Parte 14

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-Te amo YiBo, te amo desde el mismo día en que te conocí.

Él echó la cabeza hacia atrás y se dejó ir ocupando todo el interior de Zhan que también hacia lo mismo expulsando su semen con fuerza mientras arqueaba un poco más la espalda. YiBo se dio cuenta de que el sudor resbalaba hasta su boca porque se iba mezclando con las lágrimas que salían de sus ojos y que no podía contener. Miró a Zhan que mantenía los suyos cerrados mientras por los rabillos manaba un llanto silencioso que se deslizaba hasta las sabanas por ambos lados de su cara. YiBo salió de él con delicadeza y le bajó las pernas, se tumbó a su lado para abrazarlo y lo besó con dulzura.

-Yo también, lo fuiste entonces, eres y serás lo que más amo en este mundo y ya no quiero estar sin ti ni uno solo de los días que me resten de vida. No te dejaré ir.

- Ni yo me alejaré de ti nunca más y... ¿sabes una cosa?

-No sé, dime.

-El destino se puso completamente de nuestra parte hoy, nos encontramos antes. Para mañana me había tomado el día libre solo para ir a buscarte, tal y como te lo había prometido hace seis años.

-¡Ah Zhan! aun me pareces un sueño. ¿Puedo apretarte más fuerte?

-¡Claro que sí! pero, con ese cuerpo que tienes tan sexy y al estar tan juntos, no sé si querré recuperar de nuevo el tiempo perdido.

-Por mi encantado, todo te pertenece a ti y a nadie más.

-Mi querido YiBo...

Aun tuvieron otra ronda de sexo y casi estuvieron a punto de quedarse dormidos debido al cansancio. Empezaba a anochecer. YiBo recordó que habían quedado para cenar con sus padres y pasó los dedos suavemente por las mejillas de Zhan.

-Tenemos que irnos enseguida, si llegamos tarde mi madre nos mata.

Zhan se desperezó y YiBo recordó cuando hizo lo mismo sobre él años atrás, tenía exactamente el encanto de entonces. Pasado y presente se entremezclaban bajo la tenue luz de los rayos del sol a punto de desaparecer tras los altos edificios del fondo, le besó tan profundo como si fuera a desvanecerse con la luz y lo tomó en brazos para meterlo en la ducha. No dejaron de besarse bajo los chorros de agua que resbalaban por sus cuerpos. YiBo se dispuso a secarle con una toalla muy esponjosa y suave pero Zhan se la arrebató de las manos.

-Ni lo sueñes, se acabó la princesita llorona, la dejé atrás hace muchos años y no quiero que vuelva, le dijo mientras se frotaba enérgicamente el pelo.

La casa de YiBo era enorme, con grandes ventanales por toda la fachada y un jardín delantero de macizos de flores alargados que bordeaban el camino de entrada. Mas al fondo había unos árboles frutales cerca de los laterales y, más allá, se adivinaba un pequeño huerto. Seguramente a la madre de YiBo le gustaba cultivar sus propias verduras. A la derecha, había un pabellón independiente rodeado de rosales, el camino de acceso se bifurcaba en dos direcciones, el de la derecha iba hasta el pabellón.

- Esa es mi casa, le dijo YIBo. Yo vivo ahí solo.

-Me encanta, es muy bonito y parece acogedor.

-Esta noche dormiremos ahí, tú no te escapas a ninguna parte.

Zhan no paraba de reír mientras YiBo abría la puerta. El padre lo recibió con una gran sonrisa mientras tomaba una de sus manos entre las dos suyas.

-Los siento hijo, me hubiera gustado charlar un poco más contigo antes pero, ya viste cómo estaba la sala de juntas, cada vez que aparezco por allí es como si todos tuvieran algo importante que decirme, y eso que les pago muy bien para que se solucionen sus propios problemas.

Esa sencillez y esa franqueza le inspiraron mucha confianza a Zhan. De pronto, éste reparó en una foto del padre con otra persona dentro de un marco pequeño que estaba sobre un estante de la biblioteca del fondo.

-Ese es mi padre.

-¡Ah, sí!, a veces nos vamos a pescar juntos. ¿No te lo ha dicho él?, ¿o mi hijo?

Zhan miró a YiBo que estaba sonriéndole.

-Lo siento, hace apenas dos semanas que he llegado de Qatar y Dubái y no he parado de trabajar todavía. He estado quedándome en hoteles para no perder tiempo yendo y viniendo a mi casa pero hablo con mi padre todos los días.

-No te preocupes, eso es que no ha salido a la conversación. Ya charlareis con más calma cuando os reunáis de nuevo, busca tiempo para él y ya está. ¿Piensas seguir viajando de un lado a otro del mundo?

-No, he regresado para quedarme. He firmado varios contratos temporales con las agencias publicitarias más importantes de China que me pasaran algunos trabajos especializados en mis campos y mis experiencias y yo los haré de forma independiente, junto al personal auxiliar que elijo entre los más competentes y que ya saben cómo son mis métodos por haber estado conmigo en ocasiones anteriores.

-¡Vaya, que interesante!, no te gusta tener moscones por encima, ¿eh?

Zhan rió.

-Creo que no, esa es la cuestión, no puede estar mejor explicado.

¡Hala!, ya basta de hablar de trabajo. Vamos, que tengo que presentarte a mi mujer.

La madre de Yibo estaba en la cocina, que también era enorme e iba de un lado a otro con ligereza hacia los recipientes que tenía puestos al fuego y los iba probando con una cucharilla. Cuando vio a Zhan, se dirigió hacia él secándose las manos en un delantal y le abrazó dándole un beso en la mejilla.

UNO DOS TRES... PERDÍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora