Capítulo 36

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Brooke se obligó a calmarse antes de que Cory contestara el teléfono, se obligó a no dejarse llevar por el miedo a intentar, por una vez, mostrarse algo más valiente, un poco menos débil. La madre de Aaron aún no había llegado por lo que todavía tenía un par de minutos.

Se le hizo interminable los segundos que pasaron hasta que él por fin cogió el teléfono. 

-¿Brooke? -Preguntó él al otro lado del auricular, extrañado. Sabía que Brooke pocas veces llamaba por teléfono pues siempre solía preferir los mensajes de texto. 

-Cory. -Murmuró ella, agradecida de escuchar su voz. De rente, al hacerlo, se sintió un poco mejor, como si parte de ese miedo que había sentido se hubiera esfumado al escucharle. Trató de sonar lo más calmada posible. -¿Estás en casa? -Y enseguida rectificó. -Quiero decir, en casa de Ezra. 

-Sí, ¿dónde estás tú? ¿Necesitas que vaya a buscarte? -De repente hubo cierta preocupación en su voz, como si ya supiese que algo no iba bien. Resultaba sorprendente como ambos habían llegado a conocerse; a veces, por el tono de voz que empleaba el otro podían adivinar si algo iba mal o en ocasiones, como pasó en ese momento, con una simple llamada. Cory no estaba tranquilo y ya estaba colocado en la puerta, listo para salir por ésta en el momento en el que ella lo pidiese. 

-No, no, todo está bien. Estoy en la tienda con la madre de Aaron. -Explicó, sin llegar a revelarle nada más, de repente creyó que era mejor hablar de aquello en persona, que contárselo a través del teléfono tan sólo haría preocuparle y estaba bastante convencida de que él se presentaría en la tienda en unos pocos minutos, preocupando también a la madre de Aaron. Estuvo a punto de decirle que más tarde hablarían, que tenía una cosa importante que contarle cuando él volvió a hablar. 

-Por cierto, ¿me dejé en tu casa mi cartera? La he estado buscando por todas partes pero no la encuentro. 

Ella hizo memoria pero no recordó haberla visto en su habitación. 

-No me he fijado pero ahora cuando llegue volveré a mirar, ¿cuándo la perdiste? 

-El otro día, cuando tuvimos nuestro pequeño viaje. -Respondió, con cierto toque pícaro en su voz; aquel viaje se había convertido en una  pequeña broma secreta entre ambos, los dos sabiendo que lo habían disfrutado demasiado. Sin embargo, ahora y después de lo que acababa de suceder, su simple mención hizo que todos los sentidos de Brooke se activasen, que de repente su piel se erizase. -Creo que se me cayó en aquella casa en la que estuvimos. 

Fue entonces cuando el corazón de Brooke comenzó a latir a velocidad. No lo sabía aun con certeza pero estaba bastante convencida de que aquel lugar no era un simple sitio abandonado, que era mucho más, que habían descubierto algo que no debía de haber sido encontrado. Sintió entonces miedo por Cory. 

-¿Qué había en esa cartera? -Preguntó, deseando que tan sólo fuera dinero, que no hubiera nada que pudieran relacionarlo con él. Pero entonces él soltó un suspiro. 

-Llevaba dinero y... bueno, fotos. Eran fotos pequeñas de mis padres, son las únicas que me quedaban después del incendio. Las llevaba siempre a todas partes. 

Y Brooke supo la importancia sentimental que tenía aquello para Cory. 

Y supo que iba a recuperarlo. 

-Lo solucionaremos, no te preocupes. -Le aseguró, mucho más segura que nunca. Porque sí, ella iba a ser quien lo solucionaría. 

La madre de Brooke le había comprado hace un tiempo un coche pero ella ni si quiera contaba con carnet de conducir y fue en ese momento cuando se arrepintió más que nunca de no habérselo sacada nunca. Se prometió a si misma que después de aquello, lo haría. Lo que si tenía Brooke era una bicicleta, algo vieja y que hacía años que no usaba, pero allí estaba al fin y al cabo, en el garaje de su casa junto a los tres coches de su madre y al suyo, nunca usado. 

ALIADOS. (CORRIGIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora