21.

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Llamé a la oficina al día siguiente avisando que dejaba el caso, recomendé a Daniel y León pero no me dejaron hacerlo, para dejar el caso tenía que hacerlo en persona y exponer los motivos ante mi superior al mando. Tyler me llamó unas horas después y con solo ver su número en la pantalla de mi móvil supe qué era lo que quería decirme.

—Eva Vaughan.

—¿Qué ha pasado? —Me preguntó preocupado. —Me acabo de enterar, estoy fuera de la ciudad.

— No ha pasado nada Tyler, gracias por confiar en mí pero dejo el caso. Tienen que asignárselo a una persona que sea capaz, yo no lo soy.

—¡Y una mierda! —Escuché maldecir. — Eva, eres muy capaz.

—Ya está decidido Tyler, necesito tiempo u otro caso pero no quiero este, no puedo.

— No puedo hablar ahora, tengo que irme. Eres más capaz de lo que piensas, puedes hacerlo, medítalo de nuevo.

El teléfono indicó con un sonido que la llamada había terminado y la misma sensación de angustia se apoderó de mi cuerpo. Me vestí lo más decente que pude y mientras conducía a las oficinas centrales pensé en los motivos que iba a exponer delante del jefe para dejar el caso. Consideré varias opciones como; Soy una traidora o incluso soy cómplice de esto, pero escogí la más sensata y la que no iba a poner mi cara en todos los periódicos del país.

—Adelante.

—Buenos días señor.

—Vaughan, me acaban de informar que quieres dejar el caso que tienes asignado.

—Así es.

—¿Puedo saber por qué? La verdad.

Y la verdad era muy diferente a lo que yo estaba por decir, pero tragué saliva e hice el papelón de mi vida. Si me quedaba sin trabajo en el FBI podría apuntarme a castings en Los Ángeles o hasta en Bollywood

—No me veo capacitada para continuar en un caso así. Creo que otra unidad podría hacerlo mejor, estoy retrasando las cosas y las pruebas que estoy encontrando me llevan a callejones sin salida.

—Según tengo entendido eres muy capaz de esto.

—Señor, con el debido respeto y agrediendo sus palabras, ya está decidido.

—Si lo tienes así de claro...

—Sí, señor.

—Bien, espero que estés haciendo lo correcto. Desde ahora el caso ya no es tuyo y será asignado a otro equipo, en unos días se te asignará otro caso.

—Una cosa más si es posible. Me gustaría que Daniel y León siguieran trabajando conmigo.

—Lo miraré, pero no puedo prometer nada. Ellos tienen que estar de acuerdo también, esto no lo elijo yo pero haré lo posible.

Salí de aquel despacho con una carga menos en el pecho, pero la mentira me pesaba más. Entré en la cafetería de al lado y me senté en una mesa con un café caliente entre las manos. Miré las noticias en el móvil como siempre hacía y me fijé en la gente que tenía alrededor, ¿ellos también cargarían con mentiras como la mía? Escribí a Daniel para saber qué estaba haciendo y me llamó nada más leer el mensaje.

—Eva Vaughan.

—¿En qué andas Vaughan?

—Tomando café, me preguntaba que como ya no trabajamos juntos...

—Has dejado el caso. —Afirmó cortándome a mitad de la frase.

—Sí. Como ya no trabajamos juntos, ¿te apetecería tener esa cita?

Sin pruebas. ©️ ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora