Todo terminó y el de cresta continúo entre sus brazos durante unos minutos, se sentía fatal, no sabía que es lo que acababa de hacer y sobre todo no sabía por qué lo había hecho.
Cuando Ford lo soltó, se puso rápidamente de pie, tomó sus prendas, y caminó hacia el baño sin mirarlo, se aseó, y se miró al espejo, el rímel corrido por su rostro le daba un aspecto deplorable, no sabía cómo iba a salir de ahí.
Se lavó la cara, y antes de salir quiso gritar, Kevin ya no se encontraba en la habitación, estaba ahora en la sala de estar, con una cerveza en la mano.
Horacio se acercó y tomó asiento lejos de él, no sabía cómo comenzar a hablar, quizás una disculpa tendría que ser lo primero.
-Lo siento... - Susurró, mientras se abrazaba a sí mismo, se sentía tan mal que tenía ganas de vomitar.
-No haz venido porque te apeteciera estar conmigo, por Dios dijiste su nombre, puedo apostar que todo ese tiempo pensaste en él. - Ford terminó su cerveza y lanzó la botella a algún lugar de la habitación, el cristal se estrelló en miles de pedacitos.
Horacio se puso de pie dispuesto a retirarse, no quería nada, solo quería llegar a su cama y esconderse en sus mantas por los siguientes años de su vida.
-De verdad lo siento, yo no sé querer a nadie, siempre hago daño... - El de cresta se retiró silencioso de ese lugar, mientras el teniente se ponía de pie y tomaba otra botella.
-Eres un idiota, un completo idiota... - Exclamó, pero nadie lo escuchó.
Su movil sonó en algún lugar de la habitación, y después de ver quien llamaba, su semblante cambió, y contestó demasiado entusiasta a esa llamada.
Días después Conway se encontraba sentado frente a Horacio en un pequeño comedor, en casa del menor.
Había ido dispuesto a hablar sobre lo ultimo del FBI, pero además, lo que le comentó Horacio días antes lo tenía preocupado, casi escupe su café cuando fue informado de su relación con Ford.
-Vamos a ver... ¿Dijiste el nombre de Volkov? Joder Horacio, sí que estás mal, yo en el lugar de Ford te rompo la cara. - Conway reír, pero para Horacio eso no era divertido.
-No se burle, fue algo horrible, aún me siento como una mierda... - El de cresta dejó caer la frente sobre la fría mesa, luego giró la cara y apoyó la mejilla, mientras observaba al hombre frente a él.
-¿Y ahora qué vas a hacer? ¿Buscarás a Volkov o seguirás con el teniente? - Preguntó Jack, mientras sacaba su móvil y veía que tenía un mensaje del recién mencionado.
-No lo sé, a día de hoy quiero estar solo, tener tiempo para mi, y solo ser Horacio, el amor llegará cuando tenga que llegar. - Al decir eso solo podían pensar en cierto hombre de cabello grisáceo, cerró los ojos y apoyó de nuevo la frente en la fría superficie.
-Kevin me perdonó, seguimos hablando y dice que de verdad quiere algo conmigo, pero aún no sé qué hacer, algo anda mal... -
-Todo saldrá bien, ya verás que se resolverá pronto, tengo que irme. ¿Quieres que llame a Gustabo para que venga a hacerte compañía? - Conway se puso de pie y le palmeó la espalda a Horacio, quien negó con la cabeza.
-No, me iré a dormir, quiero dormir años... Nos vemos papá. - El de crestas se puso de pie y partió rumbo a su habitación, al cerrar la puerta, Conway hizo lo mismo y salió del lugar.
Al llegar a comisaría, Volkov lo esperaba recargado sobre la puerta de su patrulla, mientras fumaba un cigarrillo.
-Ya deja esa mierda, solo te haces más daño... - Exclamó el ex superintendente, mientras subía al asiento del copiloto.
