Capítulo 19

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Camino por el camino que une el aparcamiento y la playa, y cuando piso la arena puedo divisar a Quil a unos pasos de mí, va vestido con unos vaqueros y una camisa de vestir, nunca lo he visto tan arreglado, y me encanta.

—Lexa, estás realmente hermosa. —Dice Quil antes de abrazarme con cuidado, luego agarra mis mejillas y me da un dulce beso que ninguno quiere que termine.

—¿Qué has preparado? —Pregunto después de terminar el beso, y no me había dado cuenta de que estaba en los brazos de Quil, abrazando con las piernas y brazos a mi lobo.

—Es una sorpresa, cariño. —Dice Quil antes de comenzar a andar conmigo en brazos. —¿Cómo te ha ido el día?

—Bien, pero Paul ha sido un pesado de cuidado, ha sido un mal niñero. —Dije con una sonrisa, nunca admitiría que me encantaba pasar tiempo con Paul, aunque todos los chicos sabían que era mi favorito, sin contar a Quil, obviamente.

—Lo siento, pero los que no tenían guardia me han ayudado con nuestra cita, bueno, todos menos Seth, que me dijo algo de un trabajo. —Dijo Quil con la voz tranquila, pero al nombrar a Seth se tensa un poco.

—No te preocupes, aunque tengo muchas ganas de ver lo que has hecho. —Susurro contra su oído, haciendo que se le erizara la piel, me encantaba ver como Quil reaccionaba ante mí. Quil andaba tranquilamente conmigo en brazos, íbamos en un silencio tranquilo, hasta que me bajó dulcemente y me tapó los ojos antes de girarme.

—Sigue andando. —Dice contra mi oído, y no puedo evitar sonreír, huelo perfectamente su aroma mezclado con su perfume, me encanta. Seguimos andando unos pasos hasta que quita sus manos y me deja ver algo precioso, sobre la arena hay un pequeño camino hecho con velas que llevan hasta una manta donde hay más velas y parece un picnic.

—Sé que no es un restaurante caro. —Dice Quil con inseguridad a mi espalda, se está rascando la nuca en un gesto nervioso.

—Quil, me encanta. —Digo con una sonrisa sincera, nadie ha hecho nada tan bonito por mí. —¿Vamos? —Me dio la mano y me guía hasta la manta, me hace sentarme antes de quitarme las sandalias.

—¿Quieres que nos demos un baño? —Pregunta Quil después de haber cenado la comida que ha hecho Quil con la ayuda de Jacob y Embry, aunque evito decirle que para hacer sándwiches de queso no son necesarios tres lobos.

—No tenemos bañador. —Digo obvia, pero Quil simplemente se quita la camisa y no puedo evitar observar su cuerpo, se ríe y me ayuda a levantarme.

—Tenemos ropa interior, y nos hemos visto varias veces desnudos. —Dice Quil con una sonrisa de chico bueno, pero a mí no me engaña, aunque si es cierto que nos hemos visto sin ropa muchas veces cuando nos transformamos.

—Pues... ¡El último es un huevo podrido! —Exclamo quitándome el vestido y corriendo en ropa interior hacia el agua, noto a Quil detrás de mí riéndose, creo que se ha tropezado y al girarme lo veo en la arena intentando quitarse el pantalón. —Gané, eres un huevo podrido.

—¿Qué soy qué? —Pregunta mientras se pone en posición de acecho, me miró y saltó, cayendo sobre mí y haciendo que nos hundiéramos en el agua.

—Eres un bruto, lobo tonto. —Digo abrazando con brazos y piernas su cuerpo y dejando que Quil ande hacia donde cubría el agua, que estaba helada, pero teníamos nuestra alta temperatura. —Aunque, ¿qué esperar de un huevo podrido?

Quil se ríe antes de comenzar a besarme dulcemente, noto como me acaricia la espalda con cuidado, este momento es muy bonito, nunca pensé en tener una cita así con Quil.

—Te quiero muchísimo, Lexa. —Susurra Quil contra mis labios, y sé que él no espera que yo le diga lo mismo, cada vez que me lo dice no puedo responder, pero ahora si, ahora estoy segura de lo que siento por él.

—Yo también te quiero, Quil. —Contestó con una sonrisa, y Quil se queda helado.

—¿Qué has dicho? —Pregunta con los ojos como platos, haciendo que me ría de su expresión.

—Que te quiero, huevo podrido. —Respondo con una sonrisa, y Quil se ríe antes de hacerme girar dentro del agua, salpicándome y luego alzándome en el aire para que caer en el agua.

—Repítelo. —Dice Quil cogiéndome en brazos de nuevo.

—Te quiero.

—Otra vez.

—Te quiero.

—Dios, que sepas que me has hecho inmensamente feliz. —Dice con una sonrisa enorme, y no puedo evitar sentirme en paz al verlo tan contento. Pasamos un rato más en el agua hasta que Quil me hace salir conmigo aún en sus brazos, le encanta llevarme. Saca unas toallas de una mochila que está ahí y me cubre con cuidado, se tumba en la manta y hace que me tumbe a su lado, y nos quedamos mirando el cielo cubierto de estrellas.

—Gracias. —Susurro con una sonrisa, Quil baja la mirada y me mira confundido. —Gracias por hacerme sentir especial y preparar esto para mí. —Aclaro con cariño.

Quil acaricia mi mejilla y me besa suavemente, pero el beso sube de temperatura y se coloca sobre mí. ¿Quiero hacerlo ahora con mi lobo?

La nueva integrante de la manada  |QUIL ATEARA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora