Capítulo XXXII

2.7K 221 48
                                    

Tonto con T mayúscula...

  Luego de ver como Jin Hi perdía y veía ganar a su ex esposa, comenzó a investi-
gar sí las pruebas que dio Layla eran fal-
sas, pero lo que encontró era peor. Jin Hi
calculó a Layla, la daño desde antes y lo u-
so a él para lidiar con sus sentimientos y
alejarla de la familia Long, y su herencia.

    Ante tal verdad no pudo más, Layla era
inocente, ella no quiso ingresar a su ca-
ma esa noche, fue casualidad que ella y él
se encontraran, pero no sabe porque si e-
llos tuvieron sexo por primera vez, su hi-
ja no posee ningún parentesco con él. Pe-
ro investigando supo porque las pruebas
daban negativas, otra vez era cosa de Jin
Hi y su madre.

   Sorprendentemente aún tenía esperan-
za en que todo fuera falso, pero ante la escena frente a él, supo cuán cruel podía ser esa mujer, a quien tuvo en un pedestal y lo abofeteó en la cara.

- "¡¿Qué está pasando?! " - entró y vio la
conmoción, se metió y vio a Jin Hi con mo-
lestia, el no quería enfrentarla, no ahora
que se sentía complicado - " ¡¿Quién au-
torizo la entrada de esta mujer a la em-
presa?! " - dijo una voz masculina que si-
lencio a todos.

  Jin Hi se puso pálida cuando escuchó es-
ta voz. Pero rápidamente se recompuso y
comenzó a actuar, ella lo miro fijamente
con un rostro lleno de lágrimas, su expre-
sión poderosa y amenzante cambio a una
muy lamentable en ese momento.

  Sus cristalinas lágrimas temblaban sobre
sus pestañas y rodaban algunas por una
línea de lágrimas cristalinas, mostró ras-
tros de una persona que era particular-
mente lamentable.

- " Li Shin Hee... Y-yo, y-yo solo quería
verte, " - ella se centró su lamentable ac-
tuación y rompió su cara, sabía que los presentes no le creen, pero su jefe, quien
es un tonto enamorado, le creería siem-
pre a ella y despedirá a esa secretaria por
" agredirla".

- " Jin Hi  " - la llamó con un tono de voz
algo rara, él estaba furioso, llego a la ofici-
na hace dos minutos y vio todo desde le-
jos, en verdad si no lo veía él no lo cree-
ría.

  Li Shin Hee miró a la secretaría que se veía mal, y que tanto le recordaba a Lay-
la cuando aún estaba embarazada de su hijo menor.

- " Señor Li, ella, yo..." - la secretaría que
fue agraviada se sintió mal, no se podía de-
fender y se sentía una cucaracha en esta
pelea entre estos dos ricos.

  Li Shin Hee era rico y su jefe, ninguno de
los presentes se atreve a alegar por la po-
bre secretaria pues ellos saben como es el
favoritismo de su jefe y su debilidad por e-
sa " flor " del departamento de diseño y co-
mo ella era la amante por la que abandonó
a su esposa. Y todos temían al poder mani-
pulador de esa mujer.

  Todos lo vieron caminar hacía Jin Hi sin
expresión alguna, y notaron su expresion antinatural -, no es una expresión seria ni indiferente - , en realidad no parecía estar muy feliz con ver a Jin Hi. Algo que sorprendió a muchos.

- " Oh, Oppa, Shin... " - abrió sus brazos
esperando por él con una sonrisa - " Sa-
bía que todo esto era una... una mala
broma..." - ella fue ignorada, él paso justo
a su lado y la paso de largo, ignorandola.

La Emperatriz Del CINEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora