Parte 16

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Las manos de el comenzaron a moverse por su espalda, haciendo más presión en puntos que Zhan no creía que fueran tan sensibles y excitantes, le agarró de las nalgas para apretarlo contra su pubis, estaba erecto. Lo llevó hasta el sofá sin dejar de besarlo mientras le iba quitando la ropa por el camino. Lo dejó con el pecho descubierto, besaba y chupeteaba su cuello, los hombros, sujetaba los pezones con la punta de los dedos para masajearlos, los lamía, los succionaba hasta verlos levantados y sonrosados. Se detuvo un momento para desnudarse de cintura para arriba, luego le desabrocho los pantalones y se los sacó junto a los zapatos, él hizo lo mismo. Lo tumbó en el sofá y se puso sobre él. Esa noche, los besos de YiBo eran los mejores que nadie le había dado en su vida, lo calentaban hasta la médula, junto a esas manos que no dejaban de moverse sobre su cuerpo, cálidas y grandes, que se metían entre sus piernas para acariciarle el sexo por encima de la ropa interior, se sentía a punto de correrse en un grito de placer. Se movió un poco para colocarse sobre  él, invirtiendo posiciones mientras se quitaba los bóxer para aparecer desnudo ante su amante. Zhan se frotaba contra su polla sentado a horcajadas, con las rodillas apretando la estrecha cintura de YiBo que estaba empezando a jadear con los ojos entrecerrados. Zhan se inclinó hacia delante para quedarse estirado sobre él y comenzó a besarle la boca, la barbilla, el cuello, las clavículas y los pezones. YiBo lanzaba un gemido mientras la lengua del otro se deslizaba sobre ellos siguiendo la forma circular de la pequeña aureola. Por lo visto los tenía mucho más sensibles que él y se entretuvo jugueteando con ellos hasta que se le erizaron por completo, le veía arquear más la espalda tras cada beso, cada lamida. Continuó bajando por su vientre, lamiendo, chupando, besando, sin detenerse hasta llegar a los bóxer, se los bajó de golpe dejando libre aquel miembro que parecía a punto de estallar, lo tomó entre sus manos, lamió la punta y se la metió en la boca, sólo hasta ahí. YiBo lo sujetó por los hombros, los ojos cerrados, dejando escapar por su boca entreabierta gemidos de placer. Zhan se fue introduciendo aquella polla dura, caliente y gruesa un poco más adentro, presionando con la lengua para acentuar el roce hasta que la sintió chocar en su garganta, intentaba chuparla con fuerza mientras iniciaba el ritmo que YiBo le iba marcando con las manos sobre él, Zhan bajó las suyas hasta las nalgas, presionándolas, pellizcándolas hasta que el líquido viscoso se vertió en su interior tras un grito de YiBo que acabó dejándose caer completamente hacia atrás, jadeante y sudoroso. Llevó a Zhan hasta su boca para besarlo larga y profundamente, lo tumbó en sentido contrario y se puso estirado sobre él mientras le lamía los lóbulos de las orejas susurrándole un "te amo" que enardeció a Zhan. Éste se sujetaba a su espalda con los brazos y cruzaba las piernas sobre él para sentirlo fuertemente amarrado a su cuerpo, el calor que despedía era tan erótico y excitante. YiBo se las separó mientras bajaba hasta su polla para tomarla entre las manos y masturbarle lentamente hasta que estuvo duro, se metió dos dedos en la boca para chuparlos y luego el miembro de Zhan, hasta dentro del todo. Con los dedos jugueteó un poco alrededor de la abertura que empezó a relajarse y a abrirse para acogerle, cosa que aprovechó para meterlos y buscar el centro del placer prostático y empezar a masajearlo. Zhan le marcó el ritmo moviendo sus caderas arriba y abajo hasta que se dejó ir dentro de YiBo con un largo suspiro entrecortado. Luego, se volvieron a besar quedándose abrazados y desnudos en aquel salón, bañados por la luz de la luna que entraba por los grandes ventanales, con un "te amo" en los labios. Al ratito, se quedaron dormidos por el cansancio, despertando horas después a causa del frío, pegándose el uno al otro para darse calor entre risas y corriendo hacia la cama, aun faltaba mucho para el amanecer.

Zhan se levantó muy temprano, tomó una ducha y se vistió con ropa deportiva de YiBo que encontró en el vestidor. Éste aun dormía y lo besó repetidamente hasta despertarlo. Abrió los ojos y lo cogió entre sus brazos para acostarlo a su lado.

-Tienes el día libre, puedes dormir un rato más.

-No, tenemos muchas cosas que hacer hoy.

-¿Ah sí?, ¿como qué?

-Levántate y toma una ducha mientras preparo algo para desayunar.

-Podemos ir a casa, mi madre ya lo habrá hecho.

-Quiero que pasemos unas horas juntos y solos antes de salir.

YiBo se desperezó dispuesto a seguir las órdenes de Zhan, sentía curiosidad por saber lo que se había propuesto.

Éste había preparado un desayuno con huevos tostadas, frutas y zumo que encontró en la nevera y ambos lo devoraron con ansias, estaban hambrientos después de haber pasado el día anterior haciendo el amor casi desde que se habían vuelto a ver. Al acabar, recogieron los platos fregaron y Zhan llevó a YiBo hasta el sofá del salón sentándose a su lado.

UNO DOS TRES... PERDÍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora