Capítulo 13.

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Caminaba muy deprisa pero ni si quiera sabía muy bien hacía donde se estaba dirigiendo. Nunca había estado en aquella parte del pueblo, nunca se había sentido lo suficientemente valiente para ir hasta allí y tampoco había sentido nunca la necesidad de hacerlo... hasta ahora. Tenía que encontrarlos.

Se había saltado su última clase a pesar de que ya tenía demasiadas faltas de asistencia. Una más no iba a hacerle demasiado daño. Se había tirado toda la mañana inquieta, sin prestar atención a lo que pasaba alrededor y simplemente esperando a que el tiempo pasase pero este se hacía demasiado lento.

La conversación con Bryan le había dejado destrozada. Se sentía culpable por haberle mentido, por haber sido capaz de seguir con su mentira después de haber visto las lagrimas del chico y su desesperación. Quiso hacerlo; había estado a punto de contarle la verdad, de decirle que ella sabía lo que había sucedido con su hermano pero no pudo. ¿Cómo se le decía a alguien que su hermano había sido asesinado y que, además, lo habían hecho delante tuya y no habías podido hacer nada por evitarlo? Pero, ¿cómo no le había dicho la verdad a Bryan después de todo lo que él estaba sufriendo?

No podía parar de pensar en ello mientras caminaba. Iba con el móvil en su mano y el número de la policía marcado por si tenía que darle a llamar. No se sentía segura por la calle y mucho menos en este lugar. Tenía el presentimiento de que un par de ojos la vigilaba a cada momento, observando todos sus pasos. Aunque quizás tan solo era un invento de su mente, del propio miedo.

Era muy distinto este lugar del que vivía ella a pesar de que se trataba del mismo pueblo. En su parte, las casas eran grandes y lujosas, los edificios altos, las calles estaban limpias y en cada lugar había tiendas de alto nivel. Aquí todo estaba apagado; las casas eran pequeñas y antiguas, muy juntas las unas de las otras. Los edificios no superaban las cinco plantas y las fachadas de éstos estaban descuidadas. Incluso el suelo que pisaba era distinto, lleno de baldosas sueltas y demasiada suciedad. Eran las tres de la tarde por lo que la mayor parte de las personas estaban en sus casas, comiendo. Pero pudo ver a muchas de éstas en la calle, sentados en cualquier lugar, algunos durmiendo y otros tan solo mirando hacía el frente.  No tenían hogar, eran personas sin ningún lugar a donde ir. Donde ella vivía no existía eso, no había visto nunca a nadie durmiendo en la calle. Ni si quiera creía que esas cosas sucedieran en su pueblo... ¿en que clase de burbuja había estado viviendo? Caminando por esas calles, observando como eran las cosas a su alrededor, no pudo evitar sentirse mal consigo misma. Su vida era muy distinta a la de esta gente, mucho... mejor.

Se preguntó si la gente que se cruzaba con ella sabrían aquello. Se preguntó si sabrían que la chaqueta que llevaba probablemente valdría más que el alquiler de una de esas casas. Era muy probable que la odiasen y lo entendía. ¿La había odiado también Cory? ¿Lo habría hecho Paul o Aaorn?

No sabía muy bien donde ir. Se encontraba en una pequeña plaza donde había varios grupos de personas, separados los unos de los otros. Se sintió intimidada de repente al sentir algunas de las miradas y se arrepintió de lo que había hecho. ¿Cómo iba a saber donde estaban los chicos ahora? ¿Por qué había estado tan segura de que iba a encontrarlos nada más llegar? Sí, el lugar no era demasiado grande y era sabido que la gente solía moverse por ese tipo de plazas o parques, pero nada le aseguraba que ellos fueran a estar allí en aquel momento.

Decidió esperar allí un rato, y se sentó en un pequeño banco cerca de un árbol, un poco más alejado de los demás y trató de pasar desapercibida. Mantenía la cabeza agachada, tapando media parte de su rostro con su largo pelo rojo. La mayoría eran personas de su edad, quizás algo más mayores, pero no repararon en ella al menos no por mucho tiempo. Luego había otras personas que pasaban por allí y aceleraban un poco más el paso al cruzar la plaza, como si no quisieran quedarse allí más tiempo del necesario. Tenían miedo de aquel lugar.

ALIADOS. (CORRIGIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora