Capítulo 1

10.1K 396 5
                                    

Con quince años, mi vida siempre ha sido dura, no tengo madre y vivo sola con mi padre, que trabaja muchísimo y casi no lo veo, por ello siempre he sido autosuficiente, trabajando en una cafetería y llevando mis estudios al mismo tiempo. Pero todo ha cambiado, ahora debo dejar mi trabajo por otro mucho más importante y de mayor relevancia, debo proteger la Reserva Quileute como loba, como protectora.

No pasa nada, Alexandra. —Dice Sam corriendo a mi lado, acaba de transformarme cuando él era el único como lobo vigilando la Reserva.

Llámame Lexa. —Respondo al mismo tiempo que analizo el bosque, ahora que tengo los sentidos más desarrollados, veo cosas que nunca pensé que vería o me fijaría tan siquiera, como pequeños pájaros pidiendo comida a su madre, un zorro a lo lejos persiguiendo un conejo... Es impresionante.

A que sí, y ahora conocerás al resto de la manada. —Dice Sam tras haber visto en mi mente lo que pienso, y veo en su mente las caras de los chicos que siempre van con él, en la Reserva siempre se habla de que son extraños, sobre todo por cómo van vestidos. Seguimos corriendo al mismo tiempo que Sam me explica las normas básicas sobre la manada, como no decirle a nadie que somos, respetar sus órdenes y cosas así de básicas y sencillas. Cuando terminamos de ver la Reserva, sus límites y el territorio de vampiros, que hace unas horas, ni si quiera sabían que existían.

Muy bien, Lexa, ahora relájate y deja que tu cuerpo vuelva a ser humano. —Dijo Sam con una voz solemne, y poco a poco volví a mi cuerpo, pero estaba completamente desnuda frente a Sam Uley, ¿vergüenza? Muchísima.

—Toma, pequeña. —Dice Sam pasándome un vestido viejo, me lo pongo rápidamente y lo sigo tranquilamente hasta una pequeña casita, es preciosa y parece sacada de un cuento de hadas. Cuando nos acercamos, un grupo de chicos semi desnudos salieron para saludar a Sam, intentaron mirarme tras él, pero me sentí muy vergonzosa.

—Hola chicos, os quiero presentar a Alexandra Blake. —Dice Sam quitándose de en medio, pero rápidamente me coloco tras él y provocando una risa general. —Perdón, Lexa Blake.

—Hola Lexa, soy Seth, vamos juntos a clase. —Se presenta Seth Clearwater con una sonrisa, sé que va a mi clase, pero siempre se sienta en la última fila y yo en la primera, por lo que solo nos hemos saludado algunas veces.

—Hola. —Digo con simpleza, me da vergüenza que todos intentes mirarme, pero decido que no es para tanto y salgo de detrás de la espalda de Sam, y todos se quedan mirándome con una sonrisa.

—Hola hermosa, soy Paul. —Dice un chico realmente guapo y con una sonrisa de chico malo que me dice que tenga cuidado con él, pero mis hormonas se han quedado como estúpidas.

—Yo soy Jared. —Dice otro chico a su lado, aparta a Paul de un codazo y me da la mano.

—Hola, yo soy Embry. —Habla un chico un poco tímido, y lo sonrió con amabilidad, y solo espero acordarme de todos los nombres.

—Y yo Jacob, pero puedes llamarme Jake. —Dice un chico realmente enorme a su lado, mide incluso más que Sam, seguro que ronda los dos metros.

—Y yo soy... —Dice un chico con una sonrisa muy bonita, pero no acaba de decir nada, y se queda observándome, me da mal rollo, pero a mi alrededor, los demás empiezan a aullar mientras dan codazos al chico y se ríen.

—Vaya mierda, hermosura, lo nuestro es imposible. —Dice Paul a mi lado, pone un brazo sobre mis hombros y señala al chico extraño. —Él es Quil, no es tan estúpido como te parece ahora, lo que pasa, es que el chaval se ha imprimado en ti.

—¿Se ha... qué? —Pregunto con el ceño fruncido, Sam no me ha explicado todo aún, no ha tenido tiempo, pero eso no sé si suena bien o no.

—Imprimado, ya te explicaré que es más adelante. —Dice Seth con una sonrisa extraña mientras quita el brazo de Paul de mis hombros y me guía dentro. —Esta es mi hermana Leah, y ella es mi prima Emily.

—Hola cielo. —Me saluda efusivamente Emily con una sonrisa, me abraza con cuidado y me guía a una silla vacía, pone delante de mí un gran plato de comida y un vaso de limonada. Leah solo asiente una vez su cabeza en mi dirección y sigue comiendo de su plato, en ese instante, los demás chicos entran y se van sentando en las sillas vacías.

—Hola, soy Quil, lamento lo de antes. —Dice Quil a mi lado, y ya parece una persona normal, me mira de forma extraña, pero parece simpático.

—Si, ya sabe quién eres. —Dice Seth a mi otro lado y fulmina con la mirada a Quil, y me da cosa que esté en medio.

—Bueno, ojos bonitos, ¿y cuántos años tienes? —Pregunta Paul desde su silla, y me rio por el apodo, todos se suelen meter con mis ojos, que son tan grises que parecen blancos, pero con matices rosas.

—Tengo quince años, por eso voy a la misma clase que Seth. —Respondo con una sonrisa y sigo comiendo.

—Si, hablando de eso, para evitar que una enorme loba blanca aparezca en tu clase, deberás sentarte con él y si no estás en clase, ir con cualquiera de la manada. —Dice Sam con el tono solemne, ese tono es el que usa cuando quiere dar una orden como alfa.

—Estupendo. —Dice Seth a mi lado, y Quil frunce el ceño con una cara de enfado que da miedo.

—¿Qué demonios te pasa, "hermano"? —Pregunta Quil a Seth, haciendo hincapié en la palabra hermano. —Ya sabes que ha pasado, para con eso ahora.

—Yo la vi antes. —Gruñe Seth levantándose de golpe y tirando la silla hacia atrás, Quil hace lo mismo y me vuelvo a lamentar por estar en medio, pero no entiendo nada.

—Fuera, ahora. —Dice Sam y ellos salen corriendo antes de destrozar la cocina de Emily.

La nueva integrante de la manada  |QUIL ATEARA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora