Capítulo LVIII

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An Mei contra Layla, rivalidad tonta-
mente unilateral...

Grupo Ye, distrito, Corea del Sur...

   Ye Cheng estaba en una reunión con un
grupo de inversores cuando la presenta-
ción fue interrumpida por un impaciente
y preocupado secretario Xi.

- " ¡Señor!¡Señor! " - gritó al ingresar rá-
pidamente a la sala.

   El Secretario Xi camino hacía su jefe y le
susurró algo inaudible para los otros.

- " Señor, alguien esta molestando a la
señorita Layla... y la están calumnian-
do..." - le susurró sobre ello.

- " ¡Averigua quien fue! " - ordenó.

    Los "accionistas" se molestaron al ser ig-
norados.

- " ¡Primo Cheng!¡¿Es así como tus su-
bordinados y tu nos respetan?! " - dijo
muy ofendida su tía.

    Ye Cheng no se molesto en hablar con es-
ta tía. Para Cheng todos esos "accionistas" son basura.

- " ¡Ye Cheng!¡¿Como te atreves a igno-
rar a tu tía! " -

- " Dejalo Yi, ese niño es poco filial a sus
mayores!¡Pero ya verá... me voy a que-
jar con los demás accionistas y sa- " - la
molesta mujer, y sus tontas palabras, fue
interrumpida por la carcajada burlona de
Ye Cheng.

- " Tía, tía, tía... ¿crees que todos mis ac-
cionistas se molestaran en oirte o en se-
guirte? " - se rió - " Ninguno de ustedes
hace algo por esta empresa, pero se sir-
ven desde arriba gracias a su conexión
sanguínea con mi padre. Nunca traba-
jaron y van a querer ir en contra mío, ¿están seguros?¿en serio creen que tie-
nen voz y voto aquí? " - la pregunta no solo fue dirigida a esa tía molesta, sino a todos esos "accionistas".

- " Tu " - se puso de pie furiosa, pero la de-
tuvieron.

   Esas palabras molestaron a los cuervos sin pluma de su família, pero ninguno pudo refutar nada.

     Ye Cheng tenía razón al decir que ellos
no tienen voz ni voto, pues desde la muer-
te del padre Ye y el ascenso de Cheng to-
dos renunciaron a el. Solo Ye Cheng y los
accionistas verdaderos, y esos son los tra-
bajadores e inversores, pueden opinar. Hay
que decir con claridad, que el padre Ye, el
segundo hermano de la família, y padre de Cheng, trabajo codo con codo con su abuelo y su padre para salvar la empresa.

    El padre Ye construyó la empresa y lo hi-
zo sobre una vieja empresa textil, la cual
se expandió en todos los negocios conoci-
dos, y solo Ye Cheng siguió sus pasos, él trabajo mientras sus tíos y tías se aprove-
chaban de la bondad y la piedad filial de
su padre para vivir sin trabajar. Aunque
él les dio trabajo a ninguno le gusto traba-
jar y solo desean dinero fácil, y al padre Ye o Ye Cheng no les importa darles un poco, ya que a ellos les sobra.

La Emperatriz Del CINEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora