"El comisario tiene un problema, una orden de deportación a su nombre, la única salida es un matrimonio arreglado con un viejo amigo, pero los planes no siempre salen como se esperan..."
Comenzaba Diciembre, la cuidad empezaba a lucir los adornos típicos de esas fechas, en algunos edificios podía apreciarse las conocidas luces navideñas, y los colores verde y rojo adornaban las calles.
Para el comisario Volkov sólo era otro mes más de trabajo, él nunca había sido gran partidario de esas fechas, y ahora menos que nunca comenzaría a hacerlo.
Entró al gran edición que era comisaría, y fue saludado por algunos oficiales que ahí se encontraban, el comisario lucia su típico traje de trabajo, el de la camisa beige y sus gafas de sol que siempre lo acompañan.
Subió rápidamente a su oficina, no tenía deseos de hablar con nadie, deseaba dedicarse al papeleo completamente y evitar todo diálogo innecesario.
Para su mala suerte el papeleo del día no era demasiado, alguno que otro arresto y poco más, en una esquina de su escritorio se encontraba su correo personal, Viktor le dedicó una larga mirada antes de tomarlo entre sus dedos.
Repasó uno a uno aquellos papeles por primera vez en mucho tiempo, ya que casi siempre los tiraba sin leerlos, todo era basura que rápidamente terminó en el cesto, hasta que una carta sellada y formal llamó su atención.
El sobre era blanco, y tenía los logos de la cuidad y el de la oficina de inmigración, un sudor frío le recorrió el cuerpo, el comisario la abrió lentamente y leyó el contenido de la misma.
La hoja membreteada no dejaba lugar a dudas, aquel era un documento oficial, tenía su nombre, su dirección, y sobre todo, un mensaje que lo hizo maldecir en su idioma natal.
"Estimado Señor Volkov.
Nos hemos intentado comunicar con usted durante algún tiempo y lamentablemente no hemos recibido respuesta alguna, sentimos informarle que su permiso de trabajo en este país venció hace algunos meses.
Le pedimos de la manera más atenta que se acerque a nuestras oficinas para más detalles, pero le notificamos que tiene hasta el 31 de diciembre del año en curso para abandonar el país.
Lamentamos los inconvenientes y lo esperamos en inmigración para más detalles, o por si necesita aclarar cualquier situación de su estado legal.
Muchas gracias. "
Poco más se podía leer en aquel documento, el ruso se recargó contra su silla y dejó la carta sobre el escritorio.
Se pasó ambas manos por el rostro, y casi deja salir un grito de impotencia, los últimos meses habían sido difíciles, y entre tanto había olvidado la renovación de aquel documento.
-Joder, el puto permiso, no puedo creer que no lo recordaba... -
Rápidamente se puso de pie y tomó sus llaves, antes de partir rumbo a las oficinas de inmigración, tenía que encontrar una solución, una alternativa, no podía dejar el país, menos su trabajo, haría lo que fuera necesario, pero no dejaría su cuidad.
Llegó una de las noches más esperadas por el agente del FBI, ese día habría una cena anticipada de navidad, si bien aún faltaban algunas semanas para nochebuena, LSPD junto a LSSD habían organizado una pequeña reunión, para celebrar las fechas.
Todo en el salón lucia con ese ambiente típico del fin de año, las personas llevaba sus mejores trajes, y el agente del FBI no era la excepción.
Llevaba un traje formal, de un tono azulado que casi se veía negro, pero que a la vez lucia divertido por el estampado de pequeños copos de nieve que tenía impreso.
