Capítulo 9.

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Sheldon había despertado antes y lo único que hizo fue ponerse de lado, apoyar el codo en la almohada y posar su cabeza en su mano, quería mirar a Amy unos minutos más. 

De todos modos el reloj aún no sonaba, y él tenía sus tiempos contados y estructurados. 

Recordó la locura del día de ayer... y parte de la noche, ¿Amy estaría molesta con su comportamiento?, al fin y al cabo el sexo de forma socialmente reprobable estaba desbloqueado en el matrimonio, pensó.  

De pronto Amy comenzó a moverse bajo las sábanas.

Era casi siempre así, ambos despertaban antes, tenían que estar muy cansados para dormir hasta que la alarma se presentara. 

—Buenos días, esposa. —susurró él, cerca de ella.

—Buenos días, esposo. —ella volteó para recoger sus lentes de la mesita de noche— ¿Cuanto falta para que suene la alarma?

Sheldon tomó su celular y se fijó en la hora.

—Exactamente 7 minutos.  —volvió a dejar el celular en la mesita y volteó para mirarla— ¿Estás bien?, ¿dormiste bien?

—Estoy muy bien, Sheldon. —ella se acercó y pasó su mano por el abdomen de él, abrazandolo, descansando en su pecho. — ¿Y tú?

—Bien. —puso su mentón en la cabeza de su esposa y sintió el olor a su shampoo, no se lo decía mucho, pero siempre agradecía haber encontrado a alguien tan higiénico como él— Necesito preguntar, sabes como soy, ¿estás bien con lo que pasó ayer?

Amy sonrió solamente para ella. Le encantaba lo caballero que era Sheldon cuando estaban solo los dos, podía tener de eso toda la vida y nunca cansarse. 

—Sheldon, estuviste increíble.  —levantó la vista para mirarlo, sabía que iba a estar un poco sonrojado— Y estoy bien con eso, no me molesta ni me hace sentir mal... Al contrario, me hace sentir deseada.  —ella sabía que biológicamente los varones necesitan aprobación en ese tipo de situaciones y Sheldon era claramente diferente a la mayor población masculina, pero su ego era igual, o quizá, un poco más grande que el del resto.

Después de hacer sus respectivas rutinas de aseo personal, tomaron el desayuno juntos y se fueron al trabajo. 

En el estacionamiento, con renovada energía, Sheldon tomó suavemente por la cintura a Amy y la besó en los labios. 

Amy solo podía pensar en lo bien que se sentía eso, aunque también estaba impresionada porque su esposo le demostraba afecto en público.  

—Ten un buen día.  —le dijo con una sonrisa en los labios y caminó hasta su Departamento en la Universidad. 

Amy reaccionó a tiempo y fue hasta su puesto de trabajo también. 

 

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"You are my heartworm" [S H A M Y] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora