Epílogo.

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Las luces de la policía y las voces de las personas les llamó la atención.

-¿Por qué está aquí la policía? -preguntó Brooke, apretando con fuerza la mano de Cory, asustada. -¿Crees que es por lo de...

-No es por eso. No han podido enterarse tan rápido. -le interrumpió Cory, quien se había puesto muy serio. Tenía un mal presentimiento, sabía que algo estaba mal.

Comenzaron a acercarse a la multitud; era como si todas las personas que habían estado antes en la fiesta estuvieran ahora en el jardín, viendo algo, observando una escena.

Entonces escucharon la voz de Paul.

-¡No podéis hacer esto! -no paraba de repetir, a gritos. -¡Él no ha hecho nada!

Cory y Brooke se miraron, presos del miedo.

Y entonces vieron la escena.

Aaron estaba saliendo de la mansión, con las manos hacía atrás, esposado. Y junto a él, dos policías a su lado, obligándole a caminar.

Brooke sintió como su mundo se venía abajo. Estaban deteniendo a Aaron, al bueno y siempre correcto Aaron. Al mismo chico que estaba estudiando Derecho, el que bromeaba con que sería el que sacaría a sus amigos de prisión en un futuro.

Paul se acercó corriendo a ellos, con lagrimas en los ojos, totalmente alterado.

-¿Por qué se están llevando a Aaron? -preguntó Brooke, sujetando a su amigo por los hombros.

-Se lo llevan. -la voz del chico temblaba. Le costaba hablar. -Dicen que está acusado del asesinato de un tal Lukas Hill y alguien más... ¡no tiene ningún sentido!

Brooke se quedó en silencio unos instantes. Reconocía aquel nombre.

-Ese es el hermano de Bryan. -informó, sin poder creerlo. -Creen que Aaron es el culpable de los asesinatos de la cabaña.

-No pueden hacer esto. -habló entonces Cory, quien tenía la cara llena de golpes, de sangre. Con violencia, comenzó a ir hacía la multitud, hacía los policías que se estaban llevando a Aaron.

Brooke sabía lo que Cory estaba a punto de hacer. Sabía que estaría a punto de acabar con cualquiera en esos momentos. Y no podía permitirse hacer eso.

Rodeó su muñeca con su mano.

-Cory, no. -le dijo. -No te pueden llevar a ti también.

-¿Y entonces que hacemos? -preguntó él, deseando que alguien tuviera la respuesta. Estaba llorando, las lagrimas estaban cayendo por su magullada cara.

Y lo único que pudieron hacer los tres fue mirar como su amigo entraba en el coche de policía. Les miró por última vez y con tan solo una mirada parecían poder escuchar las palabras del muchacho en sus mentes.

Tranquilos, chicos. No hagáis tonterías.

Impotentes, vieron como el coche se alejaba.

Entonces, Cory sintió con mucha más intensidad el dolor que había estado ignorando durante la última hora y recordó como había sentido el cuchillo clavarse en él, con fuerza. Se llevó la mano a su costado y al mirarla, vio que esta estaba llena de sangre, que la herida no paraba de sangrar. 

* * *

¡Y hasta aquí la primera parte de ALIADOS! Espero que la hayáis disfrutado mucho y que os haya gustado el final :) Os recuerdo que las cosas no terminan aquí y que pronto tendréis la continuación. 

Decidme, ¿qué os ha parecido la historia? ¿Que créeis que les pasará a nuestros queridos personajes? Yo la verdad es que los tengo tanto cariño que no quiero separarme de ellos nunca :(

Ya sabéis que os leo en los comentarios, que me encanta hacerlo y que disfruto mucho al ver lo que opináis y con vuestras reacciones. 

Os recuerdo también que podéis seguirme en mi instagram @ albarrdelamo donde podéis preguntarme cosas sobre mis historias o conocerme un poquito más 

Ahora comenzaré a publicar la historia que me encuentro escribiendo ahora ''El arte de ser nostoros'' La podéis encontrar ya en mi perfil :) 

Un besito a todas! Sois increíbles y muchas muchas gracias por estar aquí siempre.  

ALIADOS. (CORRIGIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora