Capítulo 40.

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Amy descansaba a un lado de Sheldon, él tenía su brazo por debajo de su cabeza.

Se habían abrazado mientras tenían su última conversación del día y se durmieron en la misma posición.

En su típica conversación de alcoba, decidieron que el día de mañana irían con el presidente Siebert y la señorita Davis para informarles sobre el embarazo de Amy, pues ya era hora, su progenie no podía esconderse por más tiempo y como ya venía la tradicional fiesta de Navidad en Caltech no quería que nadie los sorprendiera con preguntas incomodas o rumores innecesarios.

Sheldon también dio la idea de simplemente no ir a esa fiesta y quedarse en casa, pero Amy se negó rotundamente, de todos modos, sería una falta de respeto sobre todo ahora que los valoraban mucho más por ser los Premio Nobel.

A mitad de la madrugada, ella comenzó a sentirse inquieta y Sheldon lo notó ya que por lo general Amy no era de moverse tanto alrededor de la noche.

Su sueño siempre era tranquilo, él era el inquieto.

De pronto, su esposa se sentó rápidamente en la cama.

—¡Sheldon, amor, despierta!

Él se volteó para encender la luz de la lámpara de noche.

—¿Qué?, ¿qué pasa?

—Dame tu mano y toca aquí.

Sheldon viró los ojos, ahogando un bostezo.

—Oh Amy vamos, es la media noche, no me pidas-

Ella lo interrumpió.

—Sheldon yo no.. ¡solo dame tu mano!

El físico teórico subió su mano y ella la puso rápidamente sobre su ya abultado abdomen. 

No fue necesario que le dijera nada, Sheldon sintió de inmediato un movimiento bajo la palma de su mano.

—¿Eso... eso fue...?

Amy asintió, poniendo su mano sobre la de él.

—Amy, es primera vez que hago esto. —susurró, sus ojos brillaban por las lágrimas de emoción. 

Ella subió su mano libre y le acarició la mejilla.

—¿Qué hay de cuando Missy estaba embarazada? —inquirió.

—Nunca la toqué. —admitió— Y esto es... es fascinante.

—Yo toqué un par de veces el vientre de Bernie pero sentirlo es algo muy distinto. —musitó, al borde de las lágrimas por el simple hecho de ver a su esposo intentando controlarse.

Hormonas, pensó.

Sheldon se acercó un poco más y la abrazó por la cintura, con su mano aún puesta sobre su vientre, con las pequeñas patadas y/o movimientos de su bebé justo bajo su palma.

Se escondió en el cuello de Amy y ella supo de inmediato, cuando su pijama se sintió húmedo, que él estaba llorando.

No le dijo nada, lo conocía y sabía perfectamente que se sentiría incómodo si le restregaba en la cara lo obvio. Así que solo se dedicó a abrazarlo de vuelta.

Amy también soltó un par de lágrimas, sentir aquella sensación por primera vez había sido algo completamente nuevo e íntimo, sabía que estaba embarazada, pero ahora todo lucía muchísimo más real que horas atrás.

Sinceramente, comenzaba a sentir una conexión e infinito amor por alguien que todavía no conocía, pero cuidaba y alimentaba todos los días.

Mientras pensaba no se permitió notar que Sheldon había bajado y ahora tenía su cabeza puesta en su vientre, incluso, aquella cama era tan pequeña para su estatura que sus pies quedaron fuera pero eso no parecía importarle.

"You are my heartworm" [S H A M Y] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora