En un triángulo amoroso se verá en vuelto Itachi, un joven hombre recién casado con el hombre de sus sueños y amigo de infancia, Shisui. Todo no parece estar saliendo bien, sin embargo, nuestro protagonista comenzará a sospechar que su amor está sie...
Tomé un sorbo de champán de mi copa, sin perder de vista a Shisui, desde la planta alta del 40/40. Desgraciadamente, a los pocos minutos de acomodarnos en la sala VIP que reservó mi patrocinador, divise a mi querido esposo acompañado de dos hombres extraños ocupando una mesa por la barra en la planta baja. La música suena bien, el DJ hace buen trabajo mezclando música nueva del género electrónica, pop, rap, etc... El ambiente está en su clímax, todos la pasan de poca, mientras toda mi atención se centró en ellos, tanto que ignore a Deidara, Kisame y al idiota de Hidan, hablando sobre lo bien que la íbamos a pasar. Lo único bueno de este encuentro es que nadie de los que me acompañan conocen a Shisui, y no ven cómo la pasa de maravilla allá abajo con sus amigos, eso creo que son, puesto que actúan como tal. Estoy con el cólera al tope esperando alguna clase de interacción entre él y uno de ellos, que confirme que son más que solo amigos. Estoy celoso, volví a marcar a su número y otra vez entré a buzón de voz. Bebe, ríe, conversa, y busca a alguien con la mirada, deduzco que esperan a más personas que se les unan.
—Oyes, Itachi... —No vi a Kisame acercarse a mí, estamos compartiendo el mismo sofá —. ¿Ya viste a látigo negro?
Le doy una mirada de reojo a Kisame, y en cuanto nuestras miradas cruzan, él señala con la suya hacia la derecha. Como dije anteriormente, Shisui se robó toda mi atención, no he buscado con la mirada a mi amante desde que llegamos. Observé hacia la otra sala, ahí está Madara acompañado de cinco mujeres elegantes, entre ellas su esposa, y tres hombres, uno de ellos es su fiel amigo Senju Hashirama, el resto son guardaespaldas. Ambos están sentados demasiado juntos, el Senju tiene su rodilla sobre la pierna del Uchiha, y extiende su mano para que encienda su cigarro. En los pocos meses que tengo trabajando personalmente para Madara, he notado que son confidentes, puesto que he llegado a escuchar sus conversaciones vía telefónica, sin embargo, dudo que mi jefe y su magnate amigo, conversen sobre la vida secreta bisexual que lleva uno de ellos.
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—No lo había notado —dije, sin importancia volviendo la vista hacia Shisui.
—¿No deberías ir a saludarles? Yo lo hubiese hecho —opinó Kisame, hundiendo su espalda contra el respaldo del sofá, y llevando una copa con champán a sus labios.
Antes de contestar aproxime el torso hacia Kisame, perdiendo nuevamente de la vista a mi esposo y volviendo a Madara, quien nos ve seriamente, a medida fuma del cigarrillo que sostiene y exhala el humo.
—No creo que sea lo correcto, está con su gente. —Levanté mi copa saludando a Madara de lejos, él esbozó una ligera sonrisa y vuelve con el Senju.
—Se dio el momento —dice Kisame —. Yo no lo saludé porque puede que no sepa quien soy —ríe, y sirve más champán —. Veo que te paga excelentemente, hasta nos invitas a pasarla bien en este club para gente importante.
Estoy por contestar cuando veo a un grupo de chicas aproximarse a la mesa en donde está Shisui, sin embargo, Hidan se pone justamente enfrente de mí y le dice a Deidara, quien está sentado a un lado de mí.