Capítulo 54.

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Martes | 3:00am.

La noche era tranquila, irónicamente, el ruido especial que causa el silencio era lo único que embriagaba el hogar de Sheldon y Amy. 

Hasta que, la neurobióloga, comenzó a removerse en la cama.

Sheldon parecía tan cansado que llegaba a roncar, fuertemente, sin percibir la incomodidad de Amy.

Ella se sentó en la cama con dificultad, intentando controlar las pataditas que le ocasionaba su bebé, se sentía ahogada, como si el pequeño Leonard quisiera treparla.

Podía con eso. Claro que podía, pero se sentía difícil de superar en ese preciso  momento.

Estuvo pensando seriamente en despertar a Sheldon, pero parecía tan cómodo y profundamente dormido que sería una lástima molestarlo.

¿Acaso el pequeño Leonard ya quería conocerles?

Es muy pronto, pensó Amy, algo asustada.

De a poco, la incomodidad fue pasando y esa leve punzada de dolor desapareció.

No supo en qué momento se durmió, pero gracias a Dios, lo hizo.

Y sin ninguna incomodidad.

Martes | 7:00am.

El físico teórico había despertado a las seis de la mañana, la mayoría del tiempo él creía adecuado despertar temprano y ser productivo, entonces solía despertar a su esposa desde que habían comenzado su vida viviendo juntos, pero ahora, que Amy estaba embarazada, siempre la dejaba dormir un poco más. 

La veía dormir plácidamente y no podía despertarla.

Después de pensarlo bien, tomó el traje que le obsequió Penny... no era un tonto, todo lo contrario, era un genio y sabía que se vería bien con él.

Así que después de ducharse y afeitarse, se lo puso, junto con la camisa que le dejó Amy sobre el sofá del dormitorio y zapatos.

Antes de salir del cuarto de baño, se miró al espejo y sonrió imperceptiblemente, no lo podía negar, su amiga rubia tenía buen gusto.

Preparó el desayuno y finalmente se dirigió a la habitación para despertar a Amy. 

Cuando entró a la habitación matrimonial se sorprendió al ver la cama vacía.

Se acercó hasta la puerta del baño y golpeó sus típicas tres veces, seguido del nombre de su esposa.

—¡Me estoy cepillando los dientes! —exclamó la neurobióloga a través de la puerta.

—¿Estás bien? —inquirió él, algo preocupado— Además te he dicho que no cierres con pestillo, Amy, es peligroso en tu estado.

Ella abrió la puerta y él pudo verla ya vestida, con su falda y blusa color claro. Pensó que cuando la vio con su vestido de novia se sintió extremadamente abrumado pero ahora, verla tan linda y embarazada era algo completamente nuevo.

Y aquellas estupideces románticas que solía decir Kootrhappali aparecieron en su mente como un letrero luminoso: Volver a enamorarse de la misma persona siempre será bueno.

—¿Y bien? —escuchó de pronto a Amy, levantando ambas manos increpándolo.

—Es... solo... es que hice el desayuno... está listo, digo. —sus palabras trastabillaron y se sintió estúpido.

Amy sonrió, se puso de puntitas de pie y lo besó en la mejilla.

Una vez sentados a la mesa, mientras comían, conversaron por última vez cómo harían su presentación de Superasimetría.

"You are my heartworm" [S H A M Y] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora