saben lo que he visto. Seth me lleva de la mano hasta que llegamos a una casa bastante bonita, es pequeña, pero todas las casas en la Reserva los son.

—Es mi casa. —Dice Seth con una sonrisa, abre la puerta y me hace seguirlo por las escaleras hasta lo que parece su cuarto, es muy él, lleno de figuras de acción, comics y libros tirados por cualquier sitio, y la pantalla rodeada de DVDs, todo en tonos azules.

Seth se cambia de ropa y me vuelve a dar la mano para bajar las escaleras, pero al hacerlo, una mujer morena que se parece mucho a Leah aparece por una puerta y al vernos sonríe.

—Hola, mamá, esta es Lexa. —Me presenta Seth con una gran sonrisa. —Lexa, esta es mi madre Sue.

—Hola, Sue. —Saludo avergonzada de que nos haya visto ir de la mano, pienso que puede malinterpretar las cosas.

—Hola, Lexa, ¿cómo vas en la manada? —Pregunta amable, sorprendiéndome que sepa el secreto, y debo reflejar la sorpresa en el rostro, porque Sue se ríe y agrega: —Soy miembro del Consejo, y todo lo que ocurre en la manada, se nos informa.

—Ah, no lo sabía, señora Clearwater. —Digo con una sonrisa. —Y la manada está bien, supongo.

—Me alegra oír eso, y llámame Sue. —Contesta con una sonrisa igual de dulce que Emily. —¿Os quedáis a comer algo?

—No mamá, Lexa y yo vamos a dar una vuelta. —Dice Seth antes de arrastrarme hacia la puerta, me despido de Sue con la mano y ella me vuelve a sonreír. Seth y yo vamos cogidos de la mano tranquilamente, es relajante, aunque lo sería más si no me sintiese fatal, el primer chico que me gusta, resulta ser mi alma gemela, pero que está enamorado de otra. Los Ancestros me odian.

—Lexa, ¿estás bien? —Pregunta Seth después de unos minutos de silencio, me doy cuenta de que hemos llegado a los acantilados, si me asomo, podría ver el lugar donde Quil y yo nos besamos por primera vez.

—No estoy bien. —Digo sentándome en el borde del acantilado, con las piernas colgando en el vacío, Seth me imita y ambos miramos hacia el mar. —Cada vez que perdono a Quil o pienso que ya no me esconde nada, resulta que se pone a hablar con la chica esa, sé que no debería ponerme celosa por que hable con alguien, pero ayer me dijo que había estado enamorado de ella, es como si yo hablo de Liam Hemsworth.

—¿Liam Hemsworth? —Pregunta Seth divertido, consiguiendo que sonría. —Te veía más team Peeta, la verdad. —Añade con una sonrisa, y ahora si hace que me ría.

—Que tonto, lo que pasa es que es guapísimo. —Respondo después de reírme un rato.

—Estas más linda sonriendo, deberías hacerlo más. —Dice Seth colocando un mechón de mi cabello detrás de mí oreja, luego mueve su dedo por mi mejilla y llega al cuello, pero al darse cuenta de lo que está haciendo, quita la mano de mi cuello como si quemara. —Lo siento, me he dejado llevar.

—No pasa nada, Seth. —Susurro antes de apoyar la cabeza en su hombro, Seth pone su brazo a mi alrededor y me abraza. —Gracias, necesitaba esto.

—Voy a estar siempre para ti. —Contesta Seth apretando su abrazo en mí, y no puedo evitar pensar en que hubiese pasado si Seth se hubiese imprimado en mí y no Quil.

Seguramente ahora estaríamos teniendo una cita, comiendo un helado en la plaza de Forks, para luego pasear por el parque y terminar con nuestro primer beso frente a la fuente. Pero mi lobo es Quil, y él seguramente esté haciendo eso con Madison.

—Seth, ¿si fueras Quil me dejarías por esa chica? —Pregunto antes de poder contener la pregunta en mi interior, a veces soy así de idiota. Seth se queda en silencio un rato y pienso que no me va a responder, porque es una pregunta estúpida.

—No, si fuera Quil habría hecho una ofrenda enorme a los Ancestros por haberte elegido para mí, y luego habría hecho lo normal, pedirte una cita, deleitarme como te sonrojas mientras tomo tu mano por primera vez, incluso comparar el sabor de tus labios con la miel. —Dice Seth después de un rato en silencio, y no puedo más que abrazar a Seth con fuerza, él debería haber sido para mí.

Seth me devuelve el abrazo y poco a poco nuestros labios se acercan, a punto de rozarse, pero de repente caemos a la fría agua, que me hace despertar y me hago consciente de lo que he estado a punto de hacer, por lo que huyo. Corro lo más rápido posible pese a que oiga a Seth gritándome para que pare, pero sigo corriendo, y sin darme cuenta, caigo por un pequeño barranco que no había visto en mi vida.

Al caer, una enorme roca, más grande que el lobo de Jacob, está encima de mi pierna derecha, y pese a que intento sacarla de debajo, no logro que se mueva ni un milímetro. Este barranco parece un maldito pozo, profundo y oscuro, y tengo miedo, pero no sé que puedo hacer, porque podría transformarme, pero no sé que pasaría si lo hago, podría hacerme más daño aún.

—¡Ayuda! —Grito como una imbécil, ¿quién me va a escuchar en mitad del bosque? No hay nadie de guardia, maldita sea.

—¿Hay alguien ahí? —Pregunta una voz sobre mi cabeza, y me rio de mi inconsciente, hay alguien que sí me ha oído. Levanto la cabeza y veo un chico pelirrojo, parece super guapo, pero simplemente salta desde arriba, quita la enorme roca sin esfuerzo, me coge en brazos, y de un salto vuelve arriba. Y cuando me deja de pie en el suelo, veo sus ojos, son rojos, es un maldito vampiro.

—Gracias. —Digo totalmente pasmada, pero el vampiro se ríe y se inclina como si fuese una reverencia.

—Soy Riley. —Dice con una sonrisa, que yo devuelvo enseguida, parece simpático, pero no puedo responder, ya que escucho ruidos a mi espalda y aparecen Sam, Jared y Paul seguidos por los demás. —Adiós.

Riley comienza a correr y desaparece de mi vista, como estoy herida, no puedo unirme a la persecución, pero Quil en su forma lobuna se acerca a mí y me golpea suavemente la espalda con el hocico, me giro, y me hace un gesto para que suba a su lomo.

Quil corre al contrario que el resto de la manada, y cuando llegamos a casa de Sam, Quil se transforma en humano conmigo aún en su espalda, se pone un short vaquero y no me deja que baje de su espalda hasta que entramos en la casa.

—¡Lexa! ¿Qué te ha pasado? —Exclama Emily al verme toda sucia, con el vestido roto y la pierna con sangre seca y una mini herida que casi se ha curado.

—Me caí. —Susurro con vergüenza, pero Emily sonríe y me observa bajar de la espalda de Quil.

—Oh cielo, ¿quieres darte una ducha? —Pregunta Emily, y sonrío agradecida.

—Suena divino. —Digo juntando las manos de alegría, es lo que más necesito, así que cojo la ropa que me da Emily y me lleva hasta un cuarto de baño con Quil a mi espalda.

—¿Por qué hueles a Paul y a Seth? —Pregunta Quil con el ceño fruncido, y pasa al baño cerrando la puerta en la cara de Emily.

—¿Por qué hueles a Madison? —Pregunto de vuelta, que no venga con celos casi injustificados, solo casi por haber estado a punto de besar a cierto lobo.

—Porque la he visto a la salida de clase, y la estaba contando que estoy saliendo contigo. —Responde Quil sentándose en el suelo, con la espalda pegada a la puerta.

—Ah, pues yo he dormido en casa de Paul, y luego he dado una vuelta con Seth. —Digo mirándolo, me quiero duchar, pero... Bueno, ¡Quil está dentro del baño!

—¿No te vas a duchar? —Pregunta Quil desde el suelo, y me mira con una cara demasiado adorable, es adorable, y encima la ha dicho a Madison que ahora está conmigo.

La nueva integrante de la manada  |QUIL ATEARA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora