Capítulo 12.

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Sheldon dormía plácidamente en medio de la cama, sin percibir el sonido de la alarma junto a él.

Amy, en la ducha, escuchaba la música de la alarma pero no podía hacer mucho, le había hablado un par de veces pero no obtenía respuesta alguna de parte de él.

Una vez lista, mientras se vestía para el trabajo, comenzó a hablarle suavemente a su esposo.

—Sheldon, ya es hora de despertar. -se sentó a un lado de él y le acarició el cabello. Le causaba ternura verlo en esas condiciones, tal vez, si fuese otra la situación le daría rabia que su esposo llegara ebrio luego de una noche de fiesta con amigos, pero él era tan recatado en ese aspecto que solo le provocaba gracia- ¿Quieres que te prepare avena? -inquirió susurrando.

El físico teórico se removió en la cama, un pequeño gemido se escapó de sus labios.

De pronto, se levantó rápidamente y corrió, trastabillando, hasta el baño.

Amy corrió tras de él para ayudarlo a vomitar.

Le acarició la espalda mientras él devolvía su estómago.

-Sheldon...

-Creo que no es buena idea hablarme de comida en estas condiciones, Amy.

Después de haber limpiado el baño y haberle ayudado a ducharse, Amy le preparó una sopa a Sheldon, que se encontraba sentado en el sofá tapado hasta el cuello, temblando.

-Creo que debería notificar al Presidente Siebert que no irás a trabajar. -espetó mientras llevaba la bandeja- Ten, al menos intenta comer un poco para que tú estómago se caliente.

-Gracias, pero la sopa se bebe no se come. -comentó poniéndose la bandeja en las piernas.

Amy rodó los ojos, sonrió inevitablemente por las ocurrencias de su esposo (incluso sintiéndose mal).

Se acercó hasta la mesa y tomó su bolso.

-Lo siento. -se acercó hasta él y le dejó un beso en la mejilla- Trataré de salir antes, ¿bien?, llámame si te sientes mal.

Sheldon arrugó él semblante y antes de que Amy cerrara la puerta, dijo:

-¡Amy!

Ella volteó para poder mirarlo.

-Dime, Sheldon.

El físico teórico apretó sus labios en una fina línea y levantó ambas cejas, como si fuese obvio.

Ante su silencio, él se vió obligado a explicarle.

-Dijiste que te llamara si me sentía mal.

Amy sonrió, la mayoría de las veces se sentía conmovida cuando Sheldon la necesitaba.

-Me refería a lo largo del día, no ahora amor.

-Pero no quiero que te vayas. -aceptó- No me gusta estar solito cuando estoy enfermo. -un leve puchero se asomó en sus labios.

Amy cerró la puerta y dejó las llaves en el plato, luego, dejó su bolso en la mesa como antes.

-Solo es resaca, pero bien, me quedaré contigo.

Los ojos de Sheldon brillaron y una suave sonrisa adornó sus labios. Tomó la cuchara y probó la sopa.

-Tu comida nunca me decepciona. -volteó para mirarla- ¿Me cantas Suave Gatito?

-Esta bien.

Amy se sentó a su lado y le cantó aquella canción de niños mientras le acariciaba el cabello.

"You are my heartworm" [S H A M Y] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora