Capítulo XXXV

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Feliz cumpleaños...

    Cuando los niños se cansaron de jugar
afuera y entraron adentro para jugar otras
cosas, Layla les sirvió a ellos algunos boca-
dillos dulces para que recompongan el a-
zúcar perdido, les dio unos pastelitos con
leche. Mientras los niños tomaban leche y
comían pastelitos, los adultos invitados comían tortitas con su café o té.

- " Mi-Yon, Mi-Yon... " los niños invitados
llamaban constantemente a la cumpleañe-
ra para jugar. Y una entusiasmada niña los seguía mientras era complacida en su día.

- " ¡Mi-Yon!¡No corran que se pueden caer y lastimar! " - advirtió mientras lle-
vaba una bandeja de cositas dulces a la pe-
queña mesa de los adultos.

   Las cuatro mujeres adultas comían un poco mientras hablaban de cosas banales, como moda, accesorios o trabajo.

- " Amy, ¿qué planeas hacerte quedarás
en Corea o regresarás a Japón o irás a Milán? " - justo preguntó Ann a la castaña.

- " No se, aún no me decido..." - respon-
dió dudosa de que haría a continuación, pero al ver a Layla con una bandeja de co-
sas dulces sus dudas, por el momento, se
disiparon y saltó como un niño.

- " ¡Amy! " - la regaño  -  " Hmp! Traje más, ¿y qué les parece la mini fiesta? " - preguntó a las tres mujeres.

- " Es muy rico, ¿tu los hiciste o dónde los compraste? " - preguntó Ann al probar por primera vez un dulce que no le es muy empalagosa a la primera.

- " Lo siento, todas las hice yo, pero si te
gustan, te paso las recetas, son bajas en
azúcares, pues a Mi-Yon no le va mucho
comer cosas demasiado dulces " - le co-
mento.

- " Si, pasamelas..." - pidió.

- " ¿Shin Hye te gusta?¿quieres más? " - le pregunto al verla distraída.

- " No, estoy bien, es que la decoración
es muy bonita, ¿te llevo mucho decorar
todo con dos niños? " - le preguntó Shin
Hye admirando la bella sala llena de ador-
nos rosas.

- " Un poco, anoche hice varias manua-
lidades decorativas para esta ocasión y
compré otras cositas como dulces para
las bolsitas de regalo y los platos de pa-
pel para las tortas individuales. Pero
todo fue hecho mientras los niños dor-
mían " - le respondió.

- " ¡Wow, Layla, cada vez me sorpren-
des más!¿entoces hiciste toda la deco-
ración tu solo? " - le preguntó curiosa. Pues eran muchas cosas hechas a mano.

- " ¡Esa es nuestra Layla! " - dijo Amy al-
zando su vaso con leche en alto.

- " Jaja " - se río.

- " Creo que no solo el alcohol te atonta " - comento Ann.

- " Oigan, no se rían " - hizo puchero - " Layla responde, ¿cómo hiciste todo es-
to? Conozco tu pasión por las manuali-
dades, pero esto es mucho para ti " - co-
mentó.

La Emperatriz Del CINEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora