Capítulo 40

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Abro los ojos y veo que estoy en un lugar que apesta a sanguijuela, no puedo moverme mucho del dolor que siento en el cuello, intento levantar la mano, pero veo que un gotero está conectado a mí, impidiéndome que me mueva, y eso hace que me ponga nerviosa, escuchando como una máquina a mi lado pita acorde con mis latidos.

—Lexa, tranquila. —Dice el doctor Cullen a mi lado, lo observo con miedo, pero al ver a Sam a su lado me tranquilizo enormemente, no sé qué ha pasado, pero lo último que recuerdo es haber visto a Alec frente a mí cuando escapaba con Quil.

—¿Dónde está Quil? —Pregunto sin fuerza en la voz, Sam frunce el ceño y señala una cama cercana a la mía, Quil está igual que yo, tumbado y rodeado de cables, está muy mal, quiero levantarme y coger su mano, pero las manos de Sam impiden que me levante.

—Lexa, Alec os mordió, bebió mucha sangre de ti, pensábamos que le daría asco al ser una mujer lobo, pero parece ser que estaba tan concentrado bebiendo de ti que no vio a los Cullen, lo separaron de ti y de Quil y huyó. —Explica Sam brevemente, haciendo que me de asco lo que me ha contado.

—A Quil lo mordió más brevemente, pero dejando más veneno en su cuerpo, estamos haciendo que lo expulse, si no, podría morir. —Dice Carlisle a mi lado, apuntando algo en una carpeta y sonriéndome amablemente, pero luego parece arrepentido. —Al parecer, lo único que desea Alec es tu sangre, ya que apenas intentó transformarte, solo quería beberte.

—Si, pero Paul y Jacob, al tener el mismo tipo de sangre que tú, te donaron un poco evitando que murieras drenada. —Dice Sam antes de ir hacia la puerta y dejar que la manada pase, sonrío al verlos y no puedo evitar levantar la mano hacia Paul, mi mejor amigo siempre a mi lado.

—Pero mirad a la lobita más hermosa del mundo. —Dice Paul sentándose a mi lado derecho de la cama, no quiero que nadie se ponga a mi izquierda y me bloqueen la vista de mi lobo. —¿Qué se siente al ser el aperitivo de una sanguijuela?

—Hace que me arda el cuello y me de asco a mí misma. —Susurro aún sin fuerzas, pero me río con los demás. —Solo espero que tu estupidez no esté en tu sangre.

—Si no, estarás perdida. —Dice Jared con una sonrisa ladeada, pero ahora que me fijo, los veo agotados, incluso algunos tienen moratones en sus cuerpos.

—Chicos... Estáis horribles. —Digo con la voz queda, y noto la mano de Paul apretar la mía.

—¿Te has visto en un espejo? —Pregunta Embry un poco ofendido, pero luego sonríe y va con Jacob hacia la cama en la cual está Quil inconsciente. —¿Te gustaría que juntasen un poco más vuestras camas?

—Si, por favor. —Susurro, y veo a Seth ir a por el doctor Cullen, no me había dado cuenta que había salido, dejándonos solos, llega a los segundos y corre por la habitación, apartando máquinas que están en medio de las camas, juntándolas hasta que puedo alcanzar la mano de Quil y apretarla levemente. —¿Por qué está tan frío?

—Es el efecto del veneno. —Explica Sam con una pequeña sonrisa que le hace verse menos duro, pero aun así me sigue intimidando. —Cuando lo haya expulsado por completo estará ardiendo como nosotros.

—¿Y cuándo será eso? —Pregunta Jacob sin dejar de mirar a su mejor amigo, se le nota preocupado, todos lo estamos, yo, que he estado a punto de morir drenada ya he despertado, pero mi lobo, quien ha recibido una mordida con veneno, sigue inconsciente.

—Solo podemos esperar. —Susurra el doctor Cullen, saliendo del cuarto de nuevo.

—Y que el chupasangre no vuelva más. —Dice Sam mirando a Quil con una mirada indescifrable.

La nueva integrante de la manada  |QUIL ATEARA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora