"Un osito de peluche" ❤︎

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Horacio suspiró, se puso de pie, y pasó una mano por su cabello, que ya no lucia su cresta, en realidad se veía algo largo.

Le dedicó una mirada melancólica a ese lugar,  su hogar después de la explosión.

Había pasado los últimos meses de su vida allí, entre esas cuatro paredes blancas, en esa habitación de hospital.

Después del catastrófico dia, se quedó prácticamente solo, su hermano fue internado de emergencia en una clínica psiquiátrica y el hombre que era como su padre desapareció.

Fueron largos meses, mientras sus cicatrices sanaban, aunque solo fueron las externas, las  que sentía en su alma y su corazón siempre lo acompañarían.

Tomó una pequeña mochila, donde solo llevaba sus cosas más esenciales, algo de ropa, y sus identificaciones.

En sus brazos llevaba un pequeño osito de peluche, su único amigo de los últimos meses.

Sonrió al recordar la sesión fotográfica en la que se lo habían obsequiado, como con ilusión deseaba regalárselo a Conway, y como al final, lo había acompañado durante su dura recuperación.

-Viejo amigo ,temo que vas a quedar aquí, no te puedo llevar, y no quiero hacerlo, tengo que dejar mi vieja vida atras...

Ayuda a alguien que lo necesite, se un buen amigo, como lo fuiste para mi...- Al salir de la habitación, depositó un beso sobre su cabeza, lo dejó en una silla, y se retiró del edificio.

No observó hacia atrás en ningún momento, deseaba salir de ahí y olvidarlo todo, a su hermano, al que fue como su padre, y sobre todo, al amor de su vida, que permanecía en una clínica al norte de la cuidad, quizás para siempre.

Subió a su auto, y partió del lugar, dejando todo lo que le importaba atrás, y sin imaginar lo grandes cambios que tendría en su vida.

El pequeño osito vivió en ese hospital muchos tiempo, pasó de mano en mano, y de persona en persona.

Desde niños enfermos, hasta adultos que lo necesitaban, a veces con quien solo necesitaba un abrazo.

Estuvo ahí para todos y cada uno de ellos, pero al final, siempre que se retiraban, lo volvían a dejar en su sitio, en esa misma silla.

Los muchos años hicieron estragos en su piel,que cambió de color a uno más opaco, perdió una oreja, y un ojito fue remplazado por un botón, aún así, siempre permaneció fiel, y cumpliendo con su deber.

Cierto día, el comisario Viktor Volkov llegó al lugar, uno de sus compañero había sufrido un grave accidente, y él, al ser ahora la máxima autoridad, tenía que acompañarlo.

Mientras su amigo era intervenido, Viktor tomó asiento, pensó en tomar un revista, o sacar su móvil para distraerse, cuando algo en el asiento frente a él le llamó la atención.

Un osito de peluche descansaba ahí, sobre la silla, se notaba que había vivido mejores años, pero seguía siendo adorable.

El comisario cambió de asiento, y lo tomó entre sus manos, lo observó por unos segundo, mientras inclinaba un poco su cabeza hacia la izquierda.

Algo le llamaba la atención de ese peluche, no sabía que era, pero no podía quitar su vista de él.

Una enfermera caminaba por el pasillo, cuando fue detenida por el ruso.

-Disculpe señorita... ¿Sabe de quien es esto? -  Preguntó, mientras el osito descansaba ahora en su regazo.

-Ese osito lleva años aquí señor, un paciente lo dejo, y desde entonces permanece por los pasillos, aunque ahora que lo menciona, la nueva administración ordenó retirarlo.

Au's Volkacio (Soft) 💙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora