"Toda la espera valió la pena, si tú y ellos son la recompensa" ❤︎

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Horacio no podía más, el cansancio en su cuerpo era demasiado, ni en sus mejores años en el cnp se había llegado a sentir de esa manera.

Eran cerca de las 3 de la mañana, y un sonido agudo retumbó por la habitación,era el llanto de un bebé que solicitaba la atención de sus padres.

-Yo iré, tú duerme un poco más... -Exclamó Viktor mientras se frotaba los ojos,intentando alejar un poco el sueño.

-No, iré yo, tú mañana tienes que ir a trabajar, descansa mi amor, yo me encargo del pequeño.

Horacio depositó un beso en los labios de un cansado comisario, quien se lo devolvió, suspiró, y se dio la vuelta, para intentar seguir durmiendo.

El ex inspector se sentó en el borde de la gran cama que compartía con su esposo, llevaban ya varios años de casados, y su vida nunca había sido tan hermosa como en ese momento.

Habían decidido tener una familia, y hacía dos años que habían comenzado los trámites, viajaron al país natal de Volkov y comenzaron el proceso.

Después de muchas trabas, de mucho papeleo y de varias decepciones ahí se encontraban, con un pequeño de poco más de 3 meses.

Habían regresado a su cuidad, Los Santos los recibió como si el tiempo no hubiera pasado, y todos se alegraban por la noticia de los recién estrenado padres.

Pero ahora, a las 3 de la mañana y con el pequeño pidiendo atención cada 2 horas, todo se sentía más difícil.

El llanto se escuchó de nuevo y Horacio avanzó rápido hacia la habitación de al lado.

Entró, las paredes de un color azul claro se encontraban iluminadas por una pequeña lámpara de noche, que hacía brillar  las estrellas que adornaban las paredes. 

Tomó a Alexander entre sus fuertes brazos y el pequeño se acurrucó en ellos.

El pequeño suspiro y volvió a cerrar los ojos, solo quería sentir el calor del cuerpo de su padre, Horacio lo arrullaba y le hablaba con un tono de voz que solo usaba con su bebé.

-¿Querías ver a papi verdad? Vine yo porque papá tiene que dormir, mañana tiene que ir a cuidar la cuidad, y atrapar a los malos, él es un héroe... -

Horacio tomó asiento en una mecedora que se encontraba en la esquina de la habitación y abrazó a su bebé a su pecho.

-Si, así es, papá es un héroe, lo vas a amar muchísimo, tanto o más de lo que lo amo yo, pero sobre todo nosotros te amaremos a ti,  eres nuestro regalo del cielo.

Viktor se encontraba recargado en el marco de la puerta, la imagen que veían sus ojos era hermosa, su esposo, fuerte y grande cargaba con sumo cuidado al pequeño niño, lo abrazaba, su torso sin camisa y sus tatuajes, su cresta de un color blanco, era hermoso, su marido era precioso, y él tenía mucha suerte de tenerlo, de tenerlos a ambos.

Escuchó las palabras que Horacio le decía al pequeño y no pudo evitar soltar una pequeña risa, que llamó la atención del hombre de cresta.

-Te equívocas en algo, el héroe de la cuidad siempre serás tú... -

Se acercó lentamente y se arrodilló frente a ellos, con su mano derecha tocó la mejilla de Horacio y con la izquierda la cabeza de su bebé.

-Te amo, y siempre le voy a agradecer a la vida el que te hayas quedado conmigo a pesar de todo. -

Horacio dejó salir una pequeña lágrima, que Viktor limpió con su pulgar, el pequeño emitió un sonido,uno de esos adorables que hacen los bebés y llamó la atención de sus padres.

Au's Volkacio (Soft) 💙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora